Una bomba para extracción terciaria de petróleo
Metalcrom SA fue fundada en 1967, por Norberto Bartalini tras trabajar durante muchos años en la plana de Avellaneda, de Siam Di Tella. “Un día decidió ponerse por su cuenta con un taller metalúrgico, en el fondo de su casa”, cuenta su hijo Alejandro, actual titular de la empresa. “Al poco tiempo, cuando yo ya estudiaba Ingeniería, le propuse empezar a producir vástagos para la industria hidráulica y neumática y después se nos ocurrió investigar un material que fuera resistente a la abrasión y a la corrosión. A los pocos meses nacieron las Barras Cromadas, pensadas para esas dos industrias. Fueron las primeras de su tipo en el mundo”.
La innovación conseguida con estas barras le dieron a la empresa un gran empuje y prestigio que pronto redundaría en crecimiento y relaciones con jugadores de otros sectores.
“Empezamos a producir equipos de bombeo, repuestos, vástagos de bombeos, asi como a reparar camisas de motores compresores y otros equipos para las más importantes empresas del sector como YPF, PAE, Petrobras y TGS, entre otras. Y finalmente surgió esta gran posibilidad de que sustituir las bombas para inyección de polímero que encaramos por estos días”, agrega Bartalini.
Actualmente, con una inversión de 800.000 dólares, Metalcrom tiene en desarrollo una bomba para la extracción terciaria de petróleo, para ser utilizada tanto en yacimientos convencionales como en Vaca Muerta.
“Cuando se agota un pozo petrolero se recurre a bombas para inyección de polímeros, una substancia química que se inyecta en pozo a mucha presión, para extraer el petróleo que queda pegado a las piedras. Es la llamada extracción terciaria, que es más rentable de lo que muchos pueden suponer, y sólo posible a través de la bomba que estamos desarrollando”, afirma Bartalini, quien asegura que ese tipo de bomba hasta ahora sólo había sido provista por una firma estadounidense, con un precio de mercado de entre U$S 90.000 y US$ 100.000. En la firma, con sede en el parque industrial Plátanos, estiman poder sacar su propio desarrollo al mercado a comienzos de este año.
La idea del nuevo desarrollo, señala Bartalini, fue a pedido de los clientes. “Nos plantearon la inquietud y de inmediato emepzamos a estudiad su factibilidad. Desarrollamos ingeniería inversa y pusimos mano a la obra con nuestro departamento de ingeniería, aplicando la tecnología a nuestro alcance y el know how acumulado durante años. Somos competitivos: en materiales y procesos productivos estamos en calidad a nivel internacional, pero lo que no tenemos es el volumen de producción que tiene las compañías multinacionales”, dice el empresario.