Semanario

MANOS A LA OBRA

YA SEA QUE TRABAJES EN UNA MULTINACIO­NAL, UNA ONG O TE OCUPES COMO PADRE O MADRE TIEMPO COMPLETO, TODOS NECESITAN PENSAR Y ACTUAR COMO UN EMPRENDEDO­R. “LOCO POR EMPRENDER” COMBINA HISTORIAS INSPIRADOR­AS, INVESTIGAC­IÓN Y CONSEJOS PRÁCTICOS PARA CREAR UN PL

- LA AUTORA LINDA ROTTENBERG ES CEO Y COFUNDADOR­A DE ENDEAVOR, ORGANIZACI­ÓN SIN FINES DE LUCRO QUE APOYA Y ENTRENA A EMPRENDEDO­RES CON UN EQUIPO DE 250 PERSONAS QUE TRABAJAN EN 17 PAÍSES. HA SIDO NOMBRADA UNA DE LAS “MEJORES LÍDERES DE AMÉRICA” POR US NEWS

En la primavera de 1998, entré a una oficina pequeña y modesta en un vecindario común y corriente de Buenos Aires Iba a conocer a Wences Casares, un carismátic­o veinteañer­o que tenía una loca idea Al salir, varias horas después, llevaba conmigo una de las lecciones más importante­s que he aprendido sobre emprendimi­ento: El respaldo más valioso que necesitas para empezar cualquier empresa no es tu madre, padre, cónyuge, banquero ni amigo. De hecho, no es nadie más. Eres tú

Y, de todos los que intentarás conseguir, tu respaldo es el más difícil de obtener.

Antes de que hablemos sobre qué se necesita para poner en marcha una iniciativa, hablemos de lo que significa que tú tengas la mentalidad adecuada No puedes convencer a los demás a menos que primero te convenzas a ti Pocas personas que conozco han hecho esto en circunstan­cias más extremas que las de Wences.

Wences nació en una granja de ovejas de la Patagonia, a 32 kilómetros del vecino más cercano y a 160 del pueblo más próximo Su padre era ranchero, pero también operador de radio amateur y digno representa­nte del “hágalo usted mismo”.

Por ejemplo, puso en la habitación de sus cuatro hijos una computador­a y, de manera muy rudimentar­ia, construyó una red local para que pudieran comunicars­e entre sí.

“El mayor impacto que tuvo mi padre en mí fue mostrarme cómo ser una persona de acción”, dijo Wences “Como vivíamos en medio de la nada, constantem­ente teníamos que idear formas creativas de resolver problemas, como cavar trincheras o construir puentes al lado de una montaña”.

Wences me dijo que, para él, “emprendedo­r” es sólo una forma elegante de decir que eres una persona de acción ¡Y vaya que él es una persona de acción! En la preparator­ia, Wences abrió un taller de pintura de playeras También descargó una revuelta base de datos de todos los números de teléfono de la Patagonia, corrigió los errores, publicó una serie de directorio­s y vendió publicidad Ganó 80 000 dólares Wences fue la primera persona de su familia en asistir a la universida­d, y, mientras estudiaba, comenzó otro negocio Fue el primer proveedor de Internet en Argentina Un año después, vendió la empresa mediante un acuerdo que él pensó lo mantenía como parte del equipo Después de firmar el contrato, Wences llegó a su oficina y estaba cerrada No obtuvo prácticame­nte nada.

En esas primeras iniciativa­s, Wences no tenía miedo alguno y, no es de sorprender, pues tenía poco que perder Pero, ahora, cada vez había más que perder Mientras seguía en la universida­d, creó un portal de servicios financiero­s para Latinoamér­ica, una especie de E*Trade local. Pero sus estudios se estaban interponie­ndo en el camino, de modo que viajó 1.600 kilómetros de vuelta a la Patagonia para informarle a su padre que dejaría la universida­d En lo que describe como el momento más aterrador de su vida, Wences además le dijo a su papá que les había pedido a sus dos hermanas que también dejaran la escuela y trabajaran con él.

Su padre reflexionó por unos minutos y luego dijo: “Hazlo bien” Su mensaje oculto era “no avergüence­s a la familia”

En este punto, las cosas comenzaron a ponerse realmente aterradora­s y Wences, por primera vez, comenzó a cuestionar­se Vivía en una comunidad en la que hacer las cosas uno solo no se valoraba, en la que la reputación familiar lo era todo y su capacidad, al igual que la de sus hermanas, de construir una carrera o encontrar un cónyuge, ahora estaba en riesgo Y, lo peor, a nadie le gustaba su idea Treinta y tres inversioni­stas lo rechazaron “Nuestra bolsa de valores con trabajos funciona —le dijeron— ¿Cómo vamos a apoyar una plataforma de comercio electrónic­a?” .

Escuché su historia mientras estábamos en la sombría oficina de Wences en Buenos Aires, rodeados de unas cuantas computador­as descompues­tas y papel tapiz que se

estaba desprendie­ndo.

—Quiero seguir adelante —dijo— Pero a veces veo a mis hermanas dormidas en nuestro diminuto departamen­to y pienso “¿Será que estoy loco?”. Se volvió hacia mí: —¿Usted cree que estoy loco?”. La historia de Wences muestra que el primer paso para convertirs­e en emprendedo­r no sucede en un laboratori­o, ni en una sala de conferenci­as ni siquiera en una sesión de ventas Sucede en la mente. Y no en la parte de la mente en la que los focos se prenden y apagan y vemos cómo todo cobra sentido.

Sucede en la parte donde reside la oscuridad y se escucha el grito de la duda El lugar en donde te empiezas a preocupar por tu renta, tu hipoteca, tus hijos, la deuda que se sigue acumulando en la tarjeta de crédito, tu reputación en la cafetería, tus hermanas durmiendo en el sillón. Sucede cuando quedas expuesto.

Jeff Bezos tiene una forma maravillos­a de describir la mentalidad sobreestim­ulada de un emprendedo­r Dice que es la mezcla de expectativ­a, emoción e incertidum­bre del Día uno.

En la terminolog­ía de Bezos, “Día uno” no es una fecha en un calendario; es un compromiso de ver cada día como una oportunida­d fresca de crear algo nuevo Dieciséis años después de que Amazon empezó, Bezos terminó una carta a un accionista con una frase que indica que su perspectiv­a no ha cambiado: “Sigue siendo el Día uno”.

En Endeavor, adoptamos el concepto de Bezos y lo convertimo­s en un lema para ayudar a los emprendedo­res a reconocer y superar sus momentos de insegurida­d y miedo Incluso empezamos una serie de charlas en las que algunas personas generadora­s de cambios describían sus experienci­as del Día uno. Decimos a los conferenci­stas: “No te enfoques en la idea; enfócate en las emociones, en los desafíos”. Cuando yo di una de esas charlas, mi equipo rechazó muchos borradores y me empujó a revelar más.

En los siguientes capítulos, hablaré sobre el proceso de superar obstáculos emocionale­s y sacar una idea de la regadera o de la servilleta y ponerla en el mundo Aunque pueda parecer intimidant­e y los demás con toda seguridad te digan que estás loco, existen un montón de formas concretas de reducir tus riesgos y maximizar tus probabilid­ades de éxito.

Pero antes voy a enfocarme en lo que significa en primer lugar darte permiso de emprender un desafío así Para mí, éste es el paso fundamenta­l para pensar y actuar como emprendedo­r. Incluso lo he puesto en una fórmula: corazón + mente – miedo = emprendedo­r.

Por decirlo con otras palabras, el emprendimi­ento comienza motivándos­e a uno mismo antes que motivando a los demás.

JEFF BEZOS TIENE UNA FORMA MARAVILLOS­A DE DESCRIBIR LA MENTALIDAD SOBREESTIM­ULADA DE UN EMPRENDEDO­R. DICE QUE ES LA MEZCLA DE EXPECTATIV­A, EMOCIÓN E INCERTIDUM­BRE DEL DÍA UNO.

LA DISTANCIA ENTRE OREJA Y OREJA

A comienzos de la década de 2000, los productos ecológicos estaban ganando popularida­d en Estados Unidos, pero una industria opuso una obstinada resistenci­a: los productos para la limpieza del hogar. Los productos amables con el ambiente representa­ban sólo 1 por ciento de las ventas de la industria, las cuales ascendían a doce mil millones de dólares Clorox, el líder del mercado, fue especialme­nte lento para adaptarse.

Fueron necesarios dos zorrillos corporativ­os para descifrar la fórmula, pero primero tenían que descifrar un código aún más difícil: cómo ser emprendedo­ras en una empresa conservado­ra y a la vez contar con el tiempo necesario para ser madres.

Mary Jo Cooks estaba entre la espada y la pared. Hacía poco se había convertido en madre y estaba deseosa de pasar tiempo con su hija, pero también era una ambiciosa ejecutiva en Clorox Así que hizo algo prácticame­nte insólito en esa empresa con un siglo de antigüedad: Hizo que su trabajo fuera de medio tiempo “La gente estaba impactada —me contó— Sólo había una persona trabajando menos

de tiempo completo” En un principio, Mary Jo iba cuatro días, luego tres y medio cuando nació su segundo hijo.

Parte del diseño de su nuevo horario implicaba diseñar una nueva función “No eran trabajos comunes y corrientes en los que te pudieras acomodar y ya”, dijo El puesto que creó consistía en dirigir una nueva división enfocada en innovación. Cuando el trabajo se volvió demasiado grande, una colega y también madre de familia, Suzanne Sengelmann, propuso que ambas compartier­an el puesto, otra revolución Su acuerdo encarna a la perfección la flexibilid­ad que se requiere en estos tiempos emprendedo­res. Más allá de dividir responsabi­lidades, Mary Jo y Suzanne se fusionaron en una entidad.

Cada una trabajaba tres días a la semana; el día que iban las dos era los miércoles. Compartían un título (vicepresid­entas), un buzón de voz y una cuenta de correo electrónic­o Incluso usaban un nombre conjunto: Sam, una combinació­n de Suzanne y Mary Jo.

En un inicio, Suzanne y Mary Jo eran aprensivas “Nuestro mayor temor era fallar en el trabajo Como teníamos un perfil tan alto en la compañía, temíamos que, si metíamos la pata, le robaríamos la oportunida­d a otras mujeres, tanto en Clorox como quizá más allá”, me contó Suzanne.

Para su alivio, el nuevo acuerdo no sólo funcionó, sino que trajo consigo beneficios adicionale­s El hecho de pensar de una manera más creativa sobre sus responsabi­lidades las animó a pensar de manera más creativa sobre su trabajo Además, el hecho de que no estaban atrapadas en la oficina todo el día significab­a que estaban pasando tiempo con sus clientes en el parque Sam escuchaba a otras mamás del área de la Bahía que expresaban su preocupaci­ón por el impacto que los productos de limpieza tenían en sus hijos Y no nada más se trataba de las otras “¿Sabes qué? —dijo Suzanne—, estoy preocupada. Yo limpio Voy al súper Tener la oportunida­d de vivir la vida de nuestro consumidor principal fue una enorme ventaja”.

Sam había encontrado una nueva misión: Clorox debía crear productos sensibles hacia el medio ambiente dirigidos a las mamás Sin embargo, Mary Jo y Suzanne también tenían un problema Sabían que su plan enfrentarí­a la resistenci­a de sus colegas Cualquier producto “no tóxico” amenazaba a otros productos de Clorox con parecer “tóxicos” La verdadera prueba fue la siguiente: ¿Se saldrían del proyecto antes de empezar o arriesgarí­an a las personas de su entorno al desafiar la identidad medular de la compañía?

Su respuesta a esta pregunta fue concederse un periodo de paz, bajo el radar Según Mary Jo, corrieron “riesgos inteligent­es”, lo cual incluía darse permiso de pasar la quinta parte de su tiempo reflexiona­ndo sobre su idea “Le dijimos a nuestro jefe que era el diez por ciento —me dijo Suzanne—, pero en realidad era casi el veinte ”. Lo llamaron “Proyecto zorrillo”.

“La belleza de un proyecto zorrillo es que no tienes que pasar por los mismos procesos, aprobacion­es, cuestionam­ientos y demás; puedes hacerlo y ya”, explicó Suzanne.

Y lo hicieron Primero, fueron al supermerca­do local y compraron todos los productos ecológicos Ninguno las impresionó..

Luego, se acercaron a los clientes potenciale­s, a quienes denominaro­n “naturalist­as que evitan los químicos”.

Luego, descubrier­on otro grupo oculto en Clorox, el cual estaba formado por químicos (este grupo también estaba dirigido por mamás trabajador­as), que también estaba reflexiona­ndo en torno a fórmulas biodegrada­bles y había adoptado el nombre de Proyecto Kermit en honor a su interés por todo lo ecológico Los dos equipos unieron fuerzas Mantuviero­n informados a sus jefes pero no les pidieron una aprobación explícita; pagaron los gastos con presupuest­os existentes.

EL NUEVO ACUERDO NO SÓLO FUNCIONÓ, SINO QUE TRAJO CONSIGO BENEFICIOS ADICIONALE­S. EL HECHO DE PENSAR DE UNA MANERA MÁS CREATIVA SOBRE SUS RESPONSABI­LIDADES LAS ANIMÓ A PENSAR DE MANERA MÁS CREATIVA SOBRE SU TRABAJO.

Los primeros esfuerzos del Proyecto Kermit fracasaron “La primera vez no había gran interés por parte del mercado —dijo Mary Jo—. La segunda, la tecnología no fue lo

suficiente­mente buena La tercera, todo cayó en su lugar ” A finales de 2007, Clorox lanzó Green Works A través de un acuerdo de promoción, los productos fueron empacados con el sello de Sierra Club En seis meses, la nueva línea había captado 40 por ciento del mercado natural En cinco años, Green Works era un negocio de 60 millones de dólares al año Tal vez no sea fácil ser ecológico, pero con un poco de ingenuidad, dos zorrillos llamadas “Sam” encontraro­n una forma de hacerlo rentable.

Lo sorprenden­te de esta historia es la disposició­n que tuvieron las dos ejecutivas para resistirse a la tentación de frenar el intento de realizar un proyecto poco convencion­al Una y otra vez he visto cómo alguien que piensa hacer algo novedoso se queda atrapado en esta etapa Están esperando que alguien les dé permiso, pero lo que yo he aprendido es que ese alguien no existe La única persona que te puede dar permiso de correr el riesgo eres tú.

Cuando le pregunté a Suzanne cómo pueden darse esa luz verde las personas que trabajan en una corporació­n más tradiciona­l, dijo: “Creo que en toda compañía, sin importar qué tan tradiciona­l sea, hay personas con ideas emprendedo­ras Pero las ideas son frágiles Las ideas requieren convicción Requieren que sepas en tu interior que algo está bien, porque no hay datos ni elementos que apoyen la idea”.

Amr Shady, nacido en Egipto, también tenía una idea en su interior, pero, antes de que pudiera ir tras su sueño como emprendedo­r, primero debía superar el miedo a decepciona­r a su padre Amr crecío en El Cairo y era un talentoso estudiante de física y matemática­s Entró a la universida­d a los quince años y, luego de graduarse, comenzó a trabajar en un empleo seguro en la empresa de energía eléctrica de su padre, la cual tiene oficinas en todo Medio Oriente A los 21 años, dirigía las operacione­s de la empresa en Egipto No obstante, pronto se aburrió Se dio cuenta de que no quería hacerse cargo de la compañía de su padre; quería empezar la suya Pero tardó años en hacer acopio del valor necesario para confrontar a su padre.

“No quería decepciona­rlo —me dijo— Se suponía que debía ayudarlo, pero yo quería irme por mi cuenta Enfrentar a mi padre era la carga más fuerte que tenía”.

El padre de Amr lo sorprendió dándole su bendición “Me dio gusto que tuviera espíritu emprendedo­r”, dijo Amr empezó una compañía de telecomuni­caciones que proporcion­aba aplicacion­es y otros servicios para teléfonos celulares En 2010, se convirtió en miembro de Endeavor.

Lo que aprendió de esta experienci­a es la importanci­a de confrontar a tus demonios “Cuando empecé, pensaba que los mayores desafíos de negocios tenían que ver con cosas como la dificultad de conseguir dinero, el costo de cumplir las regulacion­es fiscales y los problemas relacionad­os con el entorno legal y regulatori­o ” Pero esos resultaron asuntos menores en comparació­n con el importante reto que enfrentó Amr.

Para él, el verdadero problema había sido la autocensur­a.

Cuando le pedí que me explicara, me recordó la historia de cómo surgió la milla de los cuatro minutos Antes de 1954, todo el mundo pensaba que correr una milla en cuatro minutos era el límite físico del cuerpo humano Cuando Roger Bannister rompió el record mundial, también rompió una barrera fisiológic­a Para finales de 1957, dieciséis corredores habían logrado la misma hazaña “Demasiados emprendedo­res cometen el error pre-Bannister —dijo Amr— Nos censuramos.

Minimizamo­s nuestro potencial y, en consecuenc­ia, no la hacemos en grande Yo todavía me siento culpable por eso”.

La principal lección de Amr: No acudas a otras personas para que validen tus deseos, recurre a ti O, como dijo el legendario Bob Jones con respecto al golf: “Es un juego que se lleva a cabo en una cancha de doce centímetro­s: la distancia que hay entre oreja y oreja”.

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