US$ 2.000 millones
LA BIOTECNOLOGÍA, CON MÁS DE 200 EMPRESAS EN EL PAÍS, TAMBIÉN SE POSICIONA.
Existen 201 empresas de biotecnología en la Argentina, según la cámara que las agrupa. Esto ubica a nuestro país dentro de los 20 con mayor desarrollo de la actividad a escala mundial y en segundo lugar en América Latina, sólo detrás de Brasil.
Con 1.100 personas que se dedican exclusivamente a actividades de Investigación y Desarrollo en sus planteles, dichas firmas facturan en conjunto más de US$ 2.000 millones en productos biotecnológicos. El 75% corresponde al sector del agro, fundamentalmente a la provisión de semillas, y el 13% al de salud humana, incluyendo medicamentos y fertilización asistida.
Su balanza comercial se encuentra relativamente equilibrada, siempre de acuerdo con la Cámara Argentina de Biotecnología. De hecho, las exportaciones rondan los US$ 430 millones anuales. Las ventas a países de América del Sur representan cerca del 55% de ese total.
Y si bien la facturación se concentra en una decena de multinacionales, hay un importante número de emprendimientos con ventas en alza pero sobre todo con activa inversión en investigación y desarrollo. Una de ellas es AgIdea, una firma dedicada justamente a llevar adelante proyectos de I+D como servicio para empresas de tecnología agrícola.
Fundada en 2006, con sedes en Pergamino y también en Uruguay y Estados Unidos, proyecta facturar en 2019 unos $ 200 millones, en el rango de un 15 a un 22% debido a exportaciones.
Entre sus clientes se cuentan startups y grandes multinacionales como Bayer, Syngenta, BASF o Corteva. Cuenta con 112 empleados y nada menos que el 50% de sus gerentes de proyecto son graduados de maestrías o doctorados.
“El proceso de investigación y desarrollo de una nueva tecnología agrícola, por ejemplo una variedad de semilla o un fungicida, puede durar entre cinco y quince años. Consta de fases de prueba de concepto, desarrollo, asuntos regulatorios y propuesta de valor precomercial. En AgIdea ayudamos a acelerar la llegada al mercado de los productos de nuestros clientes, mediante la definición de estrategias y la conducción de ensayos de campo y laboratorio”, explica Gonzalo Grigera, socio de la empresa.
“Con el eje en la ejecución del proyecto, resolvemos también los aspectos logísticos, regulatorios, de cumplimiento de normas y calidad. Un aspecto crítico es nuestra presencia en ambos hemisferios, lo cual nos permite contar con dos ciclos de cultivo en un año. Eso es vital para muchos proyectos de investigación. Intentamos ser un puente entre la ciencia y el mercado de agronegocios a escala global”, continúa.
Y no obstante admite que la coyuntura argentina de estanflación los afectó, anulando el margen del negocio, generando problemas de financiamiento y amenazando el nivel de actividad e inversión, Grigera también asegura que sus planes pasan por seguir innovando en servicios de alto valor agregado acordes con las necesidades de sus clientes.
“Los principales vectores de crecimiento vendrán con ciertos servicios asociados a biotecnología y mejoramiento de semillas, la introducción de productos biológicos promotores del crecimiento de los cultivos, y el laboratorio de química analítica para análisis de residuos de productos fitosanitarios y micotoxinas en distintas matrices”, analiza acerca de sus iniciativas en marcha.