VERANIEGA Y DE PLÁCEMES
Montreal es uno de los destinos más seductores del continente. A 375 años de su fundación, la principal ciudad de la provincia de Quebec combina diversidad, elegancia y creatividad
Considerada la segunda urbe más poblada de Canadá, Montreal cautiva a los viajeros más exigentes gracias a una serie de elementos únicos. Sus habitantes denotan cortesía y pasión por la buena vida, su oferta cultural es fascinante, su lengua francesa le aporta distinción y sus brazos abiertos a la migración le han acarreado mágicas recompensas. Montreal cumple este año 375 de existencia y el verano es un periodo ideal para visitarla. El invierno montrealense dista de ser dócil, por lo que las cálidas temperaturas multiplican de forma exponencial el deseo de pasarla bien. El 17 de mayo de 1642, el explorador Paul Chomedey de Maisonneuve fundó la Villa María de Montreal. Para capturar con deleite la historia de la ciudad, hay que recorrer el Viejo Puerto, con sus calles empedradas y sus joyas arquitectónicas. En el marco de los 375 años de esta urbe, durante todo el verano se proyectará un espectáculo multimedia sobre las aguas del Saint-laurent, para contar cómo este río ha servido de vía de contacto entre Montreal y el mundo. Hay una zona citadina que actúa como epicentro festivo. Se le conoce como el barrio de los espectáculos y concentra plazas, teatros, cines y salas de concierto. Montreal es considerada la capital artística de Canadá y el verano lo denota con mayor energía. Vale la pena disfrutar sobre todo del Festival de jazz (uno de los más reputados del orbe), Montréal Complètement Cirque (el talento circense en la ciudad es abundante), Juste pour rire (encuentro para destornillarse de la risa con un
ejército de humoristas) y Francofolies (con lo mejor de la música en francés de Europa, África y América). Además de estas citas fijas en el calendario del barrio de los espectáculos, a raíz de los 375 años de la ciudad tendrá lugar el encuentro Les arts de la rue, en el que 60 compañías teatrales de todo el mundo se presentarán al aire libre O durante todo el mes de julio.
Otra ventaja mayúscula de visitar Montreal es la posibilidad de entrar en contacto con un sinfín de culturas. Esta urbe ha sido moldeada por diversos pueblos a lo largo de su existencia. La multiculturalidad está presente en cada esquina y hay zonas que lo atestiguan con mayor énfasis, especialmente para consentir al paladar. Cerca del Viejo Puerto se encuentra el barrio chino, ideal para degustar platillos cantoneses. Sobre el boulevard Saint-laurent —la mítica arteria citadina— está ubicado el barrio portugués, donde por nada del mundo hay que perderse el pollo a las brasas. Muy cerca de ahí se puede caminar por el antiguo barrio judío, comunidad que ha dado al mundo a dos talentosos montrealenses: el novelista Mordecai Richler y el poeta y cantautor Leonard Cohen. También la fama de Schwartz’s es planetaria: sitio que sirve un exquisito sándwich de carne ahumada con mostaza, herencia de la gastronomía hebraica. Todos estos barrios ofrecerán igualmente una variada programación de actividades para celebrar los 375 años de la ciudad. ¿Y qué decir de la vida nocturna de Montreal? Conviene tomar el aperitivo en una plácida terraza del barrio Le Plateau, para cenar posteriormente en alguno de los restaurantes más reputados de Canadá, como lo son Toqué! y Le Vin Papillon. Después uno puede llegar a una taberna para deleitarse con cerveza artesanal y folk quebequense. Otra opción es visitar los bares de la escena indie ubicados en el barrio Mile End, donde la banda Arcade Fire dio sus primeros pasos, o bien, bailar en las céntricas discotecas con los sonidos de famosos DJ’S. Bienvenue à Montréal! —Jaime Porras
La multiculturalidad está presente en cada esquina y hay zonas que lo atestiguan para consentir al paladar