APARECEN PINTURAS PERDIDAS DE UNA SERIE CLAVE DE JACOB LAWRENCE
Son dos de cinco paneles faltantes desde hace décadas de un conjunto de 30 que se exhibe ahora en el Met de Nueva York. Sus dueños, que ignoraban su valor, viven a pocas cuadras de la muestra.
Cuando una enfermera que vive en el Upper West Side de Nueva York consultó en otoño una aplicación de boletines barriales, se enteró del reciente descubrimiento de un cuadro de Jacob Lawrence en un departamento a unas cuadras de su casa. Era uno de los cinco paneles que faltan desde hace mucho de la innovadora serie de 30 cuadros del artista, Lucha: de la historia del pueblo estadounidense, que estaba expuesta en el Museo Metropolitano de Arte.
El nombre de Jacob Lawrence le sonó. Miró más de cerca una pequeña pintura que tenía colgada en el comedor desde hacía dos décadas, con una firma apenas legible. Era un regalo de su suegra, que había pegado en el reverso un perfil de The New York Times de 1996 sobre Lawrence. La enfermera se enteró por la aplicación de que Lawrence había sido un destacado pintor modernista del siglo XX y uno de los pocos artistas negros de su época que recibió amplio reconocimiento en el mundo del arte.
¿Podría caer un rayo dos veces en el mismo lugar en sólo dos semanas? La mujer le contó la historia a su hijo de 20 años, que había estudiado arte en la universidad y buscó en Google la exposición del Met. Encontró una foto borrosa en blanco y negro de la pintura de su madre utilizada como marcador de posición del panel 28. Se titulaba “Inmigrantes recibidos de todos los países: 1820 a 1840-115.773”, y el cartelito de la pared decía: “Ubicación desconocida”.
“No parecía nada especial”, dijo la dueña, que tiene cerca de 50 años y llegó a Nueva York desde Ucrania a los 18. “Los colores eran bonitos. Estaba un poco gastado. Pasaba por delante de él de camino a la cocina mil veces por día”, dijo en una entrevista telefónica. “No sabía que tenía una obra maestra”, añadió.
La mujer ató cabos y llamó al Met, pero sus mensajes no tuvieron respuesta. Al tercer día, su hijo le propuso ir en moto. Su madre recordó: “Me acerqué a un chico en la ventanilla de información del lobby y le dije: ‘Oye, nadie me devuelve la llamada. Tengo este cuadro. ¿Con quién tengo que hablar?’” Alguien del departamento de arte moderno y contemporáneo se reunió con ellos en la planta baja y le pidió a la propietaria que le enviara por correo electrónico fotos de la obra, cosa que hizo en el acto. Esa misma noche, Randall Griffey y Sylvia Yount, curadores de la muestra de Lawrence en el Met, e Isabelle Duvernois, conservadora de pinturas del Met, fueron por segunda vez en dos semanas a un departamento del Upper West Side para verificar la autenticidad de un cuadro de Lawrence que no se había visto públicamente desde 1960.
A la enfermera, que accedió a prestar el cuadro para las dos últimas escalas de la exposición itinerante, se le respetó el anonimato porque dijo que le preocupaba la seguridad de su familia al convivir con una obra de arte de gran valor. El panel debutó hace días en el Museo de Arte de Seattle en Jacob Lawrence: The American Struggle y seguirá expuesto hasta el 23 de mayo.
Antes del descubrimiento del panel 16 el equipo del Met sólo conocía el título y el tema de la obra –la Rebelión de Shays (levantamiento de 1786 contra un aumento de impuestos)–, pero no tenía ninguna imagen que ayudara a autenticarla. Griffey recordó la revelación del primer panel como “un momento luminoso” para él y para una ciudad cansada de la pandemia. “Resultó ser la historia positiva de una época necesitada de historias positivas”, dijo.
En el caso del Panel 28, tenían una fotografía de mala calidad de la obra, que había sido expuesta en los 50 en la galería del marchand de Lawrence, Charles Alan. La pintura, realizada en témpera sobre cartón, muestra a dos mujeres envueltas en chales a ambos lados de un hombre con sombrero de ala ancha, con las cabezas inclinadas y las manos sobredimensionadas y entrelazadas hacia el centro de la imagen. El panel se inspiró en las estadísticas de inmigración de la Enciclopedia de la Historia de Estados Unidos de Richard Morris (1953), parte de la exhaustiva investigación de Lawrence sobre los aportes fundacionales de los inmigrantes, los negros y los aborígenes estadounidenses a la construcción de la nación. (En el título se refiere específicamente al número de inmigrantes que llegaron en los primeros años del siglo XIX).
La serie Lucha, que realizó entre 1954 y 1956, entrelaza estilísticamente formas cubistas en composiciones agitadas. Supone una ruptura con obras anteriores, pintadas con bloques de color más sencillos.
Si bien el Panel 16, que se encuentra en condiciones impecables, pudo sumarse de inmediato a la muestra itinerante para los últimos días en el Met, el Panel 28 había sufrido algo de descascaramiento y pérdida de pintura y necesitaba conservación para estabilizarlo. Griffey les pasó la posta a sus colegas del Peabody Essex Museum de Salem, Massachusetts, donde se había originado la exposición. La institución colaboró con el Museo de Arte de Seattle y la Phillips Collection de Washington, última escala de la exposición, para solventar el tratamiento del Panel 28 en ArtCare Conservation de Nueva York.
Cuando a la nueva pintura se le retiró el marco en el laboratorio de conservación, quedó a la vista un título alternativo, “Los emigrantes - 1821-1830 (106.308)” escrito por Lawrence en el reverso. “Escribió ‘Emigrantes’ con ‘e’, lo que nos pareció muy interesante porque añade la idea de permanencia a su llegada”, dijo Lydia Gordon, curadora de la exposición del Peabody Essex.
El hijo de la dueña fue el primero en señalar que había que corregir la descripción del panel 28 hecha por los curadores en el texto de la pared: lo que parecía un libro en manos de la figura masculina de la borrosa fotografía era en realidad una maceta con una rosa roja, la flor oficial de EE. UU.. Un bebé amamantado en brazos por una de las mujeres había desaparecido en la reproducción en blanco y negro. “Ahora podemos ver mucho más de la tierna esperanza y el optimismo, del simbolismo de la frágil vida que crece en el nuevo lugar para estas personas que emigraron”, dijo Gordon.
Lucha era la única de las diez series de Lawrence que no se había conservado intacta. Las instituciones públicas no eran receptivas a su narración amplia y racialmente integrada de la historia de Estados Unidos en los 50. “Sabemos por el archivo que su marchand Charles Alan escribió muchas cartas a las principales instituciones y nadie quiso tocarla”, dijo Gordon.
Tras exponer la serie dos veces en su galería, Alan vendió Lucha a William Meyers, coleccionista neoyorquino que rápidamente dispersó los paneles. Griffey, el conservador del Met, especuló con la posibilidad de que Meyers ofreciera el panel 16 en la subasta local de Navidad en la que el matrimonio del Upper West Side lo había adquirido en 1960 por unos 100 dólares. La propietaria del panel 28 no sabe cómo adquirió el cuadro su suegra, que emigró de Polonia, crió a su familia en el Upper West Side y acumuló una ecléctica colección de obras de arte de bajo costo. “Tengo la sensación de que mi suegra no pagó mucho más de 100 dólares”, dijo. “¿Existe la posibilidad de que se hayan comprado en la misma subasta? Creo que es muy posible”.
Cuando se publicó el catálogo razonado de Lawrence en 2000, se desconocía el paradero de 7 de los 30 paneles de Lucha. El coleccionista Harvey Ross, que en 1996 empezó a adquirir los cuadros que aún estaban en manos privadas, se emocionó cuando su mujer vio el panel 3, “¡Adelante mohicanos!”, en una subasta de Christie’s en 2008. “Me sorprendió porque no había aparecido nada en décadas”, dijo Ross, que compró el panel por 206.500 dólares. Diez años después, en Swann Auction Galleries, se hizo con el panel 19, “Tensión en alta mar”, por 413.000 dólares. Ross prestó sus 15 paneles de Lucha a la exposición. La dueña del panel 28 dijo que consideraría la posibilidad de venderlo. El matrimonio dueño del panel 16 no planea venderlo por el momento.
Los paneles 14, 20 y 29 siguen con paradero desconocido. “Vamos a encontrarlos”, dijo Gordon con firmeza. El Peabody Essex creó la cuenta de correo missingpanels@pem.org para facilitar el intercambio de información.