Carta de la Directora
“Vogue ve al FUTURO con optimismo, mantiene su visión global y está comprometido con prácticas que celebran nuestras CULTURAS y preservan nuestro planeta para las futuras GENERACIONES”
Mientras escribo mi primera carta del 2020, no puedo evitar recordar que justo en este mes publicamos nuestra histórica portada con Yalitza Aparicio sin imaginar el impacto que esta tendría. De hecho, cuando Regina Montemayor, nuestra editora de Agenda y Mundo, se acercó a mí con la idea, mi primera reacción fue preguntarme cómo reaccionaría el público ante una actriz desconocida en la portada de Vogue. Esto nos orilló a tomar la decisión de solo ponerla en la edición para México y no en la de Latinoamérica, aunque, mirando atrás, creo que hubiera sido igualmente buena para las dos.
Esta portada me llevó a reflexionar sobre el significado del contenido que ponemos en la revista cada mes y en nuestras plataformas digitales todos los días. Anna Wintour, directora artística de Vogue en todo el mundo y editora en jefe de la edición estadounidense, nos convocó en febrero de 2019 a una pequeña reunión con esa misma preocupación: discutir los temas que afectan al mundo y definir aquellas causas por las que, como medio de comunicación, queríamos luchar. Vogue siempre ha luchado por el empoderamiento de las mujeres y los derechos de la comunidad LGBTTTIQ, pero había que buscar cómo incluir otros temas como el cambio climático o la discriminación. Su preocupación se quedó en mi mente, ¿cómo abordar asuntos tan delicados como la inclusión, la diversidad o la sustentabilidad a través de nuestras plataformas? ¿Qué significado tiene cada uno de ellos en Latinoamérica? ¿Qué causas realmente queremos representar e impulsar? Decidí entonces compartir mi inquietud con mi equipo en México. Más tarde, en septiembre, nos reunimos nuevamente y nacieron los Valores Vogue. Una de mis líneas favoritas de este manifiesto es, “Vogue ve al
futuro con optimismo, mantiene su visión global y está comprometido con prácticas que celebran nuestras culturas y preserven nuestro planeta para las futuras generaciones”.
Con esto en mente, elegir la portada de la edición de Latinoamérica es una tarea complicada todos los meses, ¿cómo cubrir a los artistas o las tradiciones de una región tan grande sin que nadie quede excluido? Y es que hay mucho de qué hablar, porque aunque es claro que los países latinoamericanos están viviendo tiempos de inestabilidad y crisis, también es un gran momento de reconocimiento del resto del mundo de su aportación a la moda, el arte, la arquitectura, la música, etc. Hace algunos años, eran contados los nombres de los representantes de la región, pero hoy, estamos traspasando fronteras en muchos ámbitos, uno de ellos, el modelaje. Ejemplo de ello es que en septiembre de 2019, pusimos en nuestra portada a cuatro modelos dominicanas, provocando titulares muy lejos de su país. Uno de ellos fue un artículo de opinión escrito por el legislador estadounidense Adriano Espaillat, quien reflexionó cómo esta portada “transformaba los estándares de belleza clásicos y cómo a las mujeres de color se les enseña a menospreciar su belleza natural y a tener miedo de lo que los demás opinen de su pelo, sus cejas, lo grueso o lo delgado de su cuerpo o el color de su piel”.
Para enero de 2020, elegimos para nuestra portada a Licett Morillo, un ejemplo del estándar de belleza por dentro y por fuera que buscamos en Vogue. Licett –proveniente de una familia numerosa y humilde de República Dominicana y descubierta en su natal Santo Domingo– ha caminado por las pasarelas de los mejores diseñadores, sin olvidar de dónde viene y quién es. Son las mujeres como Licett, las que inspiran a otras mujeres alrededor del mundo a acoger y sentirse orgullosas de su belleza.
Me siento muy feliz de arrancar el año celebrando tanto a mujeres de nuestra región como a diseñadores, arquitectos y artistas que están haciendo pequeños pero importantes cambios para cambiar sus procesos creativos y de producción, y así tener un impacto positivo en el mundo.