Una geografía de la paranoia
Goya vio a Hitler antes de que Hitler viera a Goya. Al leer esa frase de Michael Nyman, el arqueólogo chino sintió que una fantasía insinuada en los últimos años tomaba forma. Otras veces se hubiera quedado pensando en esa paradoja, o hubiese querido averiguar quién era Nyman. En el verano de 2029, cansado de trabajar en excavaciones en su país para extraer libros de contabilidad e informes sobre catástrofes ecológicas escondidos por empresas fraudulentas, decidió retomar sus estudios de español en el Instituto Cervantes y viajar a América Latina. Había aprendido la lengua porque le atraían escritores argentinos y mexicanos. Ahora quería trabajar en esos países. Lo intrigaban los relatos sobre banqueros y dueños de inmobiliarias chinas fugados a Occidente para evadir la persecución judicial. También los centenares de miles de empleados de las empresas quebradas que migraban a ciudades europeas y latinoamericanas. En sus correos describían cambios bruscos en los que parecía haberse agotado algo que ya no llamaban modernidad ni globalización pero no entendía qué era. Había elegido irse a América latina no sólo atraído por su literatura y lo que sospechaba de sus ciudades. También porque los jirones de información que le llegaron al trabajar unos meses en los servicios secretos chinos le sugerían menos trastornos futuros en esa región. Dentro de lo que algunos llamaban “la geografía de la paranoia”, se suponía que las guerras físicas, con bombardeos y poblaciones arrasadas, se irían reduciendo y los ataques entre superpotencias se harían usando bombas lógicas, como había ocurrido en 2022 cuando Corea del Norte, quizá aliada con el gobierno chino, inmovilizó el tráfico en Los Ángeles durante cuarenta y ocho horas y casi una semana el metro de París. El uso de ciber recursos y bacterias por los terroristas islámicos se dirigía contra Estados Unidos y Europa, no contra Argentina o Perú, donde las comunidades asiáticas y árabes crecían sin mayores conflictos. Pistas falsas (una ficción antropológica) es la primera novela de Néstor García Canclini. Fue editada este año por la editorial madrileña Sexto Piso.