El gran poema político del Dante
Jorge Aulicino recuerda que en su casa paterna había una traducción de La Divina Comedia hecha por Bartolomé Mitre en 1891. Pero por entonces, Aulicino tenía quince años y era demasiado joven para interesarse por un libro que luego se transformaría en obsesión. Quien con el tiempo se convirtiera en subdirector y columnista de Ñ hasta 2012, también es conocido por ser uno de los poetas argentinos más importantes de su generación. Y por sus traducciones de poetas italianos del siglo XX como Cesare Pavese, Pier Paolo Pasolini, Franco Fortini, Valerio Magrelli o Antonella Anedda. Sin embargo, también ha realizado versiones de John Keats y, en colaboración con Jorge Salvetti, textos de Frederick Seidel. Además, hace un tiempo emprendió un proyecto tan desafiante como atractivo: su propia traducción de La Divina Comedia. En 2015 el texto fue publicado por Edhasa en edición bilingüe, con notas del mismo Aulicino que además señala en el prólogo que el texto está protagonizado por “el lenguaje en movimiento”. El poeta y traductor lo explica así: “Si se miran las traducciones de la Comedia y supongo que de cualquier obra, a lo largo del tiempo, se ve con claridad cómo registran los cambios de la lengua. Desde la traducción de Enrique de Villena, medieval aún, aunque ya durante el Renacimiento, hasta la más reciente en verso en España, de Martínez de Merlo, los cambios son sensibles siglo a siglo”. Unos años antes, Gelman había considerado que esta obra de Dante Alighieri podía leerse como un “gran poema político” sin olvidar que el tema de la poesía es siempre la poesía misma.