RUMBO a la tierra del Olimpo
En sus últimos meses de embarazo, Eugenia González de Henn viajó a GRECIA buscando esa última luna de miel con su esposo. Ahí, se encontró con un paraíso recorriendo ATENAS, Hydra, Santorini y Spetses con una estadía digna de dioses en el Amanzoe en la re
las historias guardadas en la biblioteca de mi padre, un amante de África”, recuerda Sofia. Con el tiempo, fue a Buenos Aires, terminó sus estudios de Turismo y Hostelería, recorrió Argentina y Latinoamérica, y trabajó en la industria de la hospitalidad, pero su senda recién se iniciaba. “En 2015, junto a dos amigas — Sarah Casewit, una colega y gran amiga, y Marti Arcucci, fotoperiodista— tuvimos la idea de crear una nueva propuesta para viajar de una manera más profunda”. Así nació Naya Traveler.
Y el proyecto es crear para la gente experiencias personales y únicas, poniéndoles en contacto con sus destinos de la manera más abarcadora. No se trata solo de llegar y mirar entornos, sino de entenderlos y vivirlos a través de anfitriones que van desde personas cotidianas hasta artistas, etnógrafos, y toda una gama de especialistas en el área de interés de los visitantes, en un excepcional caleidoscopio de enorme riqueza. Con ellas está también garantizada toda la logística de que se espera disfrutar.
La propia Sofia es una viajera exigente y de altos estándares. Sobre sus destinos favoritos afirma que le es “muy difícil escoger, ya que cada uno de los lugares que he conocido me ha aportado algo distinto”. Como ejemplos comenta que “en este momento tendría que decir Etiopía, o mi más reciente viaje, a Marruecos y Perú; por la enorme riqueza cultural y ancestral que permanece viva en estos tiempos, por la gran importancia que se le dedica a la espiritualidad… ¡Por tantas cosas! Al viajar de una manera que deja de lado la superficialidad y los prejuicios, uno no solo se lleva lo que ve, lo que prueba, lo que vive, conoce, a modo de recuerdos, sino que además y como consecuencia de todo ello se lleva el alma y espíritu más lleno”. Escuchándola, viene a la mente el testimonio de otro viajero incansable, Jack Kerouac: Nuestras maletas maltrechas estaban apiladas en la acera nuevamente; teníamos mucho por recorrer. Pero no importaba, el camino es la vida... De eso se trata. JOSE FORTEZA
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