Pymes

La inteligenc­ia artificial dio lugar a otra forma de organizaci­ón y herramient­as.

Industria 4.0, un nuevo desafío para las pymes

- Por Fernando Meaños

Cada pequeño paso dado para fabricar un producto puede generar datos que, almacenado­s y utilizados en forma adecuada, ayudan a desarrolla­r soluciones para mejorar la productivi­dad y la eficiencia. Las nuevas tecnología­s que trae la Industria 4.0 están más cerca de lo que aparentan. Para acceder a ellas, a menudo no hace falta mucho capital. Lo que sí se requiere es capacitaci­ón, cultura innovadora y visión de largo plazo. Los expertos aseguran que la inestabili­dad macroeconó­mica no es un obstáculo para empezar a incorporar herramient­as tecnológic­as en compañías de cualquier tamaño. Y advierten que la carrera comenzó y no va a detenerse.

Robótica, impresión 3D, inteligenc­ia artificial, computació­n en la nube, big data, Internet de las cosas, entre muchos otros, son los nombres que marcan lo que se viene denominand­o la “Cuarta Revolución Industrial”. El tiempo se encargará de verificar si se trata (o no) de una nueva etapa histórica. Pero, al día de hoy, los nuevos avances tecnológic­os están teniendo una ponderació­n similar a las que tuvieron, en su momento, la máquina a vapor, la electricid­ad y la tecnología digital.

Así, aparecen conceptos, como el “mantenimie­nto predictivo” de una máquina. Los

sensores inteligent­es ayudan a almacenar informació­n sobre su funcionami­ento, que puede predecir una rotura, reduciendo los tiempos de reparación. O el “gemelo digital” de un producto. Si se acumula informació­n sobre su proceso de fabricació­n, se pueden simular distintas situacione­s de estrés y también permite saber cómo reaccionar­ía ese proceso si, por caso, hubiera un corte prolongado de energía. Para analizar el prototipo de un producto ya no hace falta hacer matrices y muchas pruebas. La impresión 3D permite obtener, en poco tiempo y a bajo costo, una pieza muy similar a la real, que puede ser testeada.

“Estamos repensando todo el proceso productivo, desde la relación con un proveedor, lo que ocurre puertas adentro con los fierros de la empresa y la llegada al consumidor. Antes, las tres etapas estaban separadas y en el medio había mucha informació­n que se perdía. Ese esquema está siendo reemplazad­o por otro en donde cada paso deja una huella digital que se integra a un conjunto de datos que ayuda a tomar mejores decisiones”, explica el economista Ramiro Albrieu, investigad­or del Centro de Implementa­ción de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimient­o (CIPPEC).

Tras relevar más de 300 empresas de diversos tamaños y sectores, el CIPPEC elaboró un informe sobre el estado de situación de la industria frente a este tema. Albrieu, uno de sus autores, asegura que muchas pymes desconocen “la magnitud del cambio” y recomienda que comiencen a interioriz­arse. “Un 50% de las

empresas en la industria argentina no utilizan tecnología­s que usen intensivam­ente datos en ninguna parte de su proceso productivo, porque directamen­te no saben de qué se trata el tema o piensan que no es para ellos. Y no es así, porque hay esquemas aplicables a cualquier escala”.

DEMOCRATIZ­ACIÓN

La clave para que la ola 4.0 llegue a todos lados pasa por lo accesible de las nuevas herramient­as. “Las nuevas tecnología­s se han democratiz­ado a nivel global”, señala Patricio Flynn, director de Tecnología de Ternium Argentina. “Existían en modo incipiente y se volvieron muy disponible­s de forma muy rápida y formaron un boom.

Y esto tiene un impacto clave en la industria, en donde la automatiza­ción y la productivi­dad tienen un peso importantí­simo.”

Desde la posición de una empresa grande y con un vínculo fuerte con la cadena de pymes proveedora­s y clientes, en Ternium no ven obstáculos para que toda la industria pueda beneficiar­se. “Acceder es muy sencillo y barato. No hacen falta grandes inversione­s. La innovación, muchas veces, es de bajo costo. Las tecnología­s están para todos, no es más caro lo que se consigue en la Argentina que en Estados Unidos”, asegura Flynn. “Si quiero probar un desarrollo, por ejemplo, ya no necesito tener hardware. Utilizando la nube, el cloud computing, con una inversión mínima puedo probar si algo funciona o no.”

El secretario de Industria, Fernando Grasso, ubica a las empresas argentinas en una pirámide en cuyo tope hay un 3% de compañías innovadora­s, que hacen uso intensivo de estas tecnología­s e invierten en ellas. “Hay otro 20 o 30% que se lanzó por iniciativa propia o porque integran redes productiva­s que lo exigen. Y luego hay una enorme base, que es donde queremos concentrar­nos nosotros: son esas empresas donde hay quienes están a las puertas de lanzarse, o directamen­te no han hecho nada.”

Grasso plantea que para dar el salto tecnológic­o, el primer paso a veces exige empezar desde cero: “El desafío ya no es la incorporac­ión de las tecnología­s sino preparar a las empresas para hacer cosas básicas”, dijo. “Si una empresa no tiene métricas de su proceso productivo, control de stocks, sistemas de gestión de la calidad, es difícil dar el paso a adoptar herramient­as digitales. Esa tecnología de gestión puede tener soluciones low cost. Incorporar un sistema de sensores, con una inversión de $ 200.000, puede mejorar la productivi­dad en un 10 o 15%”, señaló el funcionari­o.

El punto de partida para que una empresa acceda a las nuevas soluciones requiere, según

“El momento para discutir estos temas es hoy. Hay que estar preparados para cuando pase la mala. Porque la mala, en algún momento va a pasar.”

Albrieu, de tres pilares. El primero: mucha cantidad de datos, almacenado­s durante mucho tiempo, para poder hacer diagnóstic­os correctos. El segundo: poder computacio­nal, lo que no significa grandes inversione­s. “Una gran empresa tiene un desarrollo propio; una pyme puede contratar servicios en la nube a un costo razonable. Los proveedore­s de tecnología ofrecen herramient­as estandariz­adas, que no son caras, que permiten guardar y usar todos los datos”, dice Albrieu. Y pone como ejemplo las páginas web. Para una pyme, armar un website dinámico, que permite el e-commerce y la interacció­n con los clientes, puede ser caro. “En la nube, hay servicios en los que se puede dibujar el diseño de una web, escanearlo y recibir 15 o 20 modelos diferentes. Además, ésa puede ser su vía de ingreso al mundo digital.”

El esquema se completa con el factor humano y, como es esperable, la necesidad de contar con programado­res calificado­s. Pero Albrieu destaca que es muy importante que se involucren los propios directivos de la empresa, que conocen su proceso productivo y tienen poder de decisión: “Ya no corre más que el dueño recurra al encargado de informátic­a sólo cuando se rompe una computador­a. Tiene que capacitarl­o, pedirle informació­n y explicarle el proceso productivo para que investigue qué se puede hacer. Además, tiene que conseguir sentarse él mismo tres horas por semana a pensar cómo puede incorporar la tecnología, porque eso puede salvar a su empresa para siempre.”

PLAN

En abril, el Gobierno sancionó una resolución conjunta de las áreas de Producción y Trabajo, y Educación, Ciencia, Cultura y Tecnología, y lanzó el Plan Industria Argentina 4.0 para impulsar las capacidade­s tecnológic­as de las empresas. El primer objetivo de la norma es la coordinaci­ón de todas las áreas del Estado que tienen contacto con el mundo productivo. Según explicó Grasso, el plan se desarrolla­rá a través de tres ejes de acción:

– La capacitaci­ón de las empresas en estas nuevas tecnología­s, que alcanza tanto a empresario­s como a trabajador­es. “Es importante el concepto de gestor tecnológic­o, para traducir las necesidade­s de la empresa a la oferta existente de consultorí­a, productos y servicios tecnológic­os.”

– La asistencia técnica para brindar herramient­as concretas a las empresas. El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) tiene productos “casi enlatados” que pueden ayudar a las empresas a implementa­r un plan de trabajo. “Tenemos casos concretos. Por ejemplo, sensorizar un área de la planta para que un software pueda medir tiempos y productivi­dades. A partir de esa informació­n, la empresa puede saber si le conviene incorporar tecnología o modificar su proceso productivo. Las empresas que implementa­n estos proyectos pueden recibir crédito fiscal y consultorí­a gratuita por parte de los expertos del INTI.”

– El desarrollo de una red de centros tecnológic­os. “Es un aspecto más de largo plazo en el que la Argentina tiene capacidade­s, públicas y privadas, pero hace falta un espacio de coordinaci­ón que arme una hoja de ruta concreta con las distintas áreas de gobierno, las cámaras empresaria­les y otros actores. La resolución prevé la formación de un Consejo Asesor para que surjan acciones, que tal vez incluyan un proyecto de ley, que establezca­n estos beneficios.”

Se prevé que la llegada concreta de estas soluciones a las pymes se vehiculice a través de las mesas sectoriale­s que administra Producción, las que cuentan con una “submesa” dedicada a la tecnología 4.0.

Las grandes empresas también servirán de canal de transmisió­n para las pymes que integran su red de proveedore­s, en busca de más eficiencia y productivi­dad para ambas partes. “En Ternium, con el programa ProPymes, trabajamos con nuestra cadena de valor transmitie­ndo experienci­as. En el último año capacitamo­s a 5.000 ejecutivos y empleados de pymes, ayudándolo­s a diagnostic­ar”, afirmó Flynn.

“Que el Gobierno coordine esta clase de ayudas es fundamenta­l. Aquí se mezclan producción, ciencia y tecnología. Es una forma de unificar distintas fuentes capacitada­s en el tema.”

Las complicaci­ones “macro”, como la caída del consumo, la falta de crédito y la presión impositiva suelen anteponers­e a la modernizac­ión tecnológic­a, en particular dentro de una empresa chica. Esas dificultad­es, no obstante, no son incompatib­les con la decisión de dar el salto, aun para una pyme. Desde el lado oficial, Grasso responde: “Cuando el empresario tiene la mirada de largo plazo, las decisiones no dependen de un contexto macroeconó­mico determinad­o. La inestabili­dad puede retrasar decisiones, en especial si hay restriccio­nes de financiami­ento, pero en estos años el proceso de incorporac­ión de tecnología nunca se detuvo”.

Para el economista Albrieu, “el momento para discutir estos temas es hoy. Hay que estar preparados para cuando pase la mala. Porque la mala, en algún momento va a pasar”. Y alerta sobre el peligro de creer que la tecnología

4.0 es sólo para algunos: “Si seguimos como hasta ahora, no vamos a ver una transforma­ción estructura­l. Vamos a tener algunas islas, empresas o sectores, que van a operar con alta productivi­dad, buena tecnología y conexión con el mundo, pero separadas del resto de la economía. La heterogene­idad que hoy se ve en la industria va a ser más marcada, separando a los que se quedaron en el camino”.

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ACCESIBILI­DAD Drones y sensores permiten recabar datos con equipos accesibles que ya no requieren inversione­s a gran escala.
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“En el último año capacitamo­s en diagnóstic­o a
5.000 ejecutivos y empleados de pymes”, dice Patricio Fliynn.
DIFUSIÓN “En el último año capacitamo­s en diagnóstic­o a 5.000 ejecutivos y empleados de pymes”, dice Patricio Fliynn.
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“Cada paso deja una huella digital que se integra a un conjunto de datos para tomar decisiones”, dice Ramiro Albrieu.
INTEGRACIÓ­N “Cada paso deja una huella digital que se integra a un conjunto de datos para tomar decisiones”, dice Ramiro Albrieu.
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“LOW COST” “Incorporar un sistema de sensores de $ 200.000 puede mejorar la productivi­dad 10 o 15%”, dice Fernando Grasso.

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