El poder vitamínico de los champiñones
Los champiñones son uno de los alimentos más consumidos de la familia de las setas. Aportan notables cantidades de vitaminas, minerales, fibra, incluso propiedades antioxidantes. Recientes investigaciones les atribuirían un poder anticancerígeno.
El champiñón -perteneciente a la familia agaricaceae, género agaricus y especie bisporus- es una seta comestible (las setas son los esporocarpos, o cuerpos fructíferos, de un conjunto de hongos pluricelulares que incluye muchas especies) y recientemente diversas investigaciones descubrieron que es tan saludable como cualquier verdura u hortaliza. Además de ser nutritivo, es considerado un alimento funcional y como fuente de componentes medicinalmente beneficiosos.
Riqueza debajo del sombrero
Las proporciones de los nutrientes de los champiñones varían según el tipo y la cantidad del alimento, además de otros factores que intervienen en la modificación de sus nutrientes. Los más notables son: vitaminas (A, complejo B, C, D y E), minerales (hierro, yodo, calcio, potasio, zinc, magnesio, sodio, fósforo, cobre), proteínas, fibra, carbohidratos, pocas calorías y 0% de colesterol. Dado que contienen más de 90% de agua, su consumo favorece la hidratación del organismo.
En este sentido, estas propiedades resultan beneficiosas porque:
• El aporte de vitamina B2 -riboflavina- favorece la actividad oxigenadora intercelular, por lo cual mejora el estado de las células del sistema nervioso y colabora en la regeneración de tejidos, como piel, cabello, uñas y mucosas, incluso en la integridad de la córnea (beneficia la salud visual). Esta vitamina interviene, además, en la transformación de los alimentos en energía, y complementa a la vitamina E en su actividad antioxidante.
• La presencia de las vitaminas B3 y B6 beneficia la producción de glóbulos rojos, por lo cual mantiene el sistema inmune en buen estado.
• Su efecto es muy útil para personas enfermas, ya que contienen proteínas fácilmente asimilables.
• Su contenido de selenio le confiere un efecto antioxidante, por lo que previene enfermedades degenerativas y tumores, además de beneficiar la salud de la piel, el cabello y las uñas. Incluso diversos estudios señalan al champiñón como un alimento adecuado para la salud prostática, para combatir el envejecimiento prematuro, la arteriosclerosis, la artritis reumatoide, la osteoporosis y la infertilidad.
• Una taza de champiñones proporciona 0,3 miligramos de cobre, un tercio de la cantidad recomendada para adultos. Este mineral ayuda a producir glóbulos rojos.
• La fibra beneficia el proceso digestivo, proporciona sensación de saciedad, mejora el tránsito intestinal y previene el cáncer de colon.
• El champiñón contiene la mayoría de los aminoácidos esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
Champiñón a la mesa
Son varios los motivos por los cuales se aconseja sumar este alimento a la dieta diaria:
• Su bajo contenido calórico lo convierte en un ali-
mento ideal para incorporar en las dietas depurativas o para perder peso. Asimismo, el aporte de fibra no soluble brinda saciedad.
• Aporta grasas saludables y no tiene colesterol.
• Gracias a la presencia de potasio, es un gran aliado en casos de retención de líquidos (por lo tanto, se aconseja para quienes padecen hipertensión).
• Resulta muy fácil de digerir.
• Un alimento especial para quienes padecen hipercolesterolemia.
• Se recomienda para combatir el estrés y las migrañas, por la presencia del complejo de vitaminas B.
• Ayuda a mantener el ritmo cardíaco normal y mejorar las funciones muscular y nerviosa.
• Estimula la actividad cerebral y nerviosa.
• Aconsejado para quienes padecen anemia ferropénica, por la presencia de hierro.
• Aliado de la dieta de los veganos: el champiñón reemplaza a la carne como fuente de proteínas.
• Recientes investigaciones descubrieron el poder de este hongo en los tipos de cáncer y el sistema inmunológico. Ello se debería al contenido de ergotioneína, un aminoácido de origen vegetal que abastece de energía a las mitocondrias celulares, al aumentar el grado de eficacia con que el oxígeno interviene en el metabolismo. Por lo tanto, se produce una mayor cantidad de CO2 y menor de ácido láctico. Asimismo, la ergotioneína actúa en el organismo como un poderoso antioxidante, cuyos efectos redundan en el hígado, el cristalino de los ojos y los glóbulos rojos.
Delicado sabor
Los champiñones más pequeños son ideales para emplear crudos en ensaladas o para elaborar salsas. También se pueden incluir enteros en estofados de carne o vegetarianos (seitán, tofu). Los ejemplares medianos se pueden preparar fritos o a la plancha, preferiblemente cortados en láminas, mientras que los más grandes son ideales para rellenar hortalizas, lasañas o para armar brochetas. Asimismo también dan buenos resultados como ingredientes de tortillas y tartas. Combinan bien con casi todas las hortalizas y cereales, especialmente el arroz y la pasta.