El afrofuturismo jazzero
Kamasi Washington parece no tener límites. Este músico de 38 años, oriundo de Los Ángeles, ya tocó con McCoy Tyner, Flying Lotus, Snoop Dogg y realizó los arreglos del disco To Pimp a Butterfly de Kendrick Lamarr, una de las últimas revelaciones del hip-hop. En sus discos, además de composiciones propias, conviven movimientos de Debussy junto a canciones de Carole King. Throttle Elevator Music fue uno de sus primeros grupos, un trío de saxo, bajo y batería (en las antípodas de sus últimos proyectos que llegan a tener más de 50 músicos) que suena como una cruza de The Clash y Coltrane. Vestido con túnicas como un músico de la orquesta de Sun Ra, además de ser un abrasivo y extraordinario ejecutante es, como en el caso de modernistas de la talla de Charles Mingus, un gran arreglador y orquestador: junto a su habitual grupo, el ensamble West Coast Get Down, que incluye dos bajistas, dos bateristas, teclado, trombón y cantante –todos soberbios, pero atención al bajista Miles Mosley y su brillante disco debut, Uprising– , en Heaven and Earth lo acompaña una orquesta sinfónica y un coro. Kamasi retoma, aunque sin ningún efecto vintage premeditado, el estilo de la costa oeste, de jazz político y por los derechos civiles en los que Max Roach, Donald Byrd o Bobby Hutcherson le sumaban orquesta y coro góspel a sus propuestas vanguardistas de hard-bop. Si comenzar por un disco triple puede parecer abrumador, vale la pena escuchar en las redes el álbum anterior, Harmony of difference, una suite de apenas 30 minutos. Cierra con “Truth” y difícilmente se pueda oír algo más dionisíaco.