Gabriela Mandato
Alejada de las tablas, la ex vedette confiesa que está atravesando por una etapa de cambios tanto en lo laboral como en lo personal. Hace notas periodísticas y sueña con conducir su propio programa y con tener un hijo junto a su esposo, Matías Tiscornia.
Las plumas y los concheros están guardados en mi placar. Son parte de una época que, aunque disfruté mucho y me dio muchas alegrías, hoy forma parte de mi pasado”, confiesa la ex vedette Gabriela Mandato (36) acerca de los grandes cambios por los que está atravesando tanto externa como internamente. “El teatro es mi pasión y me permitió trabajar con los mejores, pero desde hace un par de años empecé a sentir que las plumas ya no me fascinaban tanto como antes, ni tampoco me hacían sentir plena interiormente. Era como que me estaba haciendo falta probar cosas nuevas. Tenía muy en claro que era una apuesta muy fuerte, pero también que mi vida y mi carrera necesitaban un giro de 180 grados. Y, por suerte, logré darlo”, afirma.
“Muchos piensan que el cambio que di fue a partir de mi casamiento con Matías (Tiscornia, 41 años, empresario), y la verdad es que no es así, porque yo empecé a hacer radio un año antes de que nos conociéramos. Claro que el hecho de casarme también me llevó a replantearme un montón de cosas, pero más vinculadas con lo íntimo, con lo privado, y no con esta nueva faceta laboral”, aclara. Hoy, Mandato conduce el ciclo radial “El Magazine de Mandato”, junto a César Torres (miércoles de 14 a 18, por FM 91.3 radio Simphony de San Isidro), y los sábados da sus primeros pasos como columnista-investigadora en “Todo en Uno”, el programa que conduce Paula Trápani, de 14 a 17, por América 24. “En la radio ya llevo dos años y en la tele empecé en octubre del año pasado con Paula, una genia”, explica antes de hablar sobre su función dentro del ciclo. “Tengo una sección de diez minutos en la que presento notas vinculadas con la realidad social de la Argentina. Hice notas en las villas de Capital, pasé un día en la cárcel de Devoto, fui a comer con los chicos que duermen en la Avenida 9 de Julio y pasé una noche con los sin techo del barrio de Constitución. Era una realidad que nunca la había visto en mi vida, y eso me motiva a seguir creciendo”, revela.
“Igual, quiero aclarar que no soy periodista, sino simplemente una mezcla de panelista-columnista-investigadora que trata de contarle y mostrarle a la gente cómo vive una gran parte de nuestra sociedad que la está pasando mal. Poder colaborar con mi granito de arena me hace muy feliz y me alienta a seguir con esta nueva etapa de mi vida en la que Matías es mi gran apoyo y guía”, asegura antes de posar para el fotógrafo. Pero antes, deja dos primicias: “Si Dios quiere, el año que viene voy a tener mi propio programa en la tele, y aunque todavía no empezamos a hacer los deberes, quién les dice que no venga la cigüeña... Sería la mejor noticia
vida”.• para coronar este gran cambio en mi Luis Rodríguez Fotos: Enrique Abbate Coiffeur: Marchello y Julio Vestuario: Jorge Sandoval, Diseñador
“Las plumas están guardadas en mi placar”