Revista Ñ

PANORAMA REGIONAL DEL ARTE FEMENINO

Con la participac­ión de seis galerías argentinas, una muestra reúne en la plataforma Vortic, con sede en Londres, obras de 150 artistas de América Latina.

- POR MARCH MAZZEI

Cuando en 1971 la académica estadounid­ense Linda Nochlin publicó Why Have There Been No Great Women Artists (Por qué no ha habido grandes artistas mujeres), emblemátic­o artículo sobre la subreprese­ntación femenina en el mundo del arte, el discurso sobre la discrimina­ción estructura­l y sistémica era todavía muy incipiente. El título sugería con ironía que una condición natural impedía a las mujeres la genialidad de sus pares varones y, a la vez, una certeza: “No hay mujeres equivalent­es para Miguel Ángel o Rembrandt, Delacroix o Cézanne, Picasso o Matisse, o incluso para De Kooning o Warhol”, escribió en un párrafo muy citado. El gran aporte de su investigac­ión fue cuestionar el statu quo en lugar de hurgar en la historia para ver si alguna satisfacía las “exigencias”.

Aunque hoy la mayoría de los académicos de arte contemporá­neo considera que “genio” es un concepto fácil, la noción del individuo magistral sigue siendo muy atractiva para el público aficionado y el marketing. Junto a un corpus que su artículo inspiró, Nochlin demostró que la perspectiv­a no solo es objetable “por motivos morales y éticos, o porque es elitista”, sino porque es intelectua­lmente inadecuada. Y no hay una historia del arte feminista sino historias del arte, como no hay genialidad artística sino un escenario complejo en discursos y contextos. Cambió el paradigma.

Entre las iniciativa­s que buscan señalar desde el ámbito artístico el Día Internacio­nal de la Mujer que se conmemora el 8 de marzo, el proyecto Female Voices of Latin America pone de relieve la obra de artistas mujeres –subreprese­ntadas desde una perspectiv­a histórica–, pero en un conjunto orgánico, con múltiples vías de acceso y conexiones, también con el presente concreto. La exposición reúne a 150 artistas latinoamer­icanas vivas, a través de más de 60 galerías e institucio­nes de la región, en la plataforma en línea Vortic, un desarrollo tecnológic­o para espacios expositivo­s con base en Londres que se destaca por las aplicacion­es de realidad virtual para “complement­ar la experienci­a física” de ver arte.

En honor a la diversidad creativa que se desmarca de la estructura patriarcal –“glorificad­ora de individuos y productora de monografía­s”, siguiendo a Nochlin–, la muestra colectiva propone hasta el 2 de mayo un panorama de artistas de diferentes orígenes y tradicione­s, que trabajan en diversos medios de expresión, para homenajear­las en distintos momentos de sus carreras. Artistas consagrada­s como la argentina Liliana Porter (participa con al menos dos galerías internacio­nales) y la brasileña Beatriz Milhazes se exhiben junto a otras que transitan la mitad de sus carreras, como la venezolana residente en Berlín Sol Calero y la argentina Ad Minoliti (también con galería berlinesa, Peres Projects); y una nueva generación de artistas como Sofía Clausse (Kupfer) y Patricia Domínguez (Gasworks), ambos espacios del Reino Unido, y Nohemí Pérez (del emergente Instituto de Visión, en Colombia).

Aunque estas categorías, en cuanto se mira en detalle, están llamadas a estallar. Nacida en Caracas en 1982, en sus instalacio­nes de motivos “tropicales” Sol Calero invita al público a reconsider­ar las nociones de apropiació­n y las imágenes estereotip­adas de América Latina, una mirada atravesada por su propia experienci­a del migración. Su lenguaje visual está cargado de referencia­s basadas en ideas y categorías importadas, como en el caso de la “Casa de Cambio” que montó durante la feria Art Basel en 2016.

Mientras que Ad Minolitti propone sus inquietant­es y coloridos peluches sci-fi desde una perspectiv­a no binaria. Hay quienes consideran que aquel artículo fundante, más allá del feminismo, se entiende mejor como parte de un rechazo postestruc­turalista más amplio a las oposicione­s binarias percibidas (hombres/mujeres, negro/blanco, heterosexu­al/homosexual, cisgénero/ transgéner­o) y las dicotomías inherentem­ente desiguales e injustas que perpetúan.

Entre las argentinas, Adriana Bustos y Fernanda

Laguna siguen proyectánd­ose en el ámbito internacio­nal (con la galería Nora Fisch), al igual que la generación que las precede, con Delia Cancela y Marta Minujín (representa­das por Henrique Faria Nueva York). Rolf Art –con Ananké Asseff, Vivian Galban, Adriana Lestido, Dalila Puzzovio y Silvia Rivas– reúne en su staff y en esta muestra a artistas de diversas generacion­es, al igual que la otra galería porteña, Herlitzka + Faria, con Elda Cerrato, Karina Peisajovic­h, Susana Rodríguez y Candelaria Traverso. Magdalena Jitrik está presente a través de una galería paulista. Y Alejandra Seeber, única representa­da de la galería Barro en Female Voices..., se reúne también online con Leda Catunda, artista brasileña con la que comparten ahora mismo la exposición Fuera de serie en Malba, unidas por un vínculo orgánico e irreverent­e a la vez.

Un recorrido interesant­e supone navegar la propuesta a través del caso brasileño. Son varias las galerías de San Pablo y Río de Janeiro que apuntalan el papel protagónic­o de las mujeres en el arte de su país –un fenómeno de raíces bien documentad­as–, en un momento de creciente discusión sobre la representa­tividad femenina en la cultura. Junto a Catunda, Lucia Laguna, Valeska Soares, Janaina Tschäpe, Lenora De Barros y Laura Lima, entre muchas otras, retoman el legado de Tarsila do Amaral, Maria Martins, Lygia Clark, Mira Schendel… “A lo largo del siglo XX, Brasil ha tenido una historia de producción de artistas femeninas que han logrado un notable reconocimi­ento internacio­nal y este legado persiste hasta el día de hoy. Mostraremo­s obras que reverencia­n esta herencia y revelan las historias detrás de estas mujeres”, apunta Marcia Fortes, directora de Fortes D’Aloia & Gabriel, galería que representa a buena parte de ellas.

La selección de artistas y obras recae en un comité que replica el carácter plural, desde las perspectiv­as: la curadora independie­nte Kiki Mazzucchel­li, Leslie Ramos (del proyecto de filantropí­a ArtEater), Lassla Esquivel Durand (fundadora de Periferia Projects), Alessandra Modiano (directora de ventas de la galería Victoria Miro) y Elena Saraceni (directora de proyectos especiales de Vortic) vinculan academia, mercado e institucio­nes. El Museo de Arte Moderno de Bogotá, el Museo de Arte y Diseño Contemporá­neo de San José (Costa Rica), el Museo de Mujeres Artistas de México y el Museo Tamayo son parte del proyecto. “El futuro de nuestra industria dependerá del intercambi­o, el apoyo mutuo y la colaboraci­ón”, dijo Saraceni en un comunicado. “A través de iniciativa­s significat­ivas como esta, nuestro objetivo es contribuir al panorama del arte de una manera impactante”.

En uno de los fragmentos más discutidos del libro de Nochlin, se refiere a la disyuntiva entre reparar la historia –mediante muestras reinvindic­ativas o cupos–, o reinventar­la. “Por algún lugar hay que empezar”, resuelve. Aquí la invitación es a amplificar sus voces. Es algo, aunque no deja de asombrar que ya pasaron 50 años de la formulació­n de este pensamient­o que se evidencia tan actual.

 ?? CORTESÍA DE LA ARTISTA Y CRÈVECOEUR, PARIS. ?? Sofía Clausse. “Chicha racetracks #2”, 2017. Acrílico sobre papel, 118 x 83 cm (izquierda).
Sol Calero. “Solo Pintura II”, 2018. Acrílico sobre tela y mosaico, 150 × 130 × 2,5 cm (derecha).
CORTESÍA DE LA ARTISTA Y CRÈVECOEUR, PARIS. Sofía Clausse. “Chicha racetracks #2”, 2017. Acrílico sobre papel, 118 x 83 cm (izquierda). Sol Calero. “Solo Pintura II”, 2018. Acrílico sobre tela y mosaico, 150 × 130 × 2,5 cm (derecha).
 ??  ?? Nohemí Pérez. “Panorama Catatumbo”, 2012-2018. Carbonilla sobre tela, 180 x 500 cm,
Nohemí Pérez. “Panorama Catatumbo”, 2012-2018. Carbonilla sobre tela, 180 x 500 cm,
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