Travesía por el mar
Bienvenidos a un destino caribeño donde el color, las tradiciones y la arquitectura criolla encuentran un eco en el estilo que pasea su gente por las calles empedradas: Cartagena
Cartagena: un destino caribeño donde la esencia colonial eleva su arquitectura
Adicionemos al olor a salitre que anuncia la inmediatez del mar una alegría contagiosa que emana desde la gente, los secretos de la muralla centenaria, las historias que como puentes nos unen a casonas enjoyadas con la opulencia del barroco colonial, una estampida de sabores desde sus cocinas, y el sorprendente allure de sus boutiques: eso es Cartagena. Le llaman “Ciudad Heroica” por haberse conquistado para sí misma un sitio épico en la historia, pero a estas alturas se regodea en el estertor sincopado de su carnaval, la rumba incesante y el sello de su hospitalidad. Hoteles boutique incomparables, restaurantes únicos y una cultura de entrega total son su orgullo. Junio, el mes que prologa al verano, nos recuerda con la Cartagena Fashion Week, cuánto de moda puede tener como marco excepcional al centro histórico de esta ciudad. Desde los callejones empedrados, el estilo de sus mujeres impone un sello personal y una energía inimitable a las propuestas de las marcas internacionales y la visión de los diseñadores, que envían su mensaje de pauta desde las vidrieras.
Las siluetas confortables y el color pasean allí, en algodones y linos, más que en cualquier otro sitio. Los calados se imbrican sin esfuerzo a impresionantes balaustradas, que se impusieron hace dos siglos a la arquitectura de palaciegas estructuras sólidas de la primera era colonial. También es ideal la brisa cálida que llega del mar para llevar la sensualidad de una pieza de notas lenceras, otra de las tendencias de esta temporada, remedando el efecto visual de encaje de los guarda-vecinos salvadores del chismorreo de balcones interminables. Eso no significa que renuncien las cartageneras a los estampados que replican el eco de las pasarelas. En prints llegan las mismas flores multicolores que salpican los entramados de rejas, que algún aprendiz de oficio forjó en los mil setecientos, sin sospechar que sobreviviría a tantos avatares.
Como savia valiosa, esa misma tradición de quienes fabricaron belleza con sus manos nutre hoy otra de las ofertas de Cartagena: las artesanías, que tienen un sitio privilegiado. Las Bóvedas o tiendas especializadas en las ricas tradiciones de la región, están situadas mayoritariamente en el centro amurallado, y en el sector más turístico de Bocagrande. Allí viven también las joyerías donde, junto al diseño de talentosos orfebres, no puede pasarse por alto el acceso a las esmeraldas más espectaculares. Compartiendo espacio, se encuentran en esa área las tiendas de anticuarios prestas a recibir a coleccionistas e interioristas, en su rastreo por los tesoros más insospechados; esos que alguna vez pertenecieron a las familias del más rancio abolengo.
Además de hacernos viajar en el tiempo, Cartagena es un gran destino de playa. Eso hace que resulte ideal para encontrar — y lucir— trajes de baño. Y no hablamos de lo habitual que aparece en cualquier sitio. Hablamos aquí de propuestas de marcas y diseñadores locales que se convierten en statement. Este año va por la reedición de bañadores que delinean la figura con notas retro, refrescada por escotes más profundos, transparencias y patrones muy diversos. No se trata esta historia de hacer un listado tipo catálogo turístico de sitios, firmas y franquicias que recomendamos. Nuestra sugerencia va por dirigir la atención a un espacio de hospitalidad, sol, mar, arte, moda y arquitectura que todos merecemos conocer y disfrutar. El resto queda por ustedes. �