Parecidos y diferencias entre los dos cepos.
energía, cuando al fijarse tarifas debajo de los costos, se incentivaba una mayor demanda y, en forma simultánea, se desalentaba la oferta y la inversión. Así, los recursos de los consumidores y de las empresas se utilizan de modo ineficiente, haciendo que el crecimiento potencial se debilite más y más.
LÍMITES
A su vez, como este tipo de controles se utilizan para traspasar ciertos límites de los equilibrios macro (déficit fiscal, emisión monetaria, nivel de reservas), es inevitable que, a lo largo del ciclo, se vayan alimentando expectativas de corrección brusca. Y la incertidumbre se adueña, ya que no se sabe si el desenlace será el sinceramiento de variables o controles más dacronianos.
Aunque existan excepciones puntuales, el cepo tiende a ser sinónimo de economía real anquilosada. Por eso es relevante la trayectoria previa. A fin de 2011, cuando se ponía en marcha el cepo original, el PIB venía de crecer durante una década a un ritmo acumulativo de 7,7 % anual.
Pero este arranque de 2021 viene precedido por diez años de caída acumulativa del PIB a un ritmo de
1,4 % anual. Y es probable que la tasa de desempleo, cuando el mercado de trabajo se normalice, tienda a
“Se está apagando un GPS valiosísimo para la economía: el sistema de precios, que fluctúa por acción de la oferta y la demanda”.
duplicar los guarismos de 2011/12.
Otras diferencias relevantes entre el cepo “original” y el actual tienen que ver con: a) el nivel de las reservas netas del BCRA, que en 2021 alcanzan apenas a un octavo de los 33 mil millones de dólares de 2012; b) la tasa de inflación, que ahora duplica el ritmo de diez años atrás.
Los datos más recientes de nivel de actividad muestran un marcado rebote, con algunos sectores que ya alcanzan o superan las cotas previas a la pandemia del Covid. Lo que ahora se discute es cuán generalizada, intensa y sostenida puede llegar a ser esta recuperación. No se trata sólo de política económica, también habrá de ser relevante la organización y la eficacia de las vacunaciones que se inician.
Comparado con el original, el actual cepo luce mucho más inestable. Ahora, la distorsión de precios relativos puede ser más profunda y corrosiva que en su versión original. No tiene igual efecto congelar tarifas cuando la inflación es del 20 al 25% anual que cuando ese ritmo es el doble.
Asimismo, la posibilidad de establecer anclas firmes para la “nominalidad” de la economía es mucho más limitada hoy que en 2012, considerando el monto de los pasivos remunerados del BCRA en relación a las reservas y teniendo en cuenta el ritmo de la emisión monetaria en relación al PIB en ambos períodos.
RITMO
De hecho, a medida que la actividad económica tiende a normalizarse, hay un visible cambio de andarivel en el ritmo de suba de precios.
La tasa de inflación núcleo pasó de un promedio de 2,5% mensual en el tercer trimestre a 4,1% en el cuarto, con un último dato (diciembre 2020) escalando al 4,9% mensual.
El efecto rezagado de la emisión monetaria y diversos mecanismos indexatorios hacen presumir que los guarismos de la primera parte de 2021 habrán de fluctuar en torno al 4% mensual.
Intentar “administrar” la estanflación es un contrasentido. Y sólo puede ser percibido como un plan de cortísimo plazo, hasta las legislativas de octubre.
Pero las decisiones de los agentes económicos se toman pensando en
“el día después”. Mientras tanto, con una crisis social al límite, lo que la Argentina necesita es políticas de estado que empiecen a canalizar desde “ayer” las energías productivas del país. •
“Los agentes económicos deciden pensando en el día después. Y se necesitan políticas que canalicen las energías productivas del país desde el día antes”.