“Hacer Kaizen no es solucionar un problema, sino pensar en cómo evitar que el problema vuelva a ocurrir. Es una filosofía de trabajo.”
1977 por Félix Mesch, que por entonces era estudiante de arquitectura y buscó replicar adornos que le gustaban y no podía adquirir. Apeló a su creatividad y a un galpón de su casa: comenzó con la fabricación, primero para él mismo, y luego comenzaron a llegar los pedidos. Cuarenta años después, Acrílicos Mesch es una empresa que factura $ 2 millones al mes.
En la actualidad, la compañía se especializa en el desarrollo de productos con acrílicos, a partir de láminas y tubos. Mesch aún diseña algunos productos, pero sólo en casos muy puntuales, como cuenta su hijo, Pablo, que comparte hoy las riendas de la empresa.
La versatilidad del acrílico, la misma virtud que hizo crecer la fábrica, también hizo que le genere un problema: la gran variedad de láminas, espesores y colores se hizo tan diversa que sus directivos tuvieron que elaborar un manual de procedimiento para catalogar el inventario. Para ello, recurrieron al método que estaba ofreciendo el INTI.
“La gente del INTI empezó a instrumentar los cambios para que sea sostenible en el tiempo. En principio, se mejoraron parte de los procesos, y se estandarizaron los procesos que antes se hacían aleatoriamente. Todavía estamos terminando de implementar las mejoras”, cuenta Mesch hijo.
EXCELENCIA
Javier Viqueira es fundador de ADOX, una fabricante de equipamiento médico, limpieza y desinfección hospitalaria, que este año cumple 25 años (su caso, además, está relevado en el Dossier de esta misma edición, dedicado a la Nanotecnología).
Viqueira cuenta que desde su inauguración recurrió al INTI para optimizar sus procedimientos de carga de datos, capacitación, elaboración de un inventario y mejora en sus puestos de trabajos.
“Desde el principio, se vieron las mejoras. No es un proceso del cual se necesita ver el final para percibir las mejoras, se hacen de manera continua”, afirma Viqueira.
Entre los resultados que obtuvieron, dicen, figuran las modificaciones en los puestos de trabajo, incorporación de gavetas y rótulos para los materiales que se utilizan a diario y, también, el diseño de carros de abastecimiento que les permitieron realizar lotes más pequeños, con una mayor organización.
Viqueira cuenta que, si bien ADOX tiene 25 años, fue recién en el 2002 que comenzaron a fabricar equipos y hace ocho años agregaron una línea de productos para la desinfección hospitalaria. En la actualidad, cuentan con 65 empleados y un predio de 10.000 metros cuadrados, que