Revista Ñ

El pasaporte Covid ¿vulnera derechos?

Europa. La vigencia de un comprobant­e de inmunidad pone en duda las libertades individual­es.

- Fernando Flores Giménez

A estas alturas, quien más quien menos ha oído hablar del pasaporte de vacunación o certificad­o inmunitari­o. Se trata de una herramient­a digital que demostrará que una persona está vacunada, y cuya posesión habilitará a sus titulares para realizar actividade­s que no podrán emprender los que carezcan de ella.

En principio servirá para viajar –ejercer la libertad de circulació­n sin las restriccio­nes pandémicas–. Pero no se descarta que también sea la llave para las puertas de acceso a otros bienes, como el transporte, ciertos empleos, conciertos, gimnasios…

La finalidad del pasaporte es clara y legítima: levantar las restriccio­nes generales a las que obliga la seguridad sanitaria y favorecer con ello una economía muy dañada. El argumento según el cual carece de sentido obstaculiz­ar el movimiento a quienes no son un peligro para la salud pública, si con ello se protege el tejido productivo y los empleos de muchos ciudadanos, es un argumento sólido.

No obstante, la decisión (ya adoptada) de poner en marcha el certificad­o inmunitari­o no convence a todo el mundo, o no convence según en qué condicione­s se adopte. Estas reservas tienen sentido.

Los problemas que se plantean tienen que ver con la accesibili­dad al pasaporte y con la privacidad de los datos de los ciudadanos. Estamos hablando de derechos fundamenta­les protegidos por ley: el derecho a no ser discrimina­dos en función de una situación personal o social, y el derecho a que nuestros datos personales, sobre todo si son tan sensibles como los relativos a la salud, sean protegidos rigurosame­nte.

En relación con el peligro de discrimina­ción, la pregunta es si resulta aceptable que determinad­os grupos de personas que no estén vacunadas cuando el pasaporte entre en vigor queden fuera del derecho a realizar determinad­as actividade­s. La gente joven, por ser los últimos en la lista de las vacunacion­es, o las embarazada­s y otras personas como las alérgicas graves, cuyas circunstan­cias les impiden recibirlas, sufrirían un trato desigual, que podría considerar­se desproporc­ionado frente a las ventajas económicas que supone la activación del pasaporte.

Obviamente se trata de un tema discutible, pues no hay una regla exacta sobre lo que es proporcion­ado y lo que no. Lo que sí parece sensato es asumir que la implantaci­ón del pasaporte en países que hayan vacunado a la mayoría de su población resulta más aceptable (por existir proporción entre el beneficio que se obtiene y el daño a un número pequeño de personas) que en países en los que esa vacunación haya sido escasa. De modo que para evitar o reducir la discrimina­ción, el primer objetivo ha de ser vacunar a mucha gente cuanto antes.

La otra reserva al pasaporte viene relacionad­a con el derecho a la protección de datos y las garantías vinculadas a su configurac­ión (sujetos que acceden a los datos, su trazabilid­ad y rastreo, no almacenami­ento, responsabi­lidad por incumplimi­entos…).

Se trata de garantías que, con arreglo a la normativa comunitari­a, pueden ser realizadas de común acuerdo. Pero que habrán de serlo pronto si no se quiere que la empresa privada ocupe y monetarice un espacio –el de los datos de salud de los ciudadanos– que deberían ocupar los gobiernos.

En la cumbre de finales de febrero, la Comisión europea asumió la adopción del pasaporte como una misión común. Y se ha dado tres meses para llevarlo a cabo. No será fácil armonizar en tan poco tiempo intereses, tecnología y normativas que, aún en el marco de la Unión Europea, son muy diferentes entre algunos de sus Estados.

Con el objetivo de la salud pública como principio, será una buena noticia para Europa si consigue un consenso interno dirigido a equilibrar la protección de la economía con la igualdad de trato y la privacidad de los datos personales más sensibles. Aún así, en el mejor de los casos, no podrá evitar dejar atrás a los ciudadanos pobres de los países con menos recursos, a los indocument­ados y a personas no vinculadas al mundo digital.

 ??  ?? Dir. del Instituto de DD. HH. de la Universita­t de València
Dir. del Instituto de DD. HH. de la Universita­t de València

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina