SITUACIÓN EN ARGENTINA
“Aproximadamente un tercio de las muertes en la Argentina son atribuibles a la hipertensión arterial –resume el doctor Salazar–. El control de la presión arterial evita o posterga el desarrollo de la enfermedad cardiovascular, infarto de miocardio, ACV, insuficiencia cardíaca y fallo renal, y esto parece especialmente cierto si el control de la presión alta se efectúa tempranamente”. La elección del fármaco inicial (logrando más eficacia con menos efectos adversos para no desalentar a quien debe tomarlo), la simplificación del tratamiento, aumentar la frecuencia de las visitas al médico, y establecer entre el médico y los sistemas de salud condiciones que faciliten el cumplimiento de las metas terapéuticas y su seguimiento, son estrategias posibles para mejorar la adherencia al tratamiento y, con ello, el control de la presión arterial y la reducción de los riesgos para la salud. Desde el punto de vista del médico, asegura el doctor Ingaramo, “la mejor forma de generar confianza en el paciente hacia su tratamiento y de favorecer la adherencia es hacer que el tratamiento sea efectivo: cuando logramos hacer que al paciente le baje la presión, por supuesto sin provocarle hipotensión ni efectos adversos, la persona siente que el tratamiento le está haciendo efecto, aunque la hipertensión arterial sea una enfermedad que en general no da síntomas”.