NUEVOS Aromas ·
Las fragancias construyen vínculos sensoriales, a la vez que son un referente para la memoria. En algunos casos, sus acordes definen las sensaciones de una época, como nos lo cuenta Rodrigo Flores-roux, vicepresidente de perfumería Givaudan
“El perfume cuenta la historia del siglo, eso podemos verlo cuando revisamos el momento de la creación de ciertas fragancias, como Opium. Por eso digo que un perfume crea una época, es un poco como la moda”, afirma Rodrigo Flores-roux al teléfono desde su oficina en Nueva York. El artífice de aromas para Elizabeth Arden y Tom Ford, nos ayuda a comprender por qué en este momento la perfumería de autor y los acordes más intensos está en boga y cada día más mujeres se inclinan por llevar las creaciones de Le Labo, Byredo o Maison Francis Kurkdjian. “Creo que se debe a que hay una mayor búsqueda por parte de la consumidora. Saben que los perfumes son un arma secreta y quieren mantener su perfume como algo privado”, asegura Flores-roux. En estas propuestas entra en juego que se revaloriza la calidad y los conceptos inéditos. Empero, surge la cuestión: ¿Cómo es que estas fragancias se abren espacio ante la competencia de una industria que genera cientos de lanzamientos anualmente? Rodrigo despeja la incógnita. “El asunto es un poco pendular. En un momento llegamos a los perfumes súper dulces y acaramelados, y luego se presentó una regresión y hasta un rechazo. Eso pasó con los marinos o los florales-frutales a finales de los 90; en aquellos años estábamos trabajando todos los aromas así y de pronto lanzaron Narciso Rodriguez. Era una mezcla más clásica y elegante con una nota de pachuli al uno por ciento, que para la época nos parecía enorme, cuando ahora utilizamos al 50 por ciento”, detalla. Para Rodrigo los aromas de autor reflejan dos ideas: el mood de la época y un balance de ideas a partir del uso de materias primas de alta calidad. “Estamos viviendo tiempos oscuros y en los perfumes eso se traduce en mezclas maximalistas con temas muy minimalistas, es por eso que encontramos más acordes de ámbar, cuero, rosa y jazmín. Lo cual lo resumiría en que hay un interés más evidente por expresar una feminidad un poco más recia”, puntualiza. MARCELINO PACHECO