12 desafíos para la Argentina
Transcribimos el Capítulo 2 de Travesía 4.0, hacia la transformación industrial argentina, realizado por CIPPEC junto al BID-Intal y la UIA. autores: ramiro albrieu, ana inés basco, caterina brest lópez, belisario de azevedo, fernando peirano, martín rapetti y gabriel vienni.
Nuestro trabajo indaga, a través de una encuesta a empresas de seis ramas de la industria manufacturera argentina, sobre el grado de penetración actual y esperado de las nuevas tecnologías, así como sobre el impacto actual y esperado sobre la demanda de trabajo en las firmas del sector. La encuesta alcanzó a 307 firmas pertenecientes a seis ramas industriales: Alimentos procesados; Siderurgia y Metalmecánica; Vehículos livianos y Piezas y accesorios; Textil; Maquinaria agrícola y Biofarma. El diseño de la encuesta, la selección de los sectores y el marco conceptual que contiene las categorías que definen los distintos estados de adopción tecnológica siguen los lineamientos del proyecto “Industria 2027” de Brasil, impulsado por la Confederación Nacional de Industrias y que contó con el apoyo técnico de la UFRJ y la Unicamp.
Los resultados muestran que, en términos de adopción tecnológica, la travesía hacia la Industria 4.0 en la Argentina –al igual que en Brasil– recién comienza.
Dentro de esta caracterización general, existen heterogeneidades significativas al interior de la industria. Nuestro trabajo identifica a tres grupos de empresas:
Un pequeño conjunto (6% de la muestra) que, pese a no ser enteramente 4.0, se encuentra próximo a la cima tecnológica, que llamaremos los Cóndores.
Un grupo, que incluye al 45% de la muestra, que se caracteriza por emplear tecnologías de desarrollo medio y ser activo para cerrar las brechas que lo separan de la frontera tecnológica, que identificaremos como Alpinistas.
Otro grupo que abarca a cerca de la mitad de las empresas, las cuales usan tecnologías de primera y segunda generación y parecen inactivas frente al cambio tecnológico, a quienes denominaremos Trekkers.
El análisis comparativo de las encuestas en la
Argentina y Brasil arroja, a su vez, tres mensajes importantes. El primero es que las tecnologías 4.0 son aún de uso marginal en ambos países. El segundo es que existe un porcentaje importante de firmas empleando tecnologías de primera y segunda generación en los dos países. El tercero es que en ambos países la mayoría de las empresas no ha tomado aún acciones específicas para cerrar la brecha.
La buena noticia es que la Argentina y Brasil tienen dos de los tres entramados industriales más profundos de América Latina. Por lo tanto, cuentan con los activos necesarios para poder completar esta travesía, que debe ser vista como una buena oportunidad para revitalizar el sector productivo de ambos países.
Con respecto a la demanda de habilidades, la escasa importancia otorgada a habilidades vinculadas con inteligencia artificial, impresión 3D, computación en la nube, sensores inteligentes, Internet de las cosas y realidad aumentada en la contratación de personal en los últimos años se condice con una industria en la que la mayoría de empresas aún no ha iniciado una transformación hacia sistemas ciberfísicos y modelos de negocios basados en analítica de datos.
De todas maneras, las empresas argentinas esperan un pronunciado salto en su demanda de habilidades asociadas a estas transformaciones en los próximos cinco años.
Más allá de estas consideraciones, la demanda de habilidades también refleja un patrón compatible con encuestas del resto del mundo y con la literatura reciente sobre los trabajos del futuro: un elevado porcentaje de empresas que prioriza las habilidades blandas y relacionales, por encima incluso de habilidades tecnológicas y técnicas. En un contexto de cambio acelerado, los conocimientos teóricos y técnicos pierden relevancia ante habilidades interpersonales, creativas y de solución de problemas complejos, que no sólo son más difíciles de automatizar, sino que son determinantes para que los trabajadores logren adaptarse exitosamente a las cambiantes exigencias laborales.
Por otro lado, las empresas encuestadas reflejan un proceso de automatización con impacto balanceado sobre el empleo en los últimos cinco años. Las empresas tecnológicamente más avanzadas (Cóndores), en su gran mayoría, han aumentado su dotación de personal como consecuencia de este proceso. En cambio, entre las empresas menos avanzadas y poco dinámicas (Trekkers), son más las que han reducido personal que las que lo han aumentado. A su vez, aunque las expectativas a futuro de las empresas respecto del impacto de la automatización sobre el empleo son más bien pesimistas, se destaca un impacto neutro o incluso positivo en tareas con elevado contenido cognitivo y donde las habilidades relacionales son más importantes.
Este camino de transformación no sólo implica un cambio al interior de las firmas, sino –tal vez más importante– un agresivo esfuerzo de política pública que resuelva los obstáculos que hoy encuentran las firmas para adoptar tecnologías, y que apuntale la generación de competencias laborales en línea con el cambio tecnológico en curso. Sin embargo, el conjunto de políticas elegido no puede ser uniforme dadas las fuertes heterogeneidades que –como aquí se muestra– tiene el tejido industrial argentino.
1. La industria argentina: montañistas comenzando a mirar hacia la nueva “cima tecnológica”.
Por el momento, la mayor parte de las empresas encuestadas operan con sistemas tecnológicos propios del estado del arte de sus industrias. Aún es incipiente la conformación de un sistema productivo con tecnologías enteramente 4.0: menos del 10% de las firmas industriales posee tecnologías de última generación en algún área funcional. Sin embargo, se percibe una expectativa de cambio rápido para los próximos años. Casi la mitad de las firmas
“En términos de adopción tecnológica, la travesía de las empresas hacia la Industria 4.0, tanto en la Argentina como en Brasil, recién comienza.”
indica que en los próximos 10 años aumentará notablemente el uso de tecnologías 4.0, aunque 6 de cada 10 reconoce no estar tomando ninguna acción para lograrlo.
2. Montañistas en la Argentina y Brasil, ¿con vértigo?
Un análisis comparativo de la industria en la Argentina y Brasil indica que ambos países están, en promedio, alejados de la frontera tecnológica. En ambos países, las firmas afirman mayoritariamente que en la próxima década cerrarán buena parte de la brecha tecnológica, aunque muchas de ellas no están tomando todavía acciones para concretar esa ambición.
3. Radiografía de los montañistas en la Argentina: ¿Cóndores, Alpinistas o Trekkers?
Medida por su nivel tecnológico y su dinamismo, la industria argentina presenta una estructura piramidal o de montaña que da cuenta de la existencia de tres grupos. Los Trekkers, casi la mitad de las firmas, conforman un grupo que se caracteriza por poseer tecnologías de primera y segunda generación y por no estar llevando a cabo acciones para realizar el ascenso. En el polo opuesto, están los Cóndores: un pequeño segmento –6%– de firmas con tecnologías avanzadas y que en su mayoría está tomando acciones para acercarse a la cima 4.0. El ecosistema industrial cierra con el grupo de los Alpinistas –45% de las firmas– que poseen tecnologías intermedias y que se muestran dinámicos para escalar a la cima.
4. Tamaño e inversiones, elementos que caracterizan el tipo de escaladores.
El nivel de avance tecnológico está vinculado con el tamaño de la empresa: el 85% de las empresas más rezagadas son micro y pequeñas empresas, mientras que apenas un tercio de las más avanzadas tecnológicamente son pequeñas. Las empresas que están más cerca de la cima son además las que más invierten en mejorar sus tecnologías, principalmente a través de investigación y desarrollo, y de otras actividades como la inversión en capital fijo y la contratación de empresas especializadas en tecnologíasdigitales.
5. Empresas exportadoras, más cerca de llegar a la cima.
Existe una correlación entre la capacidad de exportar y el estado tecnológico de las firmas. El 61% de las firmas que pertenecen al grupo de los Cóndores –los más aventajados tecnológicamente– son exportadoras. La preponderancia de las firmas exportadoras va declinando con los grupos de menor absorción tecnológica: 45% de las firmas del grupo intermedio (los Alpinistas) y 23% del menos avanzado tecnológicamente (los Trekkers) son exportadoras.
Son las exportadoras también las que le dan más importancia a las habilidades asociadas a CTIM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas): 60% de las firmas exportadoras espera que las habilidades CTIM sean muy importantes en cinco años, contra sólo 37% de las que no exportan.
Asimismo, consideran más importante el conocimiento de nuevas tecnologías para las contrataciones de personal, en comparación con el resto. También tienen expectativas significativamente menos negativas en cuanto a la reducción de personal como consecuencia de la automatización en los próximos cinco años.
6. Obstáculos para las empresas argentinas: qué factores afectan su rendimiento y cuáles son los climas adversos.
La falta de acceso al financiamiento es el principal problema para el progreso tecnológico de las firmas argentinas. Sin embargo, en el caso de las empresas más avanzadas tecnológicamente, los factores estrictamente externos a la firma –como la inadecuada infraestructura digital y los marcos regulatorios–, los cuales no pueden ser subsanados por acciones privadas, figuran como las principales barreras para el desarrollo de las empresas. En el polo opuesto, para las empresas menos avanzadas, los obstáculos de carácter interno a la firma, como la cultura de la empresa y el desconocimiento de la tecnología, cobran mayor relevancia.
7. Habilidades blandas: escalando.
La capacidad para trabajar en equipo, la comunicación, y la flexibilidad, entre otras– son las más priorizadas por las empresas: para el 93% han sido muy o algo importantes en los últimos años.
Las empresas más avanzadas tecnológicamente son las que más relevancia otorgan a este tipo de habilidades, así como también a las habilidades de interacción personas/computadoras. Por su parte, aunque las habilidades asociadas a CTIM han resultado relativamente poco relevantes en los últimos años –menos de la mitad las consideró “muy importantes” o “algo importantes”–, su importancia relativa aumenta a medida que se acelera el ritmo de adopción tecnológica: a cinco años, son las habilidades que registran el mayor incremento respecto de la demanda de los últimos dos. A su vez, las habilidades CTIM parecen ser un factor relevante en la adopción de nuevas tecnologías: más de 50% de las firmas más dinámicas en la adopción de tecnologías (Cóndores y Alpinistas) le dan mucha importancia, mientras que sólo 33% de las empresas menos dinámicas (Trekkers) lo hacen.
8. Preparando las habilidades para la travesía.
La demanda de habilidades vinculadas con la Industria 4.0 en la contratación de personal ha sido escasa en los últimos años. Para los próximos cinco años, en cambio, las empresas
esperan un pronunciado salto en su demanda de dichas habilidades, especialmente en tecnologías como big data, robótica avanzada, Internet de las cosas y sensores inteligentes. Se destaca en este sentido la necesidad de políticas orientadas a la readaptación de habilidades de los trabajadores presentes y futuros para aprovechar la irrupción de estas nuevas tecnologías.
9. ¿Montañistas 4.0 = Más empleo?
En los últimos cinco años, las empresas encuestadas reflejan un proceso de automatización con impacto balanceado sobre el empleo. De hecho, son relativamente pocas las empresas que han reducido su dotación de personal como consecuencia de la automatización (19%), en comparación con aquellas que la han aumentado (22%).
Las empresas tecnológicamente más avanzadas (Cóndores) son las que más han aumentado su dotación de personal como consecuencia de este proceso: 62% afirma esto, contra sólo 6% que refleja una reducción. En cambio, entre las empresas menos avanzadas y poco dinámicas (Trekkers), son más las que han reducido personal que las que lo han aumentado.
10. Empleo cognitivo y relacional para un ascenso exitoso.
En el último quinquenio, la incorporación de tecnologías ha tenido un impacto relativamente más negativo sobre el empleo en aquellas tareas más bien repetitivas y con bajo contenido cognitivo, relacionadas con gestión de stock, logística, distribución, relación con proveedores y mantenimiento de equipos.
Y aunque las expectativas respecto del impacto de la automatización sobre el empleo en el futuro cercano son más bien pesimistas –particularmente en este tipo de tareas–, se destaca un impacto neutro o incluso positivo de la automatización en tareas con elevado contenido cognitivo y donde las habilidades blandas son más importantes.
11. Factores determinantes de una escalada tecnológica inclusiva.
Las empresas más jóvenes, las que venden principalmente por el canal B2B, las más avanzadas tecnológicamente, las que exportan y las que innovan tienen más chances de haber realizado una transición inclusiva hacia la automatización, con creación de empleo en los últimos cinco años. El tamaño de las firmas, en cambio, no parece incidir.
Asimismo, las empresas que más se preparan e invierten en la transformación tecnológica, sea cual sea su sector, su tamaño, su antigüedad, su nivel tecnológico o su capacidad de innovación, tienen más chances de realizar una transición inclusiva hacia la automatización.
12. Planes de entrenamiento diferenciados para alcanzar la “cima tecnológica”.
Los estímulos y los bienes públicos complementarios que requieren los tres grupos que se han identificado son diferentes. Es necesario trabajar en el diseño de políticas públicas diferenciadas. Frente a las empresas del grupo de Cóndores, estas medidas podrían enfocarse en la reducción del costo del capital y en la mejora de la infraestructura de comunicaciones.
Para las empresas del grupo Alpinistas, que se encuentran a mitad de camino, las políticas públicas deben enfocarse en generar estímulos a la inversión con facilidades para la sofisticación de la gestión.
Será de relevancia el desarrollo de nuevas regulaciones que limiten las posiciones dominantes y acoten la extracción de rentas originadas en las nuevas estructuras de mercados. Y tanto para éstas como para las más avanzadas, las políticas deberían combinarse con esfuerzos a favor de un perfil más exportador.
Para las empresas menos avanzadas del grupo Trekkers, las políticas públicas deben tener como eje una redefinición del modelo de negocios y un incremento en las capacidades de gestión empresarial antes que una modernización de sus sistemas productivos o una renovación de sus productos. Se trata del desafío más complejo ya que son empresas rezagadas tanto en términos relativos como absolutos. La evolución de estas empresas posiblemente sea un proceso donde el puntapié inicial dependa más de la densidad de las acciones públicas que de la limitada iniciativa privada que puedan desplegar.
“La capacidad para trabajar en equipo, la comunicación y la flexibilidad, entre otras, son las más priorizadas por el 93% de las empresas encuestadas.”