La personalidad y la cultura de los chimpancés
El paleoantropólogo Louis Leakey pensaba que la clave para entender la conducta de los homínidos fósiles (algunos de los cuales, como el Homo habilis, él había descubierto) se encontraba en el estudio de los actuales hominoideos (gorilas, chimpancés y orangutanes) no humanos en su ambiente natural. Leakey era consciente de la enorme dificultad del proyecto, que requería unas dotes excepcionales de perseverancia, paciencia, capacidad de observación y empatía, dotes que él esperaba encontrar en algunas mujeres. Y las encontró: tres chicas sin previa formación universitaria (aunque luego se doctoraron en Cambridge), decididas y entusiastas, que han establecido el contacto directo de nuestra especie con nuestros parientes vivos más cercanos y han revolucionado la primatología: Birute Galdikas se ocupó de los orangutanes, en Borneo; Diane Fossey, de los gorilas, en los volcanes Virunga, entre Congo y Uganda; y Goodall, de los chimpancés en la ex Tanganica (hoy Tanzania).
En sus comienzos la joven inglesa se pasó varios años sola en los bos- ques de Gombe tratando de acercarse a los chimpancés, que durante mucho tiempo le rehuían, hasta acabar siendo plenamente aceptada por ellos. A medida que avanzaban sus estudios de campo, comprobaba algo que ya sabía de pequeña, que los animales tienen personalidad. Descubrió que los gorilas, chimpancés y orangutanes tienen cultura; esta es transmitida a sus descendientes. Asimismo documentó que son seres sensibles y emotivos e, incluso, que piensan, recuerdan y planifican. Fue la primera investigadora en observar y documentar a un chimpancé construyendo y usando una herramienta para obtener terminas de un termitero. Entonces, Leakey hizo su famosa declaración: “Ahora debemos redefinir ‘herramienta’, redefinir ‘hombre’, o aceptar a los chimpancés como humanos”.
Fue en esa época que la National Geographic decide enviar a Hugo van Lawick, un camarógrafo cuya labor era registrar los estudios de Jane Goodall. Este material original podrá ser visto en la Argentina en los próximos meses ya que Jane, el reciente documental sobre la primatóloga, fue construido en base a 140 horas de imágenes inéditas tomadas en la década del 60 por su ex esposo para National Geographic.
En 1986, en un congreso en Chicago se puso de relieve la situación crítica que afectaba los hábitats de los chimpancés y otros animales, el problema de la caza furtiva, el tráfico de mascotas, y la desoladora condición de muchos primates cautivos en circos y laboratorios de investigación biomédica. Jane Goodall tomó la decisión de dejar sus estudios de campo y poner su vida al servicio de los animales de los que tanto había aprendido. Lo demás es historia: la mayor referente mundial en la conservación de la naturaleza y embajadora de la paz de la ONU, representa como nadie la defensa de la biodiversidad.
Sus 83 años no frenan su ritmo de vida y de trabajo, centrado en desarrollar proyectos de conservación y en concientizar a la población sobre el estilo de vida que llevamos. Por tal motivo viaja 300 días al año para difundir su mensaje dialogando con los líderes más influyentes del mundo y generar conciencia en la población.