El delivery, un nuevo socio
Costanza Ferrara trabajó durante nueve años en un laboratorio, donde ingresó como recepcionista e hizo carrera hasta llegar al departamento de marketing. En enero de 2017 nació Benicio, su segundo hijo después de Renata, que tenía cuatro años. El trabajo en relación de dependencia no colaboraba con su proyecto de familia y, en marzo de ese año, Ferrara decidió renunciar: junto a su marido, Miguel Ferrando, abrieron una franquicia de Grido en la localidad de Beccar, en la zona norte del Gran Buenos Aires.
“Es cierto que hoy con la heladería el trabajo es full time, pero te da la posibilidad de manejar los horarios. Me permite cumplir como mamá y desarrollarme laboralmente”, aseguró.
Ferrara contó que, sin consultar otras marcas, apostaron por Grido.
“Nos alcanzó con ver el crecimiento de la empresa en el mercado. Los contacté a través de la página e inmediatamente un ejecutivo se puso en contacto”. Entre ahorros propios y ayuda familiar juntaron los U$S70.000 que entonces requería poner en marcha el local. “Grido nos financió el mobiliario y la mercadería”, destacó. La parte que lamenta fue que el dólar en aquel momento estaba a 15 pesos y las posteriores devaluaciones fueron incrementando, en pesos, el monto de su deuda. Dice que recién el año pasado lograron recuperar la inversión, en plena pandemia. Sólo estuvieron sin trabajar durante quince días y las ventas se fueron recuperando a medida que el municipio de San Isidro iba levantando restricciones. “Primero fue el delivery con las plataformas de envío. Aun con comisiones del orden de 20%, nos permitieron una llegada al cliente que no teníamos. Y desde Grido acordaron con cada una de las tres plataformas un precio de venta un poco más alto, para que a los franquiciados nos quede un poco de rentabilidad; eso nos ayudó mucho”, detalló Ferrara, quien emplea a cuatro personas.
Del delivery pasaron al take away en la puerta del local. Y desde noviembre, con protocolo de distanciamiento, quedó habilitado el ingreso de clientes en el local. Ferrara señaló que ahora 30% de las ventas se concretan en las plataformas de envío. “En kilos, la venta apenas cayó 3%. Pero sin las plataformas de envíos a domicilio, hubieran caído 40%”, agregó la emprendedora, quien no descarta la posibilidad de abrir un nuevo local.