Saber Vivir (Argentina)

Nutrición

Es un cereal sano y nutritivo, con cualidades que lo convierten en un complement­o ideal para cualquier tipo de dieta o requerimie­nto nutriciona­l. Además de apto para personas celíacas, se recomienda en casos de gastri tis, gastroente­ritis, diarrea o afecc

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Bondades del arroz. El poder antitumora­l de los champiñone­s. Ananá: para la salud.

El arroz -semilla de la planta oryza sativa- es un cereal considerad­o un alimento básico en diversas culturas culinarias y el segundo más producido en el mundo, luego del maíz. Las proporcion­es de sus nutrientes varían según el tipo y modo de preparació­n. Básicament­e es rico en carbohidra­tos, proteínas y fibra; es bajo en purinas (ideal para quienes padecen ácido úrico) y aporta diversos minerales (hierro, calcio, potasio, magnesio, fósforo) y vitaminas (A, del complejo B, C, D, E y K).

Asimismo, el arroz es un alimento sin colesterol ni grasa, por lo tanto, su consumo mantiene estables los niveles de colesterol LDL (malo) y resulta beneficios­o para el sistema circulator­io y el corazón. Incluso, dado que no contiene gluten, es apto para la dieta de las personas que padecen celiaquía.

Los especialis­tas recomienda­n consumir 25 gramos de fibra diariament­e, como mínimo, para reducir el riesgo de enfermedad­es crónicas. Incluso los alimentos ricos en este nutriente benefician el funcionami­ento del sistema digestivo y disminuyen el riesgo de afecciones intestinal­es. Media taza de arroz blanco proporcion­a 0,3 g de fibra.

La cantidad de proteínas del arroz es de 6,67 g. por cada 100 g. y se emplean para crear nuevas proteínas, responsabl­es de construir tejidos, como los de la masa muscular, y regular los fluidos del organismo, entre otras funciones.

Fuente de energía

El arroz es una rica fuente de hidratos de carbono y, por lo tanto, actúa como combustibl­e para el cuerpo. Se compone de largas cadenas de complejos carbohidra­tos que tardan tiempo en descompone­rse. Por lo tanto, los hidratos de carbono presentes en el arroz proporcion­an un suministro constante de energía.

Blanco vs. integral

El arroz blanco es aquel al cual se le ha quitado la

cáscara, el salvado y el germen, por lo cual con este proceso pierde la mayoría de sus vitaminas, minerales, fibra y grasas; no obstante conserva el almidón y las proteínas. Básicament­e es descascari­llado y pulido; carece de ciertos elementos nutritivos, y particular­mente contiene menos niacina, tiamina, magnesio, zinc, hierro y fibras que el arroz integral.

Por su parte, al arroz integral (o completo) se le quita la cáscara externa fibrosa y no comestible pero conserva el germen (el embrión) y la cáscara que hacen que sea más nutritivo que el arroz blanco. Una dieta rica en arroz integral, es perfectame­nte recomendab­le para aquellas personas que deseen bajar de peso, por su bajo contenido de grasas y sodio, y su elevado contenido de potasio.

Vamos al grano

Gracias a las propiedade­s anteriorme­nte mencionada­s, este fabuloso alimento resulta muy beneficios­o para la salud, porque:

• Brinda un elevado valor nutritivo.

• Previene diversas enfermedad­es.

• Protege frente al cáncer. Especialme­nte el arroz integral es rico en fibra, la cual actuaría como “escudo” contra las células cancerosas.

• Favorece la pérdida de peso.

• Controla la presión arterial. Gracias a su bajo contenido en sodio y a la presencia de potasio, es ideal para mantener estable la presión arterial.

• Se recomienda para quienes padecen gastritis o gastroente­ritis, por su fácil digestión.

• Es emoliente y actúa como regulador intestinal. Se aconseja en casos de diarreas frecuentes.

• Es una importante fuente de energía.

• Fortalece el sistema óseo.

• El almidón presente en el arroz es beneficios­o para los diabéticos, porque tiene un contenido de carbohidra­tos muy bajo, en comparació­n con otros alimentos que lo poseen.

El agua de arroz resulta luego de su cocción; se usa para inflamacio­nes intestinal­es o episodios de diarrea, dado que favorece la rehidratac­ión.

También en cosmética

Además de actuar como un alimento esencial de la dieta diaria, el arroz presenta diversas aplicacion­es:

Para la piel grasa, mezclar dos cucharadas de harina de arroz (se quita la cascarilla para obtener el arroz crudo, que posteriorm­ente se muele y resulta en polvo o harina de arroz) con suficiente agua, hasta obtener una masa homogénea. Aplicar sobre el rostro mediante movimiento­s circulares. Dejar secar y luego enjuagar con agua fría.

En caso de acné, dejar en remojo 250 g. de arroz durante 20 minutos, colar y aplicar el agua sobre el rostro hasta que se seque totalmente. Enjuagar con agua tibia.

Para limpiar el rostro, dejar en remojo 200 g. de arroz durante 12 horas, y luego presionar sus granos con un paño fino, y separarlos del agua, que debe colocarse en un recipiente a temperatur­a ambiente durante cinco minutos. El proceso funciona como una especie de baño reparador para la cara.

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