¿Quién se ocupa de la estrategia?
Los dueños de pymes suelen mostarse más interesados en resolver las cuestiones cotidianas de su empresa. Pero cuando el mercado exige un cambio de rumbo, alguien debe hacer la tarea.
Si tu negocio no presenta una sana relación entre los costos y el beneficio, tienes dos opciones: o planificas cuidadosamente tu salida del mercado, u optimizas al máximo todos los recursos que dispones, buscando simultáneamente recrear tu empresa. Si te decides por la segunda, piensa que requerirás del máximo esfuerzo para optimizar lo que estén haciendo y, paralelamente, deberás conducir la reconversión creando, en forma simultánea, las nuevas formas de atender y resolver las necesidades del mercado.
Desde mi experiencia, puedo decirte que en el 100% de casi 20 pymes industriales atendidas en los últimos tres años, he encontrado a sus dueños dedicados, casi exclusivamente, a su personal gusto, a atender el desafío de la mecánica, pero con un bajo nivel de interés de ocuparse en la dirección del negocio. Lo grave es que nadie se ocupa seriamente del posicionamiento estratégico de la empresa, en cómo conducirla hacia un futuro deseado.
En esta línea con esta experiencia, un reciente informe de Adiras señala: “Cuando a las pymes les está yendo bien, sus dueños no piensan en la posibilidad de un traspié, pero cuando los vientos soplan en contra, no saben cómo surfear la incertidumbre…”. Y esto luce razonable, ya que mientras todo funciona bien, nadie se ocupa de lo que está funcionando mal. Y lo malo es la desatención de la visión estratégica de la organización. Es como si conducieras un vehículo, en una noche cerrada, sin luces, ocupado solamente en que el motor funcione perfectamente, pero sin plantearte exactamente adónde quieres llegar. Mientras nada sucede, nadie se preocupa. Pero si algo impensado ocurre, aparece primero la confusión que luego se transforma en incertidumbre.
En general, en las empresas a las que me refiero con el ejemplo, parecería que nadie decidió definir qué hacer hoy para lograr que mañana ocurra lo esperado. Así es como muchas pymes terminan en una crisis de posicionamiento.
Según el informe de Adiras, un 36% de los dueños de pymes acude tardíamente en ayuda, cuando las papas queman. Si a esto le sumas que el 63% de las pymes no cuentan con un directorio que aporta ideas para gobernar la empresa, el panorama se presenta muy comprometido.
Todo lo mencionado puede parecer muy desalentador a menos que, a esta información, le sepas sacar ventajas. Y son los dueños de las pymes los que tienen esa responsabilidad estratégica de saber aprovechar las ventanas de oportunidad. Si fuera tu caso y decides no asumir este rol estratégico, te sugiero pienses delegarlo en alguien que tenga el ejercicio de saber analizar y proponer los cambios necesarios. Cambios orientados a la regeneración gradual y creativa sobre lo ya logrado, que direccionen a la empresa en el rumbo que indican las señales que el mercado propone. Sugiero que pienses en solicitar ayuda, para que puedas estudiar objetivamente un nuevo punto de partida y desde allí considerar la inclusión de todas las condiciones que te imponga un negocio sano. Este enfoque nada tiene de ingenuo. Ponerlo en práctica ha conseguido que empresarios en dificultades enfrenten su cruda realidad y hayan logrado tomar decisiones que transformaron sus empresas en organizaciones previsibles y sustentables. En cualquier negocio que te encuentres, asegúrate de crear previsibilidad en su gestión. Ese debiera ser el objetivo principal de todo conductor de empresas que se precie de serlo.