Entre rumores y aullidos
Pasar en auto por controles militares (desde donde también solían operar centros de detención) imponía un mutismo deliberado antes que las Fuerzas Armadas lo exigieran. Y también los cánticos, los sonidos y las canciones: la del Mundial 78, la marcha de Malvinas, las canciones publicitarias del Proceso. Satisfaction en la ESMA. Música y sonido durante la dictadura (1976 - 1983) es un ensayo sobre las políticas de la música, el sonido y el ruido. En años siniestros en los que, como dice el autor, “cantar no sólo era una forma de arte, sino el modo de nombrar la confesión de los secuestrados”, y “donde lo que no se podía ni ver ni decir, se escuchaba”.
Abel Gilbert utiliza citas audiovisuales, escenas de películas, fotografías, grabaciones sonoras y documentos históricos. Nada es ajeno a su Atlas de investigación, con el que da luz y arroja nuevos significados vinculando resonancias y ecos; rumores y aullidos que antes parecían distantes. También se compromete personalmente, entrando y saliendo de la narración; sin certezas, pero con la duda, la contradicción y el poder de la sospecha que sólo da la experiencia personal.
Satisfaction es un libro vertical, porque coloca, hacia arriba, un nuevo pedestal en los ensayos sobre música. Reconoce, escucha y percibe la música de las marchas militares o de protesta, las canciones oblicuas, los conciertos fundamentales. Pero es también una reflexión sobre lo que ya estaba allí y no escuchábamos. No sólo es horroroso saber que se torturaba amplificando a todo volumen el cancionero que era bandera de la juventud o de la reivindicación política, desde Mercedes Sosa a Serrat (lo que Gilbert llama “la playlist del torturador”), para doblegar aún más a las víctimas, sino que el espanto es monterrosino: el terror jurásico siempre estuvo allí, ya que estas pruebas siempre estuvieron plasmadas en el Nunca Más.
Incluso ya en democracia, la sociedad argentina fue sorda. Y en este sentido también es un libro horizontal: comprende libros previos, como el citado volumen de la Conadep, la obra investigadora y pionera de Rodolfo Walsh (quien también en una voz, la de un locutor que desanuncia música en la radio, halló la prueba irrefutable del crimen político de los fusilados de José León Suarez) o el fundamental Literatura argentina y política de David Viñas, al que relee en clave sonora: el “disonante graznido, los ruidos y las voces” de El matadero, de Esteban Echeverría hasta la “más maravillosa música” del discurso político argentino.