Nutrición
Es un cereal sano y nutritivo, con cualidades que lo convierten en un complemento ideal para cualquier tipo de dieta o requerimiento nutricional. Además de apto para personas celíacas, se recomienda en casos de gastri tis, gastroenteritis, diarrea o afecc
Bondades del arroz. El poder antitumoral de los champiñones. Ananá: para la salud.
El arroz -semilla de la planta oryza sativa- es un cereal considerado un alimento básico en diversas culturas culinarias y el segundo más producido en el mundo, luego del maíz. Las proporciones de sus nutrientes varían según el tipo y modo de preparación. Básicamente es rico en carbohidratos, proteínas y fibra; es bajo en purinas (ideal para quienes padecen ácido úrico) y aporta diversos minerales (hierro, calcio, potasio, magnesio, fósforo) y vitaminas (A, del complejo B, C, D, E y K).
Asimismo, el arroz es un alimento sin colesterol ni grasa, por lo tanto, su consumo mantiene estables los niveles de colesterol LDL (malo) y resulta beneficioso para el sistema circulatorio y el corazón. Incluso, dado que no contiene gluten, es apto para la dieta de las personas que padecen celiaquía.
Los especialistas recomiendan consumir 25 gramos de fibra diariamente, como mínimo, para reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Incluso los alimentos ricos en este nutriente benefician el funcionamiento del sistema digestivo y disminuyen el riesgo de afecciones intestinales. Media taza de arroz blanco proporciona 0,3 g de fibra.
La cantidad de proteínas del arroz es de 6,67 g. por cada 100 g. y se emplean para crear nuevas proteínas, responsables de construir tejidos, como los de la masa muscular, y regular los fluidos del organismo, entre otras funciones.
Fuente de energía
El arroz es una rica fuente de hidratos de carbono y, por lo tanto, actúa como combustible para el cuerpo. Se compone de largas cadenas de complejos carbohidratos que tardan tiempo en descomponerse. Por lo tanto, los hidratos de carbono presentes en el arroz proporcionan un suministro constante de energía.
Blanco vs. integral
El arroz blanco es aquel al cual se le ha quitado la
cáscara, el salvado y el germen, por lo cual con este proceso pierde la mayoría de sus vitaminas, minerales, fibra y grasas; no obstante conserva el almidón y las proteínas. Básicamente es descascarillado y pulido; carece de ciertos elementos nutritivos, y particularmente contiene menos niacina, tiamina, magnesio, zinc, hierro y fibras que el arroz integral.
Por su parte, al arroz integral (o completo) se le quita la cáscara externa fibrosa y no comestible pero conserva el germen (el embrión) y la cáscara que hacen que sea más nutritivo que el arroz blanco. Una dieta rica en arroz integral, es perfectamente recomendable para aquellas personas que deseen bajar de peso, por su bajo contenido de grasas y sodio, y su elevado contenido de potasio.
Vamos al grano
Gracias a las propiedades anteriormente mencionadas, este fabuloso alimento resulta muy beneficioso para la salud, porque:
• Brinda un elevado valor nutritivo.
• Previene diversas enfermedades.
• Protege frente al cáncer. Especialmente el arroz integral es rico en fibra, la cual actuaría como “escudo” contra las células cancerosas.
• Favorece la pérdida de peso.
• Controla la presión arterial. Gracias a su bajo contenido en sodio y a la presencia de potasio, es ideal para mantener estable la presión arterial.
• Se recomienda para quienes padecen gastritis o gastroenteritis, por su fácil digestión.
• Es emoliente y actúa como regulador intestinal. Se aconseja en casos de diarreas frecuentes.
• Es una importante fuente de energía.
• Fortalece el sistema óseo.
• El almidón presente en el arroz es beneficioso para los diabéticos, porque tiene un contenido de carbohidratos muy bajo, en comparación con otros alimentos que lo poseen.
El agua de arroz resulta luego de su cocción; se usa para inflamaciones intestinales o episodios de diarrea, dado que favorece la rehidratación.
También en cosmética
Además de actuar como un alimento esencial de la dieta diaria, el arroz presenta diversas aplicaciones:
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Para la piel grasa, mezclar dos cucharadas de harina de arroz (se quita la cascarilla para obtener el arroz crudo, que posteriormente se muele y resulta en polvo o harina de arroz) con suficiente agua, hasta obtener una masa homogénea. Aplicar sobre el rostro mediante movimientos circulares. Dejar secar y luego enjuagar con agua fría.
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En caso de acné, dejar en remojo 250 g. de arroz durante 20 minutos, colar y aplicar el agua sobre el rostro hasta que se seque totalmente. Enjuagar con agua tibia.
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Para limpiar el rostro, dejar en remojo 200 g. de arroz durante 12 horas, y luego presionar sus granos con un paño fino, y separarlos del agua, que debe colocarse en un recipiente a temperatura ambiente durante cinco minutos. El proceso funciona como una especie de baño reparador para la cara.