Lecturas: A vagar entre jóvenes manadas. Poemas de Mariano Rolando Andrade
Durante un viaje por los Mares del Sur, tocando puntos de Samoa, Tasmania y Australia, entre otros, Mariano Rolando Andrade hizo una crónica en verso, en homenaje de paso a escritores admirados.
Si llueve y llega la noche a Prambanan
Si llueve y llega la noche a Prambanan, ella se sentará sola en el umbral del templo del ánsar de Brahma para verte partir sin pedir que te quedes a consolarla.
Si llueve y llega la noche a Prambanan, ella pensará en Sita repudiada por Rama, y preguntará por qué los hombres hacen ciertas cosas sabiendo de antemano el final.
Si llueve y llega la noche a Prambanan, ella dejará caer todas las gotas del cielo y luego caminará, libre y sola, hacia el amanecer que vislumbró al verte partir.
Batur
El silencio apabulla como el sol, pero antes recorrimos hasta Batur las montañas paupérrimas que nadie conoce ya.
Vimos jóvenes tumbas próximas a desaparecer, campos de lava. Escuchamos Kecak al borde de las llamas.
Al Este, el día perpetró el rostro de Batur y los suyos. Poseso, me aferré para no dejar ir nuestra tímida intriga.
Todo esto antes del sol y del silencio.
Los viajeros invisibles
Pasada la euforia, cuando el rostro empalidece, comenzás a volverte invisible.
Recorrés ciudades y hostales, compartís grandes comedores y nadie te ve.
A veces descubrís otros como vos, mirados con mezcla de simpatía, pena y desconfianza.
Porque algo debe haber ocurrido para que su raza los haya expulsado así, a vagar entre jóvenes manadas.
Algo debió haber cambiado de tono.
Algo dejó de tener sentido. Y en el rostro, en la piel, pasada la euforia, se atrevió a sedimentar el gran olvido.