Light and SOUL
Cantante, vegana y activista… Los rótulos le quedan pequeños a esta ARTISTA argentina de fuerza arrolladora y gran corazón. Con una carrera que recién comienza, CONNIE ISLA promete cantarle al mundo, ayudar y sumar CONSCIENCIA colectiva
Su voz dulce y su belleza angelical podrían engañar a quien no ve más allá de las apariencias. ¿Detrás de ellas? Un torbellino de creatividad, consciencia y energía brota con una fuerza imparable y se manifiesta en canciones, un disco, un libro, una marca de slow fashion vegana, causas benéficas, activismo y un lifestyle vegano sumamente responsable con el mundo y sus habitantes. Connie sonríe todo el tiempo y habla enérgica y entusiasmada, sin embargo, se nota que la paz siempre está con ella. Desde chiquita supo que quería dedicarse a la música y al arte en general, también que quería usar estas herramientas para ayudar a quienes más lo necesitan. A los 16 decidió ser vegetariana por voluntad propia, nadie en su familia lo era. Para los 20, ya haciendo música y con unos cuantos followers en Instagram, sintió que sus canciones podían llegar más lejos, a un lugar en el que, además de entretener, también sanen. “Quería empezar a ayudar, pero no tenía recursos para hacerlo, lo único que tenía eran 30 mil seguidores en Instagram y mi música, así que armé el proyecto solidario, Músicos del alma, y convoqué a mis seguidores a cantar en hospitales infantiles”, recuerda la artista. Tres años más tarde, el veganismo llegó a su vida para terminar de darle plena consciencia y compromiso con su huella
en el planeta Tierra. “Para mí el veganismo fue un despertar. Empecé a conectarme automáticamente con otras causas, no solo con la ética animal sino también con la sustentabilidad, el racismo, el feminismo y demás injusticias sociales”, explica Connie. Así empezó su militancia y a involucrarse a puño arremangado en causas que le llenan el alma; como las viandas veganas que ella misma ha cocinado y ha repartido, junto a la ONG Health Save Argentina, a gente en situación de calle de barrios marginales de la provincia de Buenos Aires. Luego, su política para las marcas que quisieran trabajar con ella: sumarse a una causa benéfica o realizar una acción solidaria como condición. Ejemplo de ello son los 50 ukeleles que donó recientemente, junto a una marca de instrumentos que la invitó a realizar una colección cápsula, a escuelas de música de bajos recursos. Hoy, el año 2020 la encuentra con su primer disco recién lanzado, Luz y fuego, nombre de su primer single que reza una letra que verdaderamente la identifica: “y no le tengas miedo a este movimiento, soltá tu pelo y dejá que baile con el viento. Ya quedaron atrás las convenciones sociales… me guío por mi luz, no por las formalidades”. Entre sus shows de presentación, esta joven proactiva termina de escribir su primer libro, en el que comparte esos tips e información que le hubiese gustado recibir antes de convertirse en almas. vegana; y trabaja arduamente en su marca Vrote para seguir demostrando con su ejemplo y su luz que vivir una vida ética es posible y llena