Revista Ñ

El rey sigue demoliendo todos los escenarios. Entrevista con Roque di Pietro, por Mauro Libertella

Diálogo con Roque Di Pietro, autor de la biografía musical que recorre los recitales del emblema del rock nacional hasta mediados de los 90.

- MAURO LIBERTELLA

La escena fundante es un recital de fin de año del conservato­rio, 1956, cuando el niño Carlos Alberto García Moreno (aún sin la rúbrica de su apodo icónico), se presentó por primera vez ante una audiencia. Desde entonces, se diría que no paró. Tocó en todos lados y bajo todas las condicione­s imaginable­s: lo hizo frente a 300 mil personas en Puerto Madero y también lo hizo frente a 20 parroquian­os borrachos en un bar sin escenario y sin amplificac­ión, quizás una semana después. Charly García en vivo. Esa es la materia titánica que relevó Roque Di Pietro en el primer tomo de su viaje por las presentaci­ones del máximo héroe del rock vernáculo. Esta noche toca Charly, de 600 páginas, abarca el período 1956-1993 y su autor ya está trabajando en la etapa siguiente. Pero hay una dificultad metodológi­ca: mientras Di Pietro escribe, García sigue tocando. Hace apenas dos semanas anunció con 24 horas de anticipaci­ón un recital en el Teatro Coliseo y agotó las entradas en 24 minutos. De ese show todavía caliente empezamos hablando. –¿Cómo lo viviste?

–Lo viví de una manera muy emocionant­e. Su presencia es movilizado­ra. El shock de verlo a Charly ahora –aun con todas sus limitacion­es– es similar al shock que produjo en cada una de sus aparicione­s en todas las épocas. Incluso siempre shockeó al público entrenado, al del palo o a los propios periodista­s. Fue un impacto cuando se cortó el pelo, o cuando apareció en Adiós Sui Generis con frac y zapatillas y chupando whisky de la botella, o cuando le gritaban puto por cruzarse de piernas en los ochenta, o cuando usó máquinas de ritmos en Clics Modernos o cuando se vistió de una especie de Gardel travestido posmoderno en Piano Bar, o cuando le faltaba la mitad de los dientes y abría la boca gigante. En esa misma línea entra perfectame­nte el concierto del otro día. –¿Te parece que hay alguna sala o teatro donde se siente más cómodo?

–Ha fatigado todos los escenarios posibles, no solamente cuando era un músico under. Sui Generis tocaba cuatro o cinco veces por fin de semana en todo el conurbano. La máquina de hacer pájaros hizo una residencia en un boliche llamado La bola loca con más de treinta conciertos. Se diría que muchas veces ha ensayado con público. Pero el Coliseo, justamente, es un escenario en el que se siente a gusto. Para su biografía es importante: ahí presentó Institucio­nes, acaso su primera obra maestra; presentó los mejores conciertos de Serú Girán (navidad del 89) y tocó el día de su cumpleaños de 50.

–En la cancha de Ferro también dio recitales míticos.

–Sí, Ferro es importante por cuestiones geográfica­s también. Él vivió en la calle Cucha Cucha, a unas cuadras de Ferro. Él impone ese estadio en la agenda de los recitales de música, a partir del 82. Lo in- augura. Hoy, cuando te queda chico el Luna Park, pasás a Ferro. Inaugura también la posibilida­d de que un artista de rock toque en un estadio de fútbol, que era algo impensado hasta entonces.

-¿Te parece que el material en vivo oficial que hay de él hace justicia a lo que fue la carrera de García?

–El Adiós Sui Generis está bien. Es una pena que no haya otras grabacione­s en vivo previas, pero el Adiós Sui Generis es un milagro que exista porque si no no tendríamos a esa banda en vivo. De La máquina de hacer pájaros no tenemos un fotograma (lo que hay es pirata: un Luna Park de consola de mala calidad). De Serú Girán lo que salió fue la oficializa­ción de lo que era un pirata, No llores por mí, Argentina, que es el mejor disco en vivo del grupo. Digamos entonces que lo que hay en vivo es bueno pero no alcanza. Me parece evidente que Sony tiene que poner en marcha las Bootleg Series de Charly García. Es alguien que vivió tocando. –¿Cuál considerás que es su mejor etapa en vivo, su mejor banda?

–De su etapa solista, desde los ochenta, un punto muy alto es 84-85, el comienzo de Piano Bar. Luego me gusta la banda Las ligas y el año 89, con Los enfermeros. Una vez que presentaro­n Cómo conseguir chicas, ya habían agarrado un training muy fuerte y empezaban a circular por Latinoamér­ica. Vos escuchás los conciertos de esos años y puede repetir los temas pero siempre suenan distintos. Eso es muy importante: no cae en la profesiona­lización de hacer siempre el mismo show. Los grandes artistas son así. Dylan no sólo te cambia la lista: en un momento no sabés qué está pasando.

–Soda Stereo siempre se menciona como caso emblemátic­o de conquista del continente. ¿Charly fue importante en Latinoamér­ica?

–Es muy conocido. Fue el primero que de verdad salió con un plan de conquista. Eso lo hizo en la oficina de Daniel Grinbank, con Fernando Molla. Él empezó a salir con Piano Bar a Chile, Uruguay y a partir de Parte de la religión ya saltó al Mercosur. Con Cómo conseguir chicas ofreció conciertos inmensos en Colombia, Venezuela o México. En Colombia fue un hito la primera vez que tocó. Hay documental­es al respecto, como cuando vinieron los Stones acá en el 95. En México fue al programa de Verónica Castro durante una hora, que es como ir una hora al programa de Susana Giménez.

–¿Cómo fue la dinámica de trabajo para el libro?

–En un principio, volver a escuchar todo el material en vivo pirata que hay de él. A medida que escuchaba, iba anotando cosas, como si escribiera liner notes para ediciones de esos discos. Luego me puse a investigar sobre esas mismas grabacione­s: comentario­s de la prensa de esos shows, entrevista­s a Charly, ver por qué apareció un músico invitado o por qué incluyó un tema fuera de programa. Todo eso sobre una música que no está oficialmen­te publicada. Es difícil, porque la catalogaci­ón de esos discos es dudosa, muchas veces las fechas y las referencia­s no son fiables. Finalmente, tuve que hacer la puesta en contexto de eso: qué pasaba con Charly en la época de esos conciertos. Armar algo así como su biografía musical. –¿Hay buenos libros sobre Charly? –El texto más importante sobre Charly abarca hasta el inicio de su carrera solista. Es un libro de conversaci­ones hecho por el poeta Daniel Chirom. Se publicó en el 83 y nunca se reeditó. Es un libro de referencia. Pero hay muchas piezas periodísti­cas importante­s. La mejor es la entrevista de Rolling Stones, doble entrega de Daniel Riera y Fernando Sánchez, que emula al clásico John Lennon remembers. Se encontraro­n con García 15 veces y los terminó echando.

–Una vertiente fascinante es la del Charly tocando en cualquier lado, en el bar de la esquina de su casa.

–Eso es Charly abandonand­o a la industria. Tenía un contrato con Sony pero con El Aguante se terminó ese vínculo. Él decía que había vuelto al under y es cierto. Tocaba en condicione­s muy precarias. Muchos consideran que ese fue un momento de autoboicot, pero yo lo valoro mucho, es una época muy interesant­e. Se ve a un tipo en decadencia, pero hay mucha música. Y de nuevo: completame­nte shockeante.

 ?? MARTÍN BONETTO ?? 2018. El show en el Coliseo fue anunciado apenas 24 horas antes.
MARTÍN BONETTO 2018. El show en el Coliseo fue anunciado apenas 24 horas antes.
 ?? AXEL ALEXANDER ?? En Estadio Obras. El músico solista a mediados de los 90.
AXEL ALEXANDER En Estadio Obras. El músico solista a mediados de los 90.
 ??  ?? ESTA NOCHE TOCA CHARLY Roque Di Pietro Gourmet Musical 600 págs.
$ 650
ESTA NOCHE TOCA CHARLY Roque Di Pietro Gourmet Musical 600 págs. $ 650
 ??  ?? Dúo. Charly junto a Nito Mestre como Sui Generis.
Dúo. Charly junto a Nito Mestre como Sui Generis.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina