"UNA DE MIS ALUMNAS ADELGAZO 55 KILOS Y OTRA, 96"

Bailando al ritmo del zumba, Ashlee Tomsche (Foto izq.), alumna de María Venegas (derecha), perdió 55 kilos, seis talles de ropa y más de 25 centímetros de cintura. La primera clase, Ashlee entró al gimnasio de María, en Arkansas City, cabizbaja y se ubicó en el fondo. Tenía 21 años, pesaba 150 kilos y se msotraba nerviosa y algo vergonsoza.

“Terri, su mamá, la había convencido para que nos acompañe. Hacía años que Ashlee tenía problemas con la comida. Estos empezaron cuando, a sus 16 años, falleció su mejor amiga y buscó una forma de consuelo en la comida”, cuenta María, que la incentivó y la contuvo antes, durante y después de sus clases de zumba. “Me contaba su mamá que antes de practicar Zumba, de vez en cuando, Ashlee iba al gimnasio y caminaba en la cinta, pero el ejercicio la aburría. Evidentemente, no le pasó lo mismo con esta disciplina, porque, al otro día volvió y nunca más dejó de venir”, relata la instructora. Hoy, Ashlee pesa 94 kilos y, día a día, sigue perdiendo peso y ganando confianza en sí misma. La síntesis perfecta para que esto suceda es tomar clases de zumba mínimamente dos veces por semana y llevar adelante una dieta saludable. Ésa es la mejor forma de perder peso y mantenerse. Para María, la historia de Ashlee se repite, a menudo, en su salón. “Ashlee no es mi única 'Zumba Diva'. He tenido otras dos mujeres que llegaron a perder casi 100 kilos. Una de ellas perdió 96 kilos en muy poco tiempo. Su pérdida de peso fue esencial para que ella pudiera quedar embarazada y llevar adelante la gestación sin riesgos. Así, que me sentí muy feliz cuando compartió la noticia de que estaba esperando un bebé”, confiesa. Cada sesión de Zumba equivale a una de spinning o aerobics de medio impacto, así que es de esperarse que quienes lo practiquen encuentren su cuerpo más tonificado en tan sólo tres semanas. Los casos se repiten, las chicas se divierten, descargan energía y bajan de peso, como si fuera arte de magia. Pero no, es el efecto zumba.