Ruggero Pasquarelli
Nacido en Pescara, el protagonista de “Soy Luna” y ex “Violetta” actúa, canta, patina y ¡está muy enamorado!
Después de vivir una complicada historia de amor con la mala Ludmila de “Violetta” cuando él era Federico en la famosa serie, el italiano Ruggero Pasquarelli (22) se convirtió en Matteo y se enamoró de una chica muy buena y que, además, es la protagonista (la actriz mexicana Karol Sevilla), en la nueva ficción juvenil de Disney Channel, “Soy Luna”, cuya segunda temporada comenzó el lunes 4 de julio. Ya con acento argentino de tanto estar en Buenos Aires, el actor cuenta su experiencia de ser protagonista.
“Es una responsabilidad muy grande. Es un nuevo reto, sobre todo por el patín, porque grabar 80 capítulos sobre ruedas es muy complicado. Agradezco a Disney que me haya dado otra vez esta oportunidad. Al principio, no estaba tan contento, porque tenía que dejar a un grupo ya unido, cuando estaba de gira con ‘Violetta’. Pero ahora estoy muy feliz. Agradezco a mi familia que me ayudara con la decisión y no volvería atrás por nada”.
Y si de patinar se trata, Ruggero dice que tuvo que entrenar muy duro. “Para empezar la primera temporada tuvimos talleres muy intensivos, de siete u ocho horas diarias. Ámbar (Valentina Zenere, que hace de su novia en la serie) y yo somos los grandes patinadores, así que hemos tenido que aprender cosas complicadas desde el principio”, agrega el actor nacido en 1993 en Città Sant’Angelo, Pescara, Italia, y que sigue de novio con la también ex “Violetta” Cande Molfese. Los dos gritan su amor a los cuatro vientos, sobre todo en las redes sociales, donde tienen infinidad de seguidores.
Su personaje, Mateo, es hijo de diplomáticos y ha viajado mucho por el mundo, un punto en el que se toca con el actor. “Gracias a ‘Violetta’ y a ‘Soy Luna’ he grabado en países muy diferentes, pero también con personas de países distintos, ya que en el elenco de esta nueva serie, por ejemplo, hay un chileno, una española, mexicanos, argentinos… La verdad es que estoy muy contento, sobre todo por aprender cosas nuevas de otras culturas y otras comidas. Por ejemplo, confirmé que los mexicanos son muy lentos comiendo...”, bromea.