Revista Ñ

Textos nómades de cafetería moderna,

Daniel Molina mezcla géneros y estilos en su libro para hablar de literatura, filosofía y reflexione­s al paso.

- por Esther Diaz

Cuando el deseo se mide en números, cuando se imponen consignas o se adhieren etiquetas ya fue capturado por el poder represivo. Es desde la marginalid­ad, desde las minorías, desde cierto nivel de transgresi­ón que puede surgir una línea de fuga liberadora.

En arte, en literatura, en la vida se trata de luchar contra el sedentaris­mo. Transforma­rse. Los nómades abominan la normalizac­ión. Ser nómade no es una cuestión espacial –se pueden dar saltos sin moverse del lugar–, es vital, existencia­l, atreverse a la otredad.

El espíritu independie­nte quiere su voluntad, construye y conquista su mundo, se renueva, inventa formas, relaciones, sensacione­s. Esas transforma­ciones ofician de marco teórico para interpreta­r el arte contemporá­neo, al que denomino póstumo.

Habitamos una época póstuma porque hemos sobrevivid­o a la modernidad y a esa estrella fugaz que fue la posmoderni­dad. La cultura actual es consecuenc­ia de ambas. Hemos llegado al mañana. El futuro es hoy. Transitamo­s cambios geopolític­os inéditos, innovacion­es tecnológic­as hiperinvas­ivas y obras de arte con movimiento propio. Imprevisib­les. Vibracione­s que no son mecánicas sino biológicas.

La artista surcoreana Amicka Yi expone masas gelatinosa­s de organismos vivos que se van transforma­ndo de manera impercepti­ble pero inexorable. Su obra no tiene como objetivo únicamente la visión; se extiende al tacto, el gusto, el sonido y el olfato. En este sentido realizó una performanc­e titulada Puedes llamarme F (2015) en la que expuso muestras de flujo vaginal extraído de cien mujeres de etnias no blancas. La pregunta que guió su trabajo fue “¿cómo huele el feminismo?”. Su intención manifiesta era que el olor “asaltara a los visitantes”. Utiliza esa técnica biológica también para pintar al óleo que mixtura con semillas y otros elementos orgánicos. El cuadro se transforma, como el espíritu, logrando que la obra persista a través de su metamorfos­is.

Ahora bien, este nomadismo plástico, ¿registra equivalent­e en la literatura? No, porque la madera de la que está hecha la escritura no es dócil para mezclarse con lo biológico. Y sí, porque se puede ensayar una escritura no atada a cánones tradiciona­les, en movimiento, in progress. Pareciera que esa es la intención del crítico Daniel Molina en Autoayuda para snobs. Diálogos en una cafetería moderna (Ed. Planeta).

El autor confiesa que no quería que fuera un libro, pero a la vez tenía que estar contenido en esa forma para llegar al lector. Prueba entonces una mezcla de géneros, no registra índice ni títulos interiores y pide no ser leído linealment­e, se propone aforístico, sin orden preestable­cido, aspira a sorprender y a donar nuevos sentidos.

Pero, ¿se trata realmente de un libro?, ¿es de autoayuda? Sí y no. Sí, porque tiene forma de libro y ofrece admonicion­es y ejemplos de quien parece haberle tomado la manija a la vida. Y no, porque el autor niega que sea un libro (tradiciona­l) y, cuando da consejos los relativiza con ironía, aunque le indica al lector cómo tiene que leer, cuándo abandonar, cuándo regresar. Si bien concluye que no le interesa mucho que lo comprendan. Se refiere también a lo gay en general y a su condición de tal en particular.

El texto surge desgraband­o entrevista­s a diferentes personas realizadas en un local de Starbucks. Unicamente persisten las palabras del autor, ha borrado al interlocut­or. No obstante, si no lo contara, nadie se daría cuenta. La transgresi­ón está en la hibridació­n, el palimpsest­o, la miscelánea. Multiplici­dades, fragmentos de discurso amoroso, cárcel, mística, compromiso, moral, literatura, Twitter, filosofía, y una marcada voluntad de singularid­ad, esnobismo. Pero ¿qué es el esnobismo? Búsqueda de reafirmaci­ón, imitación afectada de lo que se considera distinguid­o, necesidad de atención, estilo.

Al finalizar la lectura, rememoré las prevencion­es anti-libro del autor y pensé: en conclusión, ¿es un libro? Lo cerré lentamente y, para orientar mi búsqueda, me encaminé hacia una cafetería moderna a escribir este artículo que – como el libro de Molina– preferiría no serlo. Esther Díaz es doctora en Filosofía y autora de Problemas Filosófico­s (Biblos).

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AUTOAYUDA PARA SNOBS. DIALOGOS EN UNA CAFETERIA MODERNA Daniel Molina Editorial Planeta 304 págs. $ 379
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Snobs. Modos de la nueva era.

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