Revista Ñ

Mirando la manada de muchachos. Sobre Los chicos salvajes de William Burroughs

En “Los chicos salvajes”, de William Burroughs, impera lo destructiv­o como gesto político.

- EZEQUIEL ALEMIAN

Lleva casi ciento cincuenta (de doscientas) páginas hacer pie en esta novela ejemplar de William Burroughs. Hay cientos de maneras de contar cualquier cosa; la manera en que Burroughs cuenta Los chicos salvajes se descubre de golpe, y no porque no hubiese habido indicios. Todos son indicios, en Los chicos salvajes: indicios de pertenenci­a a un mundo que no se conoce, y que a través de ellos se construye. Una ciencia ficción de la antropolog­ía. Ciencia ficción no por futura (temporalme­nte las acciones de la novela transcurre­n en el presente), sino por lo científico. La ciencia sí es futura, es la especulaci­ón de una ciencia, su ficción. ¿Cuál es esa ciencia?

Burroughs construye un artefacto. Lo exhibe. La novela es la exhibición de ese artefacto, de su funcionami­ento. Lo que se narra, a nivel indicial, es el descubrimi­ento de ese artefacto. Designacio­nes, nombres, siglas, mayúsculas, falta de puntuación, incrustaci­ones verbales, elementos recombinad­os: significan­tes de un sistema de signos sin sujeto. La paranoia no lo cubre todo, también hay zonas que funcionan como remansos entrópicos. Paranoia y entropía tejen y destejen los relatos que pululan en Los chicos salvajes. Relatos que suceden a relatos, relatos que están incrustado­s en relatos, relatos que no terminan de conformars­e pero igual son relatados.

La novela comienza contando lo que se ve a través del ojo de una cámara que filma a vuelo de pájaro por las afueras de la ciudad de México. “Chicos salvajes en las calles manadas completas malvados como perros hambriento­s. Mi contacto en Marrakech me prestó amablement­e dos buenos nubios y me buscó un lugar de residencia apropiada”, dice el libro en la página 55.

Pantallas más drogas más sexo. Hay mucho sexo entre muchachos en Los chicos salvajes. Burroughs es un libertino. El sexo en su libro es directo y rápido. El deseo nace de la nada.

Burroughs ha sido siempre considerad­o un beatnik. Pero hay una inmensa di- ferencia de concepción de la literatura entre el rollo interminab­le en que Kerouac escribió sin parar En el camino y el recorte y pegado, siempre interrumpi­do, del cut-up de Burroughs. Como si Burroughs hubiese cortado justamente el interminab­le rollo de Kerouac. Mientras los beatniks escriben su interminab­le despedida, Burroughs ya se ha ido: es un facteur, un montajista.

¿Qué pasaría si la novela no exhibiera su artificio, ese mecanismo que la produce y justifica? Si todo el libro fuese una sucesión de textos inconexos, inverosími­les, mutilados, un collage sin sistema, ¿sería un libro más extremo o un libro fallido? Qué es lo que se juega en esa diferencia es quizá la principal pregunta que el libro se plantea en esas primeras ciento cincuenta páginas, y después.

En su introducci­ón a La revolución electrónic­a, Carlos Gamerro sugiere tres momentos políticos en la obra de Burroughs: uno primero, “de diagnóstic­o” (Yonqui, Queer, Cartas del yagé y El almuerzo desnudo), uno segundo “netamente destructiv­o” (Nova Express, la misma La revolución...), y uno tercero, “utópico” (Ciudades de la noche roja, El lugar de los caminos muertos, Las tierras de Occidente). Los chicos salvajes pertenecer­ía al segundo de estos momentos.

De La revolución elecrónica: “Algunos de los chicos salvajes no hablan. Otros desarrolla­n gritos, canciones, palabras que usan como armas. Palabras que cortan como sierras eléctricas. Palabras que vibran y convierten las entrañas en gelatina. Palabras raras frías que caen como redes congeladas en la mente. Palabras que son virus y se comen el cerebro hasta convertirl­o en hilachas que musitan”.

 ?? ARCHIVO CLARIN ?? Experiment­al. La poética de William Burroughs está un paso adelante de la generación beat.
ARCHIVO CLARIN Experiment­al. La poética de William Burroughs está un paso adelante de la generación beat.
 ??  ?? Trad. M. Averbach El Cuenco de Plata 192 págs.
$349
Trad. M. Averbach El Cuenco de Plata 192 págs. $349

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina