¿Como conectar un interruptor y un toma corriente?
En primer lugar, cortá la corriente y quitá la plaqueta que protege la llave desenroscando los tornillos que la sostienen. Observarás un marco de metal con la tecla que sirve para apagar y prender la luz; sacalo de la caja quitando los tornillos que lo sujetan, de modo tal que la llave quede suspendida en el aire, sostenida apenas por los cables. El interruptor está conectado por dos cables; uno corresponde al polo positivo y el otro, que cierra el circuito, permite el paso de la corriente que va a alimentar la fuente de luz. Tomá el buscapolo y detectá cual es el positivo. Para averiguarlo conectá este aparatito al cable, se encenderá cada vez que tome contacto con un polo positivo.
El cable positivo deberá prolongarse hacia uno de los bornes de la toma. En tanto hasta el otro borne deberá llegar el cable negativo, para lo cual deberás derivarlo previamente desde la boca más cercana mediante un empalme (realizado antes) que alimente la luminaria. Otra opción es derivar, también mediante un empalme, ambos cables (positivo y negativo) de otro tomacorriente.
Los empalmes se realizan de la siguiente manera: tomá el cable y con un elemento cortante (un cutter) realizá dos cortes transversales y un tercero a lo largo, cuidando que no sean demasiado profundos ya que la idea es retirar la cubierta aislante únicamente, sin dañar los hilos de cobre. El corte deberá tener unos 2 centímetros de largo, luego procedé a enroscar a su alrededor los hilos de cobre del otro cable y, finalmente, cubrí la sección del empalme con cinta aislante.
Recordá cortar la corriente antes de iniciar la operación.
Sustituir un aparato que exclusivamente contiene una llave de luz, por otro que trae además un toma corriente es un cambio muchas veces imprescindible para mantener la funcionalidad de la cocina, fundamentalmente a la hora de utilizar los electrodomésticos. Más de una vez en plena tarea culinaria no hemos encontrado un enchufe adecuado para conectar la tostadora, licuadora o juguera, y no pocas veces nos vimos obligados a trasladar los aparatos a otro ambiente o echar mano de un incomodísimo prolongador en busca del ansiado enchufe.