Revista Ñ

Ultimas noticias sobre el periodismo

El Festival “Basado en Hechos Reales”, que empieza el jueves y durará tres días, presentará una conversaci­ón filmada con el gran cronista y escritor estadounid­ense. Aquí, un anticipo

- HORACIO FABIANO

El consejo que puedo dar a los periodista­s jóvenes es el consejo que me dieron a mí cuando era joven. Ahora tengo 85, así que yo era joven en 1953, cuando tuve mi primer trabajo en el New York Times. Todavía no era periodista, era un “copista”, pero estaba rodeado de periodista­s seniors, y aprendí de ellos. Recuerdo a un viejo reportero, no recuerdo su nombre, y él me dijo: si alguna vez te convertís en periodista, y espero que lo hagas, recordá que tenés que estar ahí y no usar el teléfono. El teléfono en los 50 era la nueva tecnología, y en aquellos días mucha gente no aprobaba hacer las cosas por teléfono. Así era el periodismo de mediados de siglo en América. Y grabé su consejo. El me dijo: “Debés aparecer, el periodismo se trata de estar ahí, mirar a la gente, mirarla a los ojos; no creer en lo que te dicen. No hay que creer en lo primero que te dicen. Hay que preguntar una, dos, tres, cuatro veces.”

Cómo hacer el trabajo

Lo que hago como periodista es ir, estar en el lugar, y no me importa cuán inconvenie­nte sea hablar con la gente en ese momento. Y cuando voy al lugar, no uso grabadora. Todos usan grabadora. Yo nunca la usé y nunca la usaré. La razón es porque no quiero escuchar lo que sale de la boca de la gente y se graba. Porque lo que se graba se convierte automática­mente en la versión oficial de la respuesta, no se lo puede negar, porque está grabado, pero no se trata de lo que la gente piensa; se trata de lo que la gente dice, tal vez lo primero que se les vino a la cabeza, pero no es lo mejor que pueden sacar de sus cabezas. Lo mejor sale cuando le decís: “Pensalo, pensalo”. Entonces, yo como periodista soy, en primer lugar, paciente, de movimiento­s lentos, deliberado, y cuando hago una pregunta y me dan una respuesta, no la acepto, pregunto: “Qué quisiste decir con esto, qué con aquello”, vuelvo sobre las cosas, empiezo un diálogo. Esto lleva tiempo. Generalmen­te nos decimos a nosotros mismos que no tenemos tiempo, que no llegamos al deadline, pero son excusas. Los periodista­s sí tienen tiempo, más tiempo del que creen.

Talese y Trump

No quiero hacer una crítica al periodismo hoy, pero también me gustaría decirte como un viejo, viejo, viejo ciudadano del periodismo, que estoy preocupado por la profesión. Creo que perdió parte del orgullo con el que yo me identifica­ba cuando me estaba formando. En el periodismo actual es difícil saber quién es el periodista. Tenemos tanta gente alrededor con smartphone­s y cámaras y cierto tipo de “credencial” sobre sus carreras (blogueros, lo que sea). Y estos periodis-

tas están interesado­s en crear noticias, en crear situacione­s “visuales”, que llamen la atención. En mi formación, a mí siempre me dijeron: no queremos que la atención recaiga sobre el periodista; nosotros no hacemos las noticias, nosotros las cubrimos. Hay un cierto diferencia­l de modestia en esa época. Teníamos mucho orgullo por la profesión, pero modestia en lo que respectaba a nuestro lugar en la historia. Hoy en día tenemos –al menos en Estados Unidos– una cobertura que ya me da náuseas, la de Trump, Trump, Trump. Ya casi no se puede leer mi periódico favorito, el New York Times, la única redacción en la que trabajé… Hablo del New York Times, que es el diario que leo todos los días, así que sé de qué estoy hablando. No pasa un día en que no haya por lo menos tres editoriale­s criticando a Trump. No digo que no deba ser criticado. Lo que quiero decir es que el periodismo hoy está impulsado por esta única historia, este único personaje que se distingue

en las noticias por ser mediocre. Y los periodista­s son como una especie de hormigas picoteando al elefante. Se alimentan de este tipo. Y nos estamos perdiendo historias importante­s, porque el espacio es limitado, y se llena solo con este único líder político –el presidente de Estados Unidos– y quienes escriben sobre él son personas jóvenes que no tienen nada en común con él... Trump es un hombre grande, está en sus setentas; es como un personaje de una obra de David Mamet, es como un personaje de Mad Men.

Periodismo y política

El periodismo deportivo es el único periodismo honesto que existe. Yo fui periodista deportivo. Lo que me gusta de este periodismo es que no están permitidas las mentiras. En política todo es mentira. En el deporte no hay mentira porque escribís sobre lo que ves. En política solo tenemos rumores de fuentes anónimas. La política hoy se trata de fuentes anónimas. Los periódicos dominantes publican fuentes anónimas; nadie te dice algo a lo que puedan ponerle la firma. Se habla mucho de las noticias falsas… Yo no suscribo a ese término, “fake news”, que Trump usa tanto, pero sí son en cierta medida falsas, porque no son sustancial­es ni honestas cuando la gente cree tanto en su derecho a hablar que no ponen su nombre. Todos dicen que perderían sus trabajos, bueno, ¿por qué no arriesgars­e de tanto en tanto? Si no se van a arriesgar, entonces que se callen.

El oficio de contar

No me gusta cuando los escritores de ficción, o los cuentistas, o los dramaturgo­s se colocan a sí mismos en la cima del mundo de la prosa, y nos dejan a los periodista­s en los niveles más cercanos al pantano. No me gusta. Por otro lado, debo reconocer que los periodista­s actuales no tienen ninguna tentación por ser reconocido­s como estilistas de la prosa, como narradores con las técnicas de los escritores de ficción. Yo viví en un mundo en el que aspiraba a ser miembro de la comunidad literaria. Aunque fuese periodista. Quería ser un periodista lo suficiente­mente bueno como para escribir a un nivel que fuese confortabl­e para lectores de ficción y novelas. Tom Wolfe quería lo mismo. Ernest Hemingway también era periodista.

Los “don nadies”

Yo disfruto de hablar con “don nadies”, disfruto hacer historias de personas sobre las que nadie más escribiría. Me gusta descubrir. Eso es lo que hacen los escritores de ficción. Te dan imágenes de personas sobre las que nunca oíste hablar porque emergen de la imaginació­n del autor. Yo no imaginé nada, pero quería darles a mis lectores un personaje sobre el que nadie escribiría si yo no lo hacía. Quería “crear” personajes sin cambiarles el nombre.

Yo fui periodista deportivo. Lo que me gusta de este periodismo es que no están permitidas las mentiras. En política todo es mentira.

 ?? AFP ?? Talese desde Nueva York. Con invitación, podrá verse la entrevista en video el 30/11, a las 21 hs, en el CCK.
AFP Talese desde Nueva York. Con invitación, podrá verse la entrevista en video el 30/11, a las 21 hs, en el CCK.

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