De Internet al local propio
Gustavo Scarmagnan suele veranear con su familia entre Mar de las Pampas y Villa Gesell y compraba chocolates de La Pinocha para regalar a su regreso. Pero el verano pasado, cuenta, se le ocurrió pensar qué buen negocio sería llevase esa chocolatería a su ciudad, Santa Fe capital. Según su experiencia, dijo, no había nada similar.
“La idea quedó en aire y cada tanto con mi esposa mirábamos la web de la empresa. Hasta que un día nos llegó una notificación que contaba sobre las franquicias virtuales y llamé para ver de qué se trataba”, contó Scarmagnan quien, por su trabajo como empleado bancario, estaba haciendo teletrabajo en su casa. “Eso fue más o menos en junio. Para agosto ya tenía mi franquicia virtual”.
Con ahorros familiares, Scarmagnan y su esposa, Marta Sotelo, invirtieron $560.000 de canon de ingreso y mercadería. Junto sus hijas encararon el nuevo emprendimiento, con un contrato a 36 meses. Mientras él trabajaba para el banco, sus hijas tomaban los pedidos de La Pinocha. Cuando finalizaba su jornada en el banco, junto a su esposa, quien también es empleada bancaria, comenzaron a salir en su auto a hacer los repartos.
“Fue un éxito. Teníamos prevista hacer una compra de mercadería a los 30 días, pero 15 días después del primer envío ya estábamos reponiéndola”, recordó. Contó que se encargaron de golpear puertas, conseguir ventas para eventos como los del día del maestro, armar redes entre amigos y conocidos, sacar promociones e incluso hacer un seguimiento de los clientes. “Hay que ser activo y trabajar con la seriedad que se merece tu negocio. Solo así creo que se puede vivir de ésto”, resumió.
Scarmagnan se involucró aun más con el nuevo negocio. Primero, renunció a su cargo en el banco . Y cuando comprobó que el negocio le cerraba, decidió poner un local a la calle, con un inversión en obra de $1,8 millones, a las que deberá sumar la inversión de mercadería y packaging, entre $250.000 y los $270.000. “Creo que sin la opción de la franquicia virtual, por lo menos en estos tiempos que nos toca vivir, no me hubiera arriesgado a invertir en un local. Pero la franquicia virtual te permite, con un costo bajo, evaluar bien el mercado, saber si le gusta a los cliente y qué les gusta”.