El teletrabajo llegó para quedarse
“El trabajo remoto como nuevo paradigma”, que reproducimos en estas páginas, plantea que 89% de las pymes usará esta modalidad en 2021.
La pandemia ha impactado sobre la organización del trabajo en forma más permanente: el trabajo remoto asoma como un nuevo paradigma laboral. No se trata de un cambio marginal, sino de un cambio radical, que concierne desafíos para la modernización de la gestión interna de las organizaciones. Y plantea una tensión entre el camino hacia el dualismo productivo o la posibilidad de la convergencia en el futuro.
La investigación realizada por la Fundación Observatorio Pyme (FOP) muestra que la situación y el comportamiento de las empresas con hasta 800 ocupados durante la crisis del Covid19 se caracterizan por la conformación de dos grandes grupos polares, con aproximadamente 40% del total de estas empresas cada uno. Estos grupos se denominarán “dinámico” y “estático”, respectivamente.
El grupo “dinámico”, que abarca 38% del total de empresas con hasta 800 ocupados, está compuesto predominantemente por firmas de mayor dimensión, con mayor grado de operatividad, con menor presencia de personal completamente inactivo, con mayor participación de los sectores de Agro y Servicios y localizadas en la región Centro.
Las empresas de este grupo adoptaron y adoptarán más trabajo remoto que el promedio y declaran impactos más difundidos por la adopción de la modalidad en todas sus actividades.
Por último, las empresas de este grupo han visto crecer su facturación nominal entre agosto 2019 y agosto 2020.
Otro 37% del total de empresas de hasta 800 ocupados, al otro extremo, lo conforma un grupo “estático”, con mayor presencia de empresas de los sectores Construcción, Comercio e Industria Manufacturera. Su localización predominante son las regiones AMBA y Sur. Son empresas de menor dimensión, con mayor presencia de firmas no operativas y de staff totalmente inactivos. En este grupo se halla también menor adopción actual y previsión futura de trabajo remoto. También son más las empresas que en general no vieron aumentar la facturación o directamente experimentaron una disminución.
El restante 25% de las empresas del segmento se dividen en tres pequeños grupos no muy diferentes entre sí, por sector, tamaño, región, grados de operatividad y actividad de su personal, y adopción del trabajo remoto.
DIFUSIÓN DEL TRABAJO REMOTO
De acuerdo al relevamiento llevado a cabo por FOP entre el 15 de septiembre y el 18 de octubre (el sexto desde que comenzó la pandemia), 65% de las empresas de hasta 800 ocupados adoptó y/o adoptará la modalidad de trabajo remoto, ya sea en forma parcial o total.
A nivel sectorial, 82% de las firmas del sector Servicios ya había adoptado el trabajo remoto o bien lo hará en 2021, mientras que en Actividades Primarias y Construcción sólo 49% y 55%, respectivamente, trabajan con la nueva modalidad o lo harán en el futuro próximo.
Regionalmente, AMBA y Centro –territorios mejor posicionados en infraestructura, condiciones de vida, riqueza- presentan 70% y 65% de empresas, respectivamente, que adoptaron o adoptarán trabajo remoto. Es necesario resaltar que en AMBA (seguida por la región Centro) hay una mayor presencia relativa de prestación de servicios profesionales y de producción pasibles de desarrollarse fuera de los estable
“Dentro de las empresas que adoptaron el trabajo remoto, la pandemia cambió la modalidad de trabajo a mediano plazo, más allá de la crisis sanitaria”.
cimientos y oficinas (así como de empresas de Comercio, aunque en menor medida).
Por el contrario, el Norte argentino es el territorio más rezagado en adopción del trabajo remoto, en parte por mayor presencia de actividades vinculadas al agro y otros recursos naturales, también por cuestiones de infraestructura. El NEA presenta 41% de sus firmas con personal bajo trabajo remoto hasta el momento, mientras que en el NOA esa difusión es de 51% (dentro del Norte Grande, el NOA es una región menos desfavorecida que el NEA).
En cuanto a tamaño de las empresas, entre las que tienen 251 a 800 ocupados la difusión del trabajo remoto es 50% superior al extremo opuesto, las microempresas con menos de 10 ocupados. Y entre las firmas pequeñas -10 a 50 ocupados- la situación no es muy distinta a la de las micro.
Cuanto más operativas están las empresas, asimismo, también está más extendida la modalidad. Las estadísticas de FOP muestran que las empresas con menor proporción de personal inactivo, son al mismo tiempo las empresas con mayor propensión a utilizar el trabajo remoto, mostrando de este modo que su implementación no es simplemente una solución coyuntural para superar la crisis sanitaria. Un 45% de las empresas de hasta 800 ocupados con todo su personal inactivo ha adoptado trabajo remoto o prevé hacerlo, mientras que este guarismo es aproximadamente del 65% entre las firmas que no tienen a ningún trabajador inactivo o sólo experimentan inactividad parcial.
CAMBIO RADICAL E INTENSO
Dentro de las empresas que adoptaron y/o adoptarán el trabajo remoto, la pandemia cambió la modalidad de trabajo en el mediano plazo, más allá de la crisis sanitaria. Entre estas firmas, 51% tenía antes del Covid-19 a todo o parte de su personal desempeñándose fuera de las instalaciones, y para este año 89% prevé tener todo o parte de su staff bajo la nueva modalidad. En proporción, aumentan 75% las firmas con trabajo remoto entre la situación pre-pandemia y la previsión para este año.
También cabría preguntarse qué frecuencia semanal planean estas empresas adoptantes de trabajo remoto, ya que quizás un día a la semana sea simplemente el otorgamiento de un beneficio (home office) más que la transición hacia una nueva modalidad de prestación laboral.
Siguiendo estudios internacionales, podría definirse al trabajo remoto, en tanto nueva forma de trabajo, a la implementación del mismo para dos o más días a la semana. En este sentido, 76% de las empresas de hasta 800 ocupados con adopción de trabajo remoto prevé implementarlo este año como mínimo dos días por semana. Antes de la pandemia era 23%. De modo que la frecuencia del trabajo fuera de la empresa se triplica.
¿Podrían objetarse estos resultados argumentando que las previsiones sobre adopción del trabajo remoto para 2021 están influidas por la previsión por parte de las empresas de una nueva ola de restricciones? La respuesta en principio sería negativa, ya que la asociación entre personal bajo trabajo remoto y operatividad no es estadísticamente significativa para la previsión 2021, induciendo a pensar que las empresas no están contemplando mayores divergencias en su estado de operación o actividad a futuro. Y la correlación con inactividad del personal es cercana a cero.
COSTOS Y GESTIÓN INTERNA
En términos de costos, el impacto que mayor difusión alcanza entre las empresas de hasta 800 ocupados de todo el país con la adopción de trabajo remoto es el mayor costo en infraestructura tecnológica, para 36% de estas firmas. Le sigue la reducción de costos operativos (excepto alquileres), que alcanza a 30%. Mayores costos a causa de equipamiento y gastos del personal sólo son previstos por 25% de las empresas y 17% espera específicamente una reducción en los costos por alquileres inmobiliarios. De todos modos, 29% considera que no impactará de modo alguno sobre sus costos.
Las diferencias regionales no son estadísticamente significativas. Es innegable la existencia de circunstancias diversas a nivel regional y las fuertes asimetrías pre-existentes, pero no hacen diferencia en la mayor o menor difusión de uno u otro efecto sobre los costos de las firmas.
Por otra parte, si bien las diferencias sectoriales no son extremadamente llamativas, puede señalarse que Servicios, donde la adopción de trabajo remoto se prevé más extendida, destaca con mayor difusión de todos los impactos en costos (de aumento y reducción), así como, por el contrario, Construcción presenta la mayor presencia de firmas que no prevén impacto.
En términos dimensionales, entre las empresas de mayor tamaño (251-800 ocupados), con amplia difusión del trabajo remoto, es donde el impacto sobre los costos, tanto en aumento como en reducción, se observan más claramente.
En términos del impacto esperado sobre la gestión interna, los efectos más difundidos son la mayor planificación de actividades que reque-
“76% de las empresas que adoptaron trabajo remoto prevé implementarlo este año como mínimo dos días por semana. Antes de la pandemia, eran 23%”.
rirá la implementación de la nueva modalidad, una mayor evaluación por objetivos del desempeño del personal y una mayor autonomía de éste para llevar a cabo sus funciones (56%, 51% y 39% de las empresas con trabajo remoto, respectivamente).
En el otro extremo, que el nuevo paradigma se convierta en un obstáculo para la contratación de personal o que eleve el riesgo de conflicto laboral es una preocupación para menos de 15% de estas firmas.
Cabe destacar que la percepción de que la gestión interna no sufrirá cambio alguno es muy inferior a la ausencia de impacto en costos, ya que sólo 8% de las firmas que adoptarán trabajo remoto no prevé impacto alguno (vs. 29% para costos).
El favorecimiento de la incorporación de personal de otras regiones es previsto por 17%, una difusión similar a la que alcanzan tanto la disminución como el aumento de productividad (19% ambos).
El análisis estadístico de las respuestas de los empresarios que ya utilizan o utilizarán trabajo remoto muestra ideas muy bien asentadas sobre el impacto de esta modalidad de trabajo sobre la gestión interna y de costos. Se considera que la adopción del trabajo remoto requerirá una mayor autonomía del personal para realizar las tareas y, por consiguiente, la gestión deberá evaluar los resultados de las actividades ejecutadas remotamente mediante el logro de objetivos, abandonando los controles horarios.
La necesidad de evaluar por resultados el cumplimiento de los objetivos requerirá una mayor planificación de las actividades, planificación que los empresarios relacionan, además, con mayores costos en infraestructura tecnológica y con la necesidad de más capacitación del personal en las nuevas tecnologías. Al mismo tiempo que los empresarios prevén que la contratación de nuevo personal de otras regiones en la nueva modalidad disminuirá
“El trabajo remoto requerirá una mayor autonomía del personal y por consiguiente la gestión deberá evaluar los resultados mediante el logro de objetivos”.
los costos de alquiler de inmuebles y oficinas, estiman simultáneamente que puede haber nuevas dificultades de contratación y mayor riesgo de conflicto laboral.
PRODUCTIVIDAD
En línea con otros trabajos internacionales, las evidencias recogidas por la investigación de FOP muestran que el impacto positivo del trabajo remoto sobre la productividad está relacionado con algunos sectores específicos, fértiles a esta modalidad de organización, y con las propias capacidades y calificación del personal afectado. Desde el punto de vista sectorial, Servicios es el mejor preparado para la adopción del trabajo remoto, por sus específicas características tecno-productivas, y desde el punto de vista de las capacidades y calificación del personal.
De todas maneras, sólo 38% de las empresas informó que la adopción del trabajo remoto puede tener un impacto sobre la productividad del personal, positivo (19%) o negativo (19%). El restante 62% no prevé ningún impacto.
Los dos grupos que prevén impacto (positivo o negativo) son muy diferentes entre sí. El 19% de empresas que prevén impacto positivo sobre la productividad son mayormente empresas operativas y con poco personal inactivo, que además no prevén dificultad para contratar nuevo personal y tampoco dificultades para reclutar personal de otras regiones. También confían en el desarrollo de mayor autonomía del personal a través del trabajo remoto y esperan
menores costos de alquiler y costos operativos.
Al otro extremo, el 19% de empresas que prevén impacto negativo sobre la productividad son mayormente no operativas, con importante proporción de personal inactivo, con una visión pesimista sobre la evolución de las relaciones con el personal y los costos: dificultades para contratar y dificultades para reclutar en otras regiones, menor autonomía del personal y ninguna disminución de costos de alquiler y otros costos operativos.
En síntesis, dos realidades productivas, dos visiones contrapuestas acerca del impacto del trabajo remoto sobre la productividad.
Un condicionante para el beneficio o perjuicio en términos de productividad es la calificación del personal, el tipo de funciones desempeñadas y el sector de actividad de la empresa para la cual trabaja: trabajos de mayor calificación y autonomía, muestran mejores resultados en productividad.
Por otra parte, están los aspectos más “sociológicos” de las relaciones laborales. El trabajo fuera de la empresa, sin pares, puede provocar en las personas una sensación de desatención y los procesos pueden requerirles más tiempo por no contar con la ayuda práctica que se recibe en tiempo real, compartiendo un mismo lugar de trabajo.
Entre los beneficios se esgrime también la posibilidad de trabajar desde localizaciones más tranquilas, así como el aumento de la autonomía que consigue el personal. Y si se agregan todos aquellos procesos en que la digitalización y nuevas tecnologías intervienen, éstas son en sí mismas causales de aceleración de ciertos procesos previamente más “operativos” y por tanto más lentos.
Un punto no menor es la diferencia entre el trabajo remoto por obligación, como el adoptado durante la pandemia, y el trabajo remoto por opción, donde se esperan ciertos resultados convenientes. Este último caso podría
ser el de muchas de las empresas de hasta 800 ocupados de Argentina que están reformulando su modelo de organización del trabajo y adquiriendo una nueva modalidad para desempeñarlo, a partir de la experiencia adquirida a causa de la pandemia.
¿DUALIZACIÓN O CONVERGENCIA?
¿Cómo impactará la irrupción del trabajo remoto en el futuro de la economía argentina? ¿Agravará la divergencia productiva actualmente existente entre regiones, sectores y tamaños o favorecerá la deseada convergencia en la dirección del desarrollo?
El primer punto que es importante señalar es que los cambios producidos por la crisis y por la obligada necesidad de adoptar el trabajo remoto, la propensión al cambio o el deseo de cambio no son marginales, tanto por la cantidad de personal que después de la crisis del COVID19 pasa al trabajo remoto, así como por la cantidad de días por semana que serán laborables bajo esta modalidad. Es un escenario organizacional que llegó para quedarse y por eso las empresas revisan sus métodos de gestión para ajustarlos a una nueva realidad futura.
Otro punto a destacar es el dualismo productivo que la crisis del COVID-19 volvió a dejar en descubierto y que en algunos aspectos contribuyó a acentuar. Las estadísticas muestran la actual co-existencia de dos grupos de empresas, de iguales dimensiones, pero muy bien diferenciados. Un grupo “dinámico” (38% de las
“38% de las empresas informó que puede afectar la productividad del personal, positivo (19%) o negativo (19%). El otro 62% no prevé ningún impacto”.
“El cambio es mucho más veloz y profundo entre las empresas medianas que entre las microempresas, lo cual profundiza a futuro el actual dualismo”.
empresas) que se diferencia por la prevalencia de empresas del sector servicios y agro-recursos naturales, de mayor dimensión, más operativas, localizadas en la región Centro, con menos personal inactivo, con facturación nominal en aumento y con la expectativa que el trabajo remoto disminuirá los costos operativos.
El otro grupo, (37% de las empresas), y que se puede denominar “estático”, se ubica en una posición diametralmente opuesta: prevalecen aquí empresas más pequeñas, de los sectores Construcción, Industria Manufacturera y Comercio, localizadas en la región AMBA, con disminución de la facturación nominal y con una visión negativa del impacto del trabajo remoto en los costos operativos.
De esta manera, el mundo productivo actual de las empresas con hasta 800 ocupados de
Argentina emerge dual, confirmando la persistencia histórica de un fenómeno que caracteriza a los países de menor desarrollo. La pregunta es si la irrupción del trabajo remoto contribuirá a reducir en el futuro este dualismo o si, por el contrario, favorecerá la esperada convergencia y la dilución paulatina de las diferencias.
El cambio es mucho más veloz y profundo entre las empresas medianas y medianasgrandes que entre las microempresas, contribuyendo de esta manera a profundizar en el futuro el actual dualismo de las situaciones y comportamientos de las firmas.
DIVERGENCIA
Al contrario, la velocidad de los cambios por sector parece mostrar una tendencia a la convergencia de comportamientos en lo que respecta a la adopción del trabajo remoto en el futuro.
En efecto, partiendo de niveles más bajos de difusión del trabajo remoto en sus empresas, el sector de la construcción y el sector de la industria manufacturera parecen avanzar mucho más rápido en la adopción de esta nueva forma de gestión de la empresa que el resto de los sectores (con excepción del agro-ganadero y de recursos naturales).
Se conforma así un futuro con dos tendencias: una mayor divergencia en los ritmos de adopción del trabajo remoto entre empresas más grandes y más pequeñas y una relativa convergencia de ritmos de adopción del trabajo remoto entre sectores productivos. Para reducir la divergencia, por ejemplo, podría ser muy útil la acción público-privada a través de programas de apoyo y asistencia técnica.
También muestra entre los empresarios la necesidad de mayor autonomía del personal y evaluación del desempeño, basada más en el cumplimiento de los objetivos que de los horarios, mayor necesidad de planificación de las actividades para evaluar eficazmente los resultados de las acciones, y mayores costos de infraestructura tecnológica y de capacitación del personal en nuevas tecnologías.
Es interesante señalar que las ideas de los empresarios sobre el impacto del trabajo remoto no se diferencian significativamente ni por región ni por sector productivo.
El análisis de las expectativas de evolución de la productividad que tienen los empresarios para sus empresas agrega elementos a favor de la persistencia del dualismo. En línea con otros hallazgos de investigaciones internacionales, las estadísticas recogidas por FOP muestran que las características tecno-organizativas del sector productivo es uno de los determinantes de la expectativa de aumento de la productividad futura, y aquí se destaca especialmente el sector de los servicios avanzados.
Con estos resultados, será necesario continuar relevando la evolución de la situación de las empresas en relación a la adopción del trabajo remoto, para monitorear si la tendencia de la economía productiva de las empresas de hasta 800 ocupados, que es prácticamente 90% de la ocupación, está transitando un sendero de mayor dualismo o de convergencia productiva.•