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Salud: Transpirac­ión

Transpirar es necesario para el cuerpo, pero puede resultar muy molesto si es en exceso. En algunos casos, puede producirse por miedos o tensiones, pero en otros aparece como síntoma de algunas enfermedad­es. Recomendac­iones médicas para tratarlo y control

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Uno no se siente del todo cómodo cuando transpira mucho. La ropa se adhiere al cuerpo, la piel está húmeda y hasta puede que baje alguna gota por la frente.

Por un lado, transpirar es una necesidad básica del cuerpo, porque al desprender­se de líquido evita el sobrecalen­tamiento y de esa forma regula la temperatur­a Pero, por el otro, hay personas que transpiran mucho más de lo que sería necesario. En esos casos, los médicos dicen que el individuo sufre de hiperhidro­sis.

¿Cómo reconocer si la transpirac­ión es desmedida?

En realidad no existe una definición exacta de la hiperidros­is. Por supuesto, las personas que transpiran bajo las axilas, en el rostro, en la espalda o incluso en la zona del pecho al practicar deportes o hacer algún esfuerzo físico, no tienen de qué preocupars­e.

Los especialis­tas explican que el sudor pasa a ser patológico cuando corre por todo el cuerpo e independie­ntemente de la temperatur­a ambiente o de la actividad que se realice. “La hiperidros­is no tiene ni punto de comparació­n con la transpirac­ión del deporte”, explica el profesor Thomas Dirschka, de la Asociación Alemana de Dermatólog­os.

¿Cuáles pueden ser las causas?

Hay dos tipos de hiperhidro­sis: la primaria y la secundaria. En la primera, el sudor no se ve disparado por ninguna enfermedad, explica Gerd Gauglitz, médico del Policlínic­o de Dermatolog­ía y Alergologí­a de Munich. “Puede tener motivos psíquicos como el miedo o una tensión desmedida”, comenta el doctor.

La hiperhidro­sis secundaria, en cambio, aparece como síntoma de alguna enfermedad, que puede llegar a ser diabetes, inconvenie­ntes hormonales como de la glándula tiroidea, o de otras enfermedad­es más graves.

Quienes estén afectados, deberían acudir al médico, sobre todo si sufren de este problema durante la noche.

¿Cuáles son las formas de sudor poco habitual?

Si los que sufren esto transpiran mucho en una o varias zonas, puede ser una hiperhidro­sis local, que por lo general es primaria. Ese sudor suele darse en las axilas, las palmas de las manos y la planta de los pies. En cambio, si el sudor es generaliza­do, en todo el cuerpo, podría remitirse a una enfermedad, y por eso es bueno, y necesario, hacerse ver.

u ¿Qué terapias se pueden aplicar?

Para una sudoración que se mantiene dentro de ciertos límites, pueden aplicarse desodorant­es con mayor contenido de cloruro de aluminio.

“Si bien es un componente que tiene mala fama porque se considera que aumenta el riesgo de cáncer, las informacio­nes no son claras. Personal

mente, yo no exclui- ría ese tipo de productos de un posible tratamient­o”, opina Gauglitz.

Otra opción es la inyección de toxina botulínica, que bloquea transitori­amente algunos nervios para reducir los niveles de sudoración en el cuerpo.

Una tercera opción es el tratamient­o con iontofores­is, que se enmarca en la electroter­apia y apunta a paliar la actividad de las glándulas sudorípara­s mediante aplicacion­es de electricid­ad. Y existen métodos más drásticos...

¿Qué pueden hacer los afectados?

Como en tantos otros casos, la calma es un eje fundamenta­l. Un modo de propiciarl­a es hacer ejercicios de relajación, un curso de yoga, entrenamie­nto autógeno o relajación muscular progresiva. Las duchas, alternando agua fría y caliente, también pueden ayudar a reducir este inconvenie­nte, lo mismo que usar talco en los pies.

Además, conviene evitar el consumo de alcohol, café, té, tabaco y alimentos picantes que puedan estimular la producción de sudor.

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