““FORMARSE Y SER HUMILDE ES ESENCIAL”
Lista para volver al Gran Rex con su show, como cada año, la cantante anticipa algunas sorpresas y cuenta que adelgazó 8 kilos con una dieta depurativa y una aplicación que bajó a su celular. Consejos de una número uno.
Renovarse a cada estrofa. De eso se trata, de desafiar constantemente lo conocido para no pasar nunca de moda. Valeria Lynch (64) vuelve a la calle Corrientes para deslumbrar con su show “Grande Val!” el 25 y 26 de junio en el Gran Rex. “Quise buscar algo diferente, una fusión de estilos porque allí es donde uno abre la cabeza y crece como artista”, sostiene. ¿Sorpresas? De todo. Los temas de siempre, algunos no tan conocidos y otros “a estrenar”. Diez músicos y cuatro coristas en escena. Rock. Alumnos que pasaron por su escuela y, según afirma, “enaltecen” su show. Un vestuario exclusivo de la mano del diseñador Claudio Cosano. Y lo mejor de la tierra uruguaya: el humorista Maximiliano de la Cruz y los exponentes del carnaval en dicho país Los Patos Cabreros, una murga de veinte personas.
COQUETERÍA Y HUMILDAD
Impecable, Valeria cuenta que adelgazó 8 kilos con una aplicación que bajó a su celular que se llama Seven. “Son siete ejercicios que se pueden hacer en quince minutos por día. Trabajás todos los músculos; pero además, me cuido, hago las cuatro comidas, las colaciones y me ordené comiendo bien, sano, sin sal, harinas ni aceites”, explica mientras luce su figura para las fotos.
Valeria obtuvo el premio Grammy a la Excelencia Musical en el 2014 y lleva más de quince millones de discos vendidos. ¿Su secreto? “Un artista no debe decir nunca ‘ya estoy hecho’, cuantos más desafíos emprenda, más vivo y vigente va a estar. En el escenario no le tengo miedo a nada”, revela.
Pasó por el teatro Opera, el Palacio Peñarol, “ShowMatch”, el Gran Rex y hasta el Colón, donde recientemente realizó dos conciertos sinfónicos que se reflejan en su nuevo CD y DVD. Incluso participó, junto a setenta artistas, del último homenaje a la AMIA. “Si bien pertenecíamos a estilos muy dispares, cuando cantamos todos juntos éramos uno solo. Me encanta sentir que con mi voz puedo ser útil. El artista debe ser ejemplo para que nos ayudemos entre todos sin tener que llegar a los momentos límites”, señala.
Según sostiene Valeria, cada encuentro es una oportunidad para que ambas partes salgan favorecidas dado que, mientras el contacto con los jóvenes la aggiorna y le abre la cabeza; desde
por este mundo, que no es nada fácil”
la docencia, en la Escuela de Comedia Musical que fundó, descubre talentos y los guía en este mundo “que no es fácil pero que es muy gratificante a la hora de recibir un aplauso. Los que tienen la vocación siguen, se caen y vuelven a empezar porque lo llevan en el alma”.
Además, una de las principales enseñanzas que busca transmitir es que la diferencia entre un cantante y un artista está en la humildad y en la formación. “Cada vez que me subo a un escenario,