Detrás de una gran historia
Mucho se dice de la joya más famosa del mundo. Harry Winston conserva su legado, estamos hablando del Diamond Hope
Sin duda, el Diamond Hope de Harry Winston es la joya más famosa de la historia, ya que no es simplemente un diamante montado en un inigualable collar. Un sinfín de cuentos por siglos le han rodeado. Algunos de ellos hablan de una maldición sobre quienes la han poseído, lo cierto es que desde su descubrimiento ha sido la gema más codiciada de las casas reales. Sus orígenes datan de hace más de 600 años en la India, el diamante fue extraído del río Krishná y fue robado por un sacerdote, que luego sería torturado y condenado por sacrilegio de robo. Posteriormente, fue adquirido por Jean Baptiste Tavernier quien sufrió el ataque de una manada de lobos que acabaron fatídicamente con su vida. El siguiente en poseerlo fue el rey galo Luis XIV, quien lo convirtió en el diamante azul de la corona, este causó estragos durante su reinado. A su paso por el tiempo, la pieza llegó a pertenecer a la reina
María Antonieta de Austria. De ahí seguirían, Sir Henry Phillip Hope —a quien se le debe su nombre—, Evelyn Walsh Mac Lean, entre otros tantos, hasta que finalmente lo adquirió el Rey de los diamantes, Harry Winston. A finales de los años 50, Winston donó la pieza al Smithsonian’s National Museum of Natural History en la ciudad de Washington D.C., en donde preva- lece custodiado hasta la actualidad, siendo el segundo objeto más visitado del mundo. Único en su color (azul profundo), por primera vez se han creado réplicas, casi perfectas, de zirconias cúbicas del diamante en sus formas anteriores: el original traído de la India, el azul francés del monarca Luis XIV y la versión actual encapsulada en un colgante cuajado de diamantes.
Es un proyecto que llevó una década en perfeccionarse, con colaboraciones entre el Smithsonian, el Muséum national d’histoire Naturelle en París y el maestro de gemas John Hatleberg. “Hemos utilizado una tecnología moderna para traer de la historia un diamante que nadie ha visto desde 1792”, dijo Jeffrey Post, Presidente del Departamento de Ciencias Minerales y curador de la Colección Nacional de Gemas y Minerales en el Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian. “En realidad, estamos volviendo a los ojos del rey Luis XIV, observándolo tal como él lo vio”.