Empresas de familia.
La reciente edición de Buenos Negocios Zona Oeste puso el foco en emprendimientos familiares donde el motor es la dinámica entre sus integrantes.
Ñuke es una empresa familiar que comenzó en 2004, cuando padre e hijo se juntaron para encarar un proyecto. Jorge Dartiguelongue, de profesión economista y leyenda viviente del rugby local (fue integrante de la selección argentina de 1965, que dio origen a Los Pumas) apenas había pasado los 60 cuando su hijo Marcos, profesor de Educación Física, le dijo que quería que “hicieran algo” juntos. Para esa misma época, en una charla con un amigo surgió la posibilidad de comprar la maquinaria de una metalúrgica. Pero aún estaban lejos de las estufas ecológicas que hoy caracterizan a la marca.
“Comenzamos con artículos de iluminación existentes que tenía esa fábrica. Los tratamos de vender, pero era difícil. Después hicimos reposeras, bicicletas, pintura para terceros. Durante un par de años nos fue mal. Hasta que nos surgió un requerimiento del INTI Patagonia para desarrollar una cocina y un horno. Así empezamos a diseñar una estufa; la probamos en sus laboratorios y el resultado fue el puntapié inicial. Teníamos tres empleados”, narra Marcos sobre los inicios. Hoy Ñuke tiene 30 empleados en su fábrica, ubicada en la localidad bonaerense de Caseros. Vende unas 5.000 unidades al año, entre estufas insertables, parrillas y hornos, tanto en el mercado interno como a México, Chile, Costa Rica, Uruguay y Perú.
El caso de Ñuke, junto a los de otros dos
emprendimientos de la zona, Salve Regina y Hummus, fueron unos de los ejes de la convocatoria “Encuentro Buenos Negocios Zona Oeste” que realizó Banco Galicia, en mayo en el Palacio Leloir. Fue la primera convocatoria de este tipo que la entidad financiera llevó a cabo en la zona oeste del Conurbano, y también contó con la presencia de profesionales del tema, como Manuel Sbdar (ver recuadro).
ROL
“En la Argentina, hay alrededor de 800.000 pymes y 20.000 empresas familiares grandes que cumplen un rol muy importante en el desarrollo económico del país, aportan valor a la cadena de producción de bienes y servicios, y también son grandes generadoras de empleo. Desde Banco Galicia buscamos acompañar al segmento no sólo desde el asesoramiento financiero, sino también a través de formación en áreas estratégicas para una organización. Por esta razón, en 2012 creamos Buenos Negocios, comunidad a través de la cual ya logramos llegar a más de 65.000 personas tanto de modo online con buenosnegocios.com como con eventos presenciales en diferentes ciudades de la Argentina”, expresó Diego Bouchoux, gerente de Negocios y Pymes de Banco Galicia.
“Cuando a uno le sale mal algo, aprende. Y la vida es un continuo cuestionarse lo que uno está haciendo y poner empeño para salir adelante”, planteó Jorge Dartiguelongue, durante el panel
que moderó Diego Baccini, gerente de Red de Sucursales de Banco Galicia. “A los 62 años, mi hijo vino y me dijo que quería hacer algo conmigo”, agregó el ex Puma. “Arrancamos como pudimos, poniendo actitud, espíritu. Alquilamos un taller de 300 metros cuadrados; hicimos de todo. Un día descubrimos una necesidad, que en la Patagonia los mapuches se enfermaban por el humo cuando quemaban la leña al cocinar. Y queríamos hacer algo útil”.
Fue a partir de ese disparador que nació la marca de cocinas y estufas ecológicas Ñuke, un término que signifa “madre” en lengua mapuche.
Se trata de artefactos que no sólo evidencian un trabajado nivel de presentación visual sino que son alimentados con leña o energía solar. Diseñados en el país, contaron con el apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), con dos cámaras de combustión interna (sistema de doble combustión) y especificaciones técnicas que permiten lograr de la leña del orden del 75%, dijo el empresario. “El cliente es el que manda. Por ahí, a uno al principio le da bronca recibir un mail diciendo que algo pasa pero hay que agradecerlo porque cuando el cliente le señala algo es sobre lo que hay que mejorar. El camino del emprendedor es un camino difícil”.
Un punto de quiebre fue hace casi una década, cuando el padre debió ausentarse y el hijo tomó las riendas. “En el año 2010 yo me enfermé, me operaron cinco veces, y mi ausencia creo que dio impulso a la empresa, porque fue en ese año en que se incorporaron nuevos modelos”, dijo. “Hoy Marcos dirige la empresa y es un caso curioso, porque no es el padre el que delega la empresa al hijo. Acá trabajamos los dos en nuestra historia. Marcos es muy inquieto, investiga, se fue a Italia. Yo sé que dentro de 30 años se va a usar lo que diseñamos”, agregó.
Dartiguelongue cuenta que para conquistar un mercado hay que conseguir un buen distribuidor. “Nosotros estamos en Uruguay, Paraguay, Bolivia y, ahora, en Estados Unidos; contamos con una logística que también ofrecemos a empresas en la Argentina. Con exportar, uno tiene el corazón en la boca, porque no se pierden dos pesos”.
COLOR
Salve Regina se dedicada a crear accesorios, productos de decoración y elementos religiosos personalizados, con conceptos atractivos y materiales novedosos. El emprendimiento comenzó con una inversión de apenas $ 500 en 2011y hoy exportan a México, Chile, Costa Rica, Uruguay y Perú.
Samanta Schabel, creadora de Salve Regina, fundó la marca en 2011. “Los primeros tres meses fueron muy difíciles, me la pasaba llorando”, dice sobre sus primeros pasos, a la hora de pasar de un empleo en relación de dependencia, a ser su propia jefa. Schabel trabajaba como empleada administrativa en una constructora y, dice, necesitaba más tiempo para dedicarle a su familia. “Mi mamá tenía un pequeño
emprendimiento y a mí se me ocurrió diseñar rosarios, con material diferente, de colores”.
Comenzaron trabajando en una habitación muy pequeña de la casa. Después se mudaron a un departamento, alquilaron otro arriba y terminaron comprando un edificio en Lomas del Mirador.
¿En qué consisten los diseños religiosos de Salve Regina? En su catálogo hay souvenirs, estampitas reversionadas de la Virgen, cadenitas, pulseras, rosarios. Todo con modelos modernos, llenos de colores.
“Todo lo que cobraba lo tenía que volver a reinvertir, todo el tiempo. No me quedaba nada porque las cosas iban muy rápido; a veces es imposible detenerse y decir “voy a proyectar”. Cuando te armás un equipo de profesionales, ellos te obligan a proyectar. Ahora tenemos todos los canales: franquicias, distribuidora, y comercializadora ecommerce. Mi sueño es poder exportar a todos lados. Ya empezamos a comercializar con México, pero todavía somos muy chicos”.
Cuando el proyecto ya estaba andando, se sumó su marido, José Luis López. “Tenía un cargo jerárquico en Telecom y ahora somos dos los que pegamos el salto, porque no es sencillo tomar decisiones sólo. Para mí fue muy bueno que él me pueda acompañar. El paso siguiente fue formar equipo, una red de contención, no sólo una red de profesionales”. Un tema sobre el cual pone énfasis es el vínculo con los clientes. “Me encanta ir a nuestros locales y escuchar qué quieren; de hecho, tenemos un e-commerce en el que el cliente se diseña su propio souvenir. Me parece genial esa interacción. Sólo en las redes tenemos 130.000 seguidores y te juro que les contestamos a todos. Les dedicamos tiempo a todos, porque ellos son los que te dan las ideas, sugerencias para mejorar y me parece que ésa es la clave”.
MARCA
Matías Carrabs es el mayor de sus cuatro hermanos, y lidera Hummus, una fabricante de calzado en goma eva inyectada. “Mi abuelo se las rebuscaba haciendo unas chancletas con el caucho de las gomas en la Italia de la posguerra. Y un día mi papá, en el chat de la familia, me preguntó ‘¿Qué pasa con la goma eva’. Y vimos que era el material que utilizaba la marca Crocs“.
El emprendimiento, del cual participan los cuatro hermanos y ambos padres, comenzó hace cuatro años. Y con no poca planificación previa. Carrabs cuenta que la primera cuestión era si iban a fabricar para terceros o crear su propia marca. Eligieron esta última opción, más arriesgada.
“Elegir construir una marca es estar constantemente aprendiendo y cuestionándose. Es muy probable que lo primero que planifiques esté mal, entonces hay que corregir lo que se hace porque nunca está bien, cien por ciento bien. Hay que trabajar buscando continuamente la mejora. Incluso cuando un cliente reclama. Esas son las cosas que más te enseñan, es lo que más hay que escuchar porque probablemente es el que más conoce de la marca”. La inversión no salió de los ahorros de sus socios, sino de un crédito. “Implicaba invertir un gran capital que nosotros no teníamos. Tuvimos que meternos en un crédito con el que fuimos a comprar las máquinas más importantes del proyecto. El monto a invertir era muy elevado y no podíamos dejar ningún aspecto descuidado. Buscamos cuidar desde lo conceptual hasta la marca”.
Carrabs comenta que trabajar con la familia tiene sus pros y sus contras. “Somos cuatro hermanos. Mi padre participa activamente; a mi madre la fuimos a buscar para que nos asesore en la parte administrativa. El tema es que con tus hermanos siempre fuiste un par y de repente te encontrás, en el día a día, con una jerarquía que por ahí no estaba, en el que uno le tiene que decir qué hacer al otro. Nosotros, para tener menos roces, nos dedicamos cada uno hacia una especialización, nos dividimos los roles, y en las reuniones de directorio compartimos decisiones, pero la última palabra la toma el que lidera el departamento en cuestión”.