Cómo tratar la artritis naturalmente
Este término engloba más de 100 enfermedades y condiciones que afectan a las articulaciones y a los tejidos ubicados alrededor de éstas. Conozca los alimentos saludables y los remedios caseros que complementan el tratamiento médico
En primer lugar hay que aclarar que el término artritis significa “inflamación de las articulaciones”. El sistema inmune del organismo es un delicado mecanismo de defensas que responde a la infección causando inflamación. Por ende, al hablar de artritis, no se menciona una entidad única, dado que existen más de 100 enfermedades diferentes que pueden causarla (artritis por microcristales; artritis reumatoide y sus variantes, artritis infecciosa; artritis secundarias a otras enfermedades, como la artritis psoriásica, la asociada a enfermedad inflamatoria intestinal, del lupus eritematoso sistémico; artritis neuropática; osteoartritis; gota, entre otras).
Si bien aún se desconocen con certeza las causas de esta patología, existe la teoría de que se desencadena por una infección. Además de ésta, existen otras también implicadas en la enfermedad, como la carga genética, los factores ambientales (que se consideran facilitadores, como la exposición al tabaco) y la respuesta del cuerpo frente a eventos estresantes, como los traumatismos físicos y emocionales. Incluso se sospecha que ciertos agentes infecciosos -virus o bacterias- pueden inducir el desarrollo de esta patología en personas que presentan cierta predisposición genética.
Asimismo, diversos estudios señalan que las mujeres son mayormente más afectadas por la artritis que los varones. La hipótesis sostiene que el status hormonal sería uno de los responsables, principalmente porque los estrógenos jugarían un rol importante en la regulación del sistema inmune y, en particular, en la respuesta inflamatoria.
Qué se siente
La artritis causa diversos síntomas, que incluyen: dolor e inflamación articular, disminución de la capacidad para mover la articulación, enrojecimiento de la piel y calor alrededor de una articulación, y rigidez (especialmente en la mañana).
Asimismo, hay ocasiones en las cuales la enfermedad se acompaña de manifestaciones que van más allá de lo articular, como cansancio o signos como
anemia; incluso puede generar compromiso pulmonar, cardiovascular y renal.
Comer bien
Es fundamental que el paciente desarrolle una alimentación saludable, con baja ingesta de grasas saturadas -embutidos, carnes grasas, manteca y lácteos enteros, frituras, crema de leche- pero rica en ácidos grasos omega 3 (pescados azules, aceites de linaza y canola). No obstante, se ha comprobado que la adopción de una dieta vegetariana mejora los síntomas y el estado de las enfermedades artríticas.
Los principales síntomas son hinchazón y dolor en las articulaciones de manos y pies, deformación de las regiones afectadas y pérdida de la movilidad.
Algunos consejos nutricionales son:
Aumentar la ingesta de fibra derivada de frutas, verduras y cereales integrales también ayuda a disminuir la inflamación.
Consumir frutos secos y semillas.
El aceite de oliva virgen reduce la inflamación. Alimentos ricos en vitamina C. Esta vitamina protege el colágeno, principal componente de los cartílagos.
Incorporar alimentos con selenio (ajo, cereales integrales). Los investigadores descubrieron que las personas con artritis presentan bajos niveles de este mineral, el cual actúa como antioxidante.
El valor de la quercetina. Es un antioxidante que inhibiría sustancias inflamatorias. Se obtiene de la cebolla, puerro y manzana.
Por otra parte, existen alimentos “malos” en la dieta de los pacientes artríticos. Como se mencionó anteriormente, las grasas saturadas (aquellas que proceden principalmente de fuentes animales, especialmente las carnes no magras, la leche entera y sus derivados) son las primeras a obviar en la nutrición de estas personas.
Asimismo se desaconsejan los alimentos ricos en ácido oxálico (espinacas, remolachas) dado que, además de impedir la absorción del calcio, se depositan en las articulaciones en forma de cristales con el riesgo de producir daños en las mismas; en purinas (coliflor, espinacas, lentejas, espárragos, mariscos) porque se transforman en ácido úrico en el organismo; con elevados niveles de ácidos grasos omega 6 (aceite de girasol y soja), que provocan un aumento de la inflamación, y con azúcar dado que ciertos estudios sugieren que este componente provocaría la misma consecuencia.
Además de los consejos alimen