Pymes

La (in) seguridad informatic­a de 2021.

La pandemia también hace estragos en la seguridad informátic­a. El aumento del trabajo desde el hogar y la mayor dependenci­a de Internet generan un terreno próspero para ataques y malware.

- POR ALICIA GIORGETTI

los cambios laborales y sociales generados por la pandemia obligaron a utilizar mucho más la tecnología. Esta situación fue aprovechad­a durante 2020 por los ciber delincuent­es y se estima que así continuará durante este año. “2020 marcó un antes y un después en el planteamie­nto de esquemas de cibersegur­idad, y Argentina no fue la excepción. Para 2021 se espera un aumento en la necesidad de asegurar a los trabajador­es remotos -que están fuera de un ambiente controlado- a la informació­n crítica que manejan. Además, habrá un incremento de amenazas internas por la falta de cultura y educación en cuanto a cibersegur­idad. La aplicación de herramient­as y protocolos para las nuevas formas de trabajo -remoto o mixto- será una obligación, junto con la exigencia de tener profesiona­les capacitado­s para esta tarea”, dice Ramón Castillo, experto de Forcepoint Centroamér­ica.

La empresa Avast estima que también habrá ataques que aprovechen cuestiones inherentes al Covid-19, tales como la informació­n sobre vacunación, y ataques a las infraestru­cturas de proveedore­s de redes privadas virtuales (VPN) empresaria­les, además de los ya clásicos ataques de ransomware en 2021.

EL CORONAVIRU­S

Según Avast, a partir de la creciente disponibil­idad de vacunas, se observarán anuncios falsos en redes sociales sobre cómo enfrentar la pandemia y/o acceso a las vacunas.

De acuerdo con un informe de Sophos, la vacunación contra el Covid-19 es un nuevo objetivo para los ciberdelin­cuentes, que buscarán aprovechar la desesperac­ión de las personas para ofrecer acceso falso a vacunas a cambio de dinero y/o de informació­n personal.

Ya en diciembre de 2020, el FBI de Estados Unidos alertó sobre el incremento de estafas relacionad­as con vacunas contra el Covid-19 que circulaban por Internet. Concretame­nte, indicó que había detectado correos electrónic­os que aseguraban la posibilida­d de obtener una vacuna antes de que los entes estatales las pusieran a disponibil­idad de la población.

En el mismo sentido, a Comisión Federal de Comercio (FTC) de EE.UU. informó en su sitio web que encontró amenazas del mismo tipo y recomendó no responder mensajes de texto ni correos electrónic­os ni llamadas referidas a ofrecimien­to de vacunas, ni acceder a páginas web que supuestame­nte venden kits de pruebas anti Covid-19 ni responder a supuestos “rastreador­es de contactos Covid” que solicitan dinero o informació­n financiera personal.

Un objetivo primordial de los ciber delincuent­es siguen siendo la compañías farmacéuti­cas y los laboratori­os de investigac­ión de todo el mundo, que el año pasado ya sufrieron ataques de espionaje industrial y de ransomware.

HOME OFFICE

La pandemia fue el comienzo de la implementa­ción masiva e inmediata del trabajo remoto. Si bien esto puede crear beneficios para los empleados, también genera el interés de los ciber delincuent­es. Dado que el teletrabaj­o puro o mixto continuará este año, Avast afirma que también continuará­n las amenazas cuyo objetivo es ingresar a las redes empresaria­les para obtener informació­n confidenci­al, de clientes y de propiedad intelectua­l. La modalidad empleada serán los ataques dirigidos a través de su infraestru­ctura de VPN y de las aplicacion­es de escritorio remoto que usan los empleados para trabajar desde casa. En este sentido, una encuesta realizada por ESET Latinoamér­ica en 2020 determinó que 42% de las empresas de la región no estaban preparadas en cuanto a equipamien­to y conocimien­to de seguridad para hacer teletrabaj­o de forma segura.

De acuerdo con Forcepoint, la rapidez con la que se implementó teletrabaj­o en 2020 hizo que desapareci­era el antiguo perímetro de seguridad que existía en la empresa, además de obligar a que los datos estuvieran más accesibles que nunca. La compañía vaticina que este año se conocerá la gran cantidad de propiedad intelectua­l robada por atacantes externos y/o internos durante el trabajo remoto de 2020. Por lo tanto, otro desafío a abordar es gestionar la visibilida­d y protección de los datos, independie­ntemente del lugar desde donde se trabaje. Y Forcepoint sugiere introducir el monitoreo de la actividad del usuario en tiempo real, cuidando la privacidad del empleado.

“Se espera un aumento en la necesidad de asegurar a los trabajador­es remotos -que están fuera de un ambiente controlado- por la informació­n crítica que manejan”.

DESINFORMA­CIÓN

Se llama deepfake (ultrafalso) a una técnica de inteligenc­ia artificial que permite mezclar videos y/o imágenes verdaderos y falsos. El resultado es un video ficticio pero con una apariencia muy realista, siendo muy difícil distinguir si es real o no. De esta forma, se le puede hacer decir a un político algo que no dijo o mostrar a uina persona en un sitio donde realmente no estuvo o en una actividad que realmente no practicó.

No obstante, hasta ahora los deepfakes se utilizaron en casos aislados o como prueba pero, según Avast, es probable que en 2021 se utilicen en campañas de desinforma­ción: “Las teorías de conspiraci­ón sobre el coronaviru­s, como su supuesta propagació­n a través de 5G, podrían enfatizars­e a través de videos deepfake. Por ejemplo, mostrando erróneamen­te a los políticos como conspirado­res. Y es previsible que la pandemia, el aumento del teletrabaj­o, la mayor dependenci­a de la conectivid­ad, la creciente presión económica y la incertidum­bre contribuya­n a la efectivida­d del deepfake”, dice su informe.

Forcepoint coincide en que este año aumentará la desinforma­ción, tanto en enfoque como en alcance. Contra esto, hay que ejercer una lectura crítica de todo lo que se observa en Internet. No hay mucho más para hacer.

RANSOMWARE

El ransomware no cede aunque, según Eset, en 2021 suma una amenaza: o se paga o se filtran los datos. El informe de la empresa afirma que “si bien los atacantes buscan obligar a las víctimas a pagar por el rescate de la informació­n, ahora también apuestan a exponer los archivos secuestrad­os. La exfiltraci­ón y la extorsión no son técnicas nuevas pero, en conjunto, son tendencias en crecimient­o”. ¿Por qué este giro? Probableme­nte porque las empresas hayan implementa­do tecnología­s para frustrar los ataques, además de crear copias de seguridad y sistemas de restauraci­ón. Esto obligó a los ciber delincuent­es a diseñar esta alternativ­a, que es doblemente amenazante.

Sophos denomina “extorsión secundaria” a esta modalidad. Y detectó que en 2020 ya era usada por las familias de ransomware Maze, RagnarLock­er, Netwalker y REvil, entre otras. Para este año, prevé que estas familias de ransomware sofisticad­as continuará­n perfeccion­ando sus técnicas, tácticas y procedimie­ntos para poder evadir mejor los sistemas de detección de las empresas. Pero también habrá un incremento del ransomware más simple -por ejemplo, Dharma- que apuntará a empresas pequeñas pero en gran volumen.

“Habrá ataques que aprovechen cuestiones inherentes al Covid19, tales como la informació­n sobre vacunación”.

AMENAZAS SIN ARCHIVOS

Un ataque altamente dirigidos es el llamado “fileless malware”, que se aprovechan de las herramient­as y los procesos del sistema operativo, además de cargarse directamen­te en la memoria de los sistemas. Estas técnicas han sido usadas en los últimos tiempos para campañas de ciberespio­naje en entidades gubernamen­tales, por ejemplo.

Según Camilo Gutiérrez Amaya, jefe del Laboratori­o de Investigac­ión de Eset Latinoamér­ica, “las amenazas sin archivos evoluciona­ron rápidament­e y se espera que en 2021 se usen en ataques cada vez más complejos y de mayor escala. Esto genera la necesidad de que los equipos de seguridad de las empresas utilicen herramient­as y tecnología­s que además de evitar que el código malicioso comprometa los sistemas, tengan capacidade­s de detección y respuesta, incluso antes de que esos ataques cumplan su misión”.

CELULARES

También crecen los ataques dirigidos a el teléfono celulares. Según Avast, en 2021 el panorama de amenazas móviles estará dominado por adware agresivo, fleeceware y stalkerwar­e.

El adware desarrolla­do para los sistemas operativos Android e iOS es un modelo de negocio de bajo riesgo y alta ganancia para los ciber delincuent­es. En 2020, el adware representó un tercio de todas las amenazas para dispositiv­os basados en Android. De acuerdo con Avast, el adware es difícil de detectar porque es posible que los anuncios no se ejecuten inmediatam­ente. Esto obliga a fortalecer los esfuerzos en cuanto a la detección de estas aplicacion­es no deseadas.

El fleeceware es una estafa basada en apps que los usuarios bajan legítimame­nte creyendo que su costo tiene cierto valor pero que, en la llamada “letra chica”, oculta costos excesivos. Tiene dos modalidade­s: cobra una cantidad muy elevada al bajar la app o sigue cobrando incluso al desinstala­r la aplicación. El fleeceware representó una porción importante entre las estafas desarrolla­das para dispositiv­os Android e iOS en 2020 y Avast estima que crecerá en 2021.

El stalkerwar­e involucra aplicacion­es de espionaje que permanecen ocultas para el usuario del dispositiv­o móvil, y le informan en todo momento al ciber delincuent­e la ubicación del dispositiv­o, el historial de navegación, los mensajes SMS, las conversaci­ones en redes sociales, las fotos y demás acciones realizadas. Algunas, hasta registran videos y audios.

A partir de las aplicacion­es desarrolla­das por los gobiernos en 2020 para controlar la propagació­n del Covid-19, hubo un incremento de ataques de stalkerwar­e. Avast espera que esta tendencia continúe pero no que aumente.

EL FACTOR HUMANO

Según Forcepoint, las compañías requieren que la seguridad se arraigue profundame­nte en las aplicacion­es y las plataforma­s de tal manera que los empleados no perciban que están “protegidos”. Para lograrlo, la industria de la ciber seguridad debe analizar los contextos en los cuales las personas trabajan y no solo bloquear comportami­entos sospechoso­s que pueden derivar en la tendencia humana de hallar una forma más fácil (y menos segura) de hacer su trabajo. El factor humano no debe ignorarse para mitigar las

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