VOGUE Latinoamerica

Plan de vuelo,

- VALERIA ESPINAL

Viajar es una maravilla pero pasar 12 horas en un avión tiene consecuenc­ias para la tez. Te decimos como hidratar y proteger tu rostro en las alturas.

Sobrevivir a las cansadas horas en el avión es un must en la redacción de Vogue, a veces, 12 o 14 horas de vuelo es lo más aterrador para el CUERPO, incluso para nuestro ciclo de sueño. Por eso, te decimos los TRUCOS para tener una rutina de vuelo con la que te sientas cómoda y bien hidratada. ¡ Listas para despegar!

Vuelos que duran hasta más de medio día, cansancio acumulado y la piel deshidrata­da, son algunos de los estragos a los se enfrenta el cuerpo cuando la vida transcurre arriba de un avión, y aunque viajar es una de las actividade­s que más nos gusta, llega un momento en que el cuerpo pide un descanso de las cabinas con espacios reducidos.

Cuando hacemos vuelos largos el organismo lo resiente, el aire de los aviones suele ser muy seco por lo que la piel se acartona y se siente más sensible, por lo que es importante contar con un hidratante —ya sea en crema, mist o en loción— que ayude a que la piel sienta alivio, así como no olvidar unas gotas para mantener los ojos frescos, sin la molesta sensación de tener cuerpos extraños en estos.

Durante los vuelos largos se recomienda beber mucha agua y evitar tomar cafeína porque deshidrata el cuerpo. Los viajes nos obligan a mantenerno­s activos durante largas horas, por lo que dormir bien es nuestra principal preocupaci­ón, sin embargo, sabemos que hay ocasiones en que los destinos que visitamos tienen horarios muy diferentes a los nuestros por lo que el famoso jet lag o el síndrome de los usos horarios se hace presente. Nuestro cuerpo lucha contra todo para poder adaptarse a la zona horaria en la que se encuentra y engañar al reloj biológico, lo que desencaden­a fatiga, irritabili­dad, dolores de cabeza e insomnio. La explicació­n que han dado los expertos a esta situación reside en las señales ambientale­s, todo tiene una razón de ser, incluso tiene mucho que ver hacia qué punto cardinal se viaja, Este u Oeste, ya que el cuerpo se tarda en acostumbra­rse a los cambios y todo recae en el ritmo cicardiano que responde a la luz y la oscuridad, por ello, el reloj biológico tarda en controlar estos ritmos y acostumbra­rse.

Es importante relajarnos en el avión, tratar de dormir lo más que podamos sin ayuda de pastillas, aunque el verdadero problema es el regreso y el jet lag parece que se duplica, por lo que necesitamo­s un plan de ataque: una mascarilla que ayude a revitaliza­r la dermis, unos parches en los ojos para desinflama­rlos que contengan un concentrad­o hidratante y así disimular la apariencia de fatiga, pero, sobre todo, recuperar las horas de sueño perdidas para que nuestro cuerpo se recupere y podamos seguir con nuestras actividade­s diarias. Aunque viajar es increíble, hay veces que regresamos más cansados de lo que deberíamos, por lo que este plan de vuelo contra el cansancio es el método ideal, ¡buen viaje!

 ??  ?? En sentido horario: Double Serum, de Clarins; Huile Prodigieus­e, de Nuxe; Dramatical­ly Different Moisturizi­ng Lotion, de Clinique; Advanced Night Repair, de Estēe Lauder; Prolagène Lift, de Decléor; Q10 Plus C, de Nivea; Regenerist, de Olay; Liposomal Serum, de Sesderma.
En sentido horario: Double Serum, de Clarins; Huile Prodigieus­e, de Nuxe; Dramatical­ly Different Moisturizi­ng Lotion, de Clinique; Advanced Night Repair, de Estēe Lauder; Prolagène Lift, de Decléor; Q10 Plus C, de Nivea; Regenerist, de Olay; Liposomal Serum, de Sesderma.

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