Una velada de diosas griegas
La capital parisina y sus grandes encantos sirven de escenario para una noche de la mano de los grandes íconos: Coco y Karl
Visión, perfección y una auténtica liberación para la mujer. Gabrielle “Coco” Chanel dijo una vez, “La moda es efímera, pero el estilo es eterno”. Este año la marca cumple 108 años desde comenzó su senda para imponerse en la Alta Costura, y más de un siglo después, nuestra fascinación por la leyenda aún no ha disminuido. Llegamos a la Ciudad de la Luz, el escenario perfecto para revivir la historia de uno de los más trascendentales íconos de la moda. La bienvenida fue una visita privada a la Dirección de Patrimonio de Chanel, el sueño de toda amante de la moda. El recorrido abarcó distintas habitaciones, donde pudimos admirar más de seiscientas piezas que la firma ha recuperado a través de los años. Empezamos por los sombreros canotiers, pasamos a los jerséis y las chaquetas de tweed, para terminar en un área dedicada a las joyas, cadenas y accesorios.
Al finalizar el tour, salimos a la Rue Cambon 31, el antiguo hogar de Gabrielle y su salón de costura. Al entrar es imposible no asombrarse al ver el espacio donde la diseñadora se sentaba a observar sus colecciones, desde la mítica escalera repleta de espejos. Ya en la segunda planta se nos reveló un entorno barroco, majestuoso y elegante. Las estatuas, los candelabros, los amuletos, el león y el número cinco: la quintaesencia cabalística