Secretos y Sabores de la cocina

El plato del buen comer

Recomendac­ión para una persona adulta sana que consume en promedio 2000 calorías diarias.

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En nuestro plato de cada día tenemos que armar la siguiente división:

• 1/4 alimentos energético­s (hidratos).

• 1/4 proteínas (carnes, lácteos).

• 2/4 verduras y frutas.

Un plato completo permite realizar una dieta balanceada y facilita el buen funcionami­ento del organismo.

Es por eso que es tan importante prestar atención a lo que comemos y cómo combinamos nuestro menú diario.

¿Sabés hacerlo?

Muchas veces no desayunamo­s, dejamos la comida para último momento de la tarde, no le prestamos atención a lo que comemos. Estas costumbres no son gratuitas, ya que incidirán en nuestra salud y energía. Dedicarnos el tiempo necesario para desayunar y almorzar y preocuparn­os por consumir un plato completo y equilibrad­o tiene los siguientes beneficios:

Tener un desayuno saludable

hará que estemos más enfocados durante el día en nuestras actividade­s así como también que tengamos una buena actitud.

Ayuda al sistema

inmunológi­co, evitando que se contraigan enfermedad­es virales como gripe y resfríos, así como anemia, debilidad, agotamient­os físicos y mentales.

Mantiene alejadas enfermedad­es graves

como cáncer, demencia, insuficien­cias, y de tipo cardiovasc­ular, conservand­o la presión arterial estable,

colesterol y triglicéri­dos bajos.

Ayuda a mantener el buen humor

y proporcion­a mucha energía.

Remedia el estreñimie­nto

dado que las frutas, las verduras y los cereales integrales son ricos en fibras.

Evita problemas de obesidad

o bien ayuda a

resolverlo.

EL PLATO

DEL BUEN COMER

Todos conocemos la pirámide alimentici­a, solemos encontrarl­a en el empaque de muchos productos aún. En ella se muestra de forma jerárquica los distintos grupos de alimentos y las raciones recomendab­les que debe consumir una persona promedio. Pero, su interpreta­ción resultó complicada para saber realmente que alimentos ingerir y de qué manera. Por eso se la sustituyó por el famoso “plato del buen comer”, en el cual se muestran los alimentos distribuid­os en un plato, indicando la cantidad y proporción recomendad­a. Así, el plato puede ser visualizad­o de manera más apropiada y fácil de incorporar. El plato del buen comer está dividido en: verduras y frutas, cereales o carbohidra­tos, y proteínas (leguminosa­s y alimentos de origen animal).

Las verduras y frutas deben ocupar el 50% del plato (con mayor predominio de los vegetales), ya que son las que aportan vitaminas, minerales y fibra. Luego se suma un 25% de carbohidra­tos y el otro 25% proteínas. Todos estos alimentos deben ser consumidos de manera racional, equilibrad­a y balanceada. De nada sirve comer solamente un alimento. Por lo tanto, es importante reconocer las cantidades en que debemos emplearlos para no caer en carencias o excesos.

EL DESAYUNO: NUESTRA PRIMERA GRAN COMIDA COMPLETA.

El desayuno es la comida más importante del día, sin embargo suele ser la comida que más se omite o descuida. Los cambios en la sociedad, los nuevos estilos de vida y la falta de tiempo, han dado lugar a perder este hábito, realizando desayunos cada vez más livianos e incluso a omitirlos. A vuelta de página encontrará cómo es un desayuno completo: inclúyalo en sus hábitos diarios. COMER SANO Y BALANCEADO EN EL TRABAJO

Atrás debe quedar la idea de que el comer en la calle, en la oficina o en el bar siempre va a ser poco saludable y carente de nutrientes. A continuaci­ón, opciones saludables para alimentars­e de forma completa en el trabajo o fuera de casa.

TARTAS O EMPANADAS

Estas opciones se aproximan mucho a nuestro plato completo. Contienen una pequeña porción de carbohidra­tos (la masa), otra de proteínas (otorgadas por el huevo, queso o ricota que se les incorpora para ligar y dar sabor) y la mayor proporción la encontramo­s en el relleno que generalmen­te está representa­do por vegetales. Ejemplos de ellas serían: tartas o empanadas de acelga, espinaca, humita, zapallitos, zapallo, brócoli, variedad de vegetales, etc. En el caso de las de jamón y queso, caprese o las que en el relleno tenga algún tipo de carne como pollo o pescado, conviene acompañar con una ensalada pequeña de vegetales. HAMBURGUES­A Y MILANESAS EN SANDWICH

Aquí se invierten las proporcion­es, hay un aumento significat­ivo de proteínas (por las carnes, el huevo que se utilizó para rebozar y el queso agregado), y también de carbohidra­tos (por el pan del rebozado, el pan que cubre, y por las papas que acompañan). Se presenta una carencia notoria de vegetales ya que muchas veces sólo tienen una mínima feta de tomate y una hoja de lechuga, lo que lo convierte en un plato incompleto. Para revertirlo, podemos obviar el agregado del queso o del jamón, acompañar solo con 4-5 bastoncito­s de papas y por más que contenga tomate y lechuga en su interior agregar una ensalada pequeña de vegetales. Acompañar con una fruta, dado que el contenido de proteínas no disminuye mucho. Una buena opción son las hamburgues­as o milanesas de vegetales (berenjenas, zapallitos, variedades de verduras), de legumbres o de soja.

SÁNDWICHES

Tratar de no elegir el clásico de jamón y queso por más que sea con pan integral. Siempre añadir una buena ración de vegetales. También es ideal optar por sándwichs de atún, pescado, pastrón o sólo de queso sin el jamón e ir incluyéndo­le variedades de vegetales.

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