Carta de la directora -
Ese anhelado REENCUENTRO con las situaciones, los objetos y los sentimientos más simples, hoy es una realidad. Ante un panorama de CRISIS mundial, las páginas de esta edición ofrecen un “viaje” con aquellos que, desde la distancia, nos brindan un respiro
Desde nuestro último cierre editorial han pasado muchas cosas. En la mayoría de los países latinoamericanos, y ahora en México, hemos pasado al menos tres semanas en casa bajo una estricta cuarentena. Hemos visto al coronavirus causar estragos en varios países de Asia, Italia, España y Estados Unidos. Siendo más joven viví en Memphis, Tennessee, y recuerdo escuchar las sirenas de alarma por los tornados. Durante el pasado mes me ha parecido sentirlas cada día. Elaborar este número de la revista en tales condiciones no ha sido fácil. Además de trabajar de manera remota, algo que nuestra compañía garantizó antes de mandarnos a casa, el mayor reto ha sido sensibilizarnos con nuestros lectores y asegurar un contenido de calidad en un mundo que se ha puesto de cabeza. Mientras las personas que conocemos están siendo afectadas por el virus, ya sea porque han perdido a alguien cercano o porque se han enfermado, ¿cómo mostrarles imágenes hermosas? Tales imágenes parecerían la última de las prioridades. Sin embargo, tras lanzar la campaña #yomequedoencasa en las redes sociales, la mayoría de nuestros seguidores comenzaron a pedir consejos sobre belleza, moda, cultura y arte, para disfrutarlos mientras dure el aislamiento.
Mayo, en muchos países de América Latina, es el mes para celebrar a nuestras madres y a quienes han desempeñado ese rol en nuestras vidas. Cuando empezamos a oír hablar del virus, muchos le restaron importancia y creyeron que era algo que solo le daba a las personas mayores. Aun así, quienes estaban muriendo en Italia eran las madres y los padres de alguien,
eran personas amadas por su familia. Por eso, rendimos un tributo a esas mujeres, como lo son también nuestras abuelitas, cuyo amor nos ha guiado y, aunque no estén físicamente, nos han dejado su herencia para que la llevemos adelante.
Como editores, creemos que nada es mejor que destacar la cultura, hablar de esas mujeres que amamos, los sitios a los que llamamos hogar y ciudades, como Buenos Aires, Argentina, donde hicimos una maravillosa sesión de fotos. Hace unos meses, el fotógrafo Tom Craig y la estilista Leith Clark me propusieron fotografiar a una artista y modelo argentina, Sarita Jaccard, en su ciudad natal. Es una historia que celebra el regreso a casa y a la familia, algo que no es posible ahora, pero que añoramos y nos reconforta. Muchos de nosotros nos hemos alejado de la familia para hacer nuestra vida en diferentes sitios, pero siempre sentimos la alegría de regresar. Ese rencuentro de Sarita con los suyos no ha podido encontrar mejor momento que este, para enviar desde nuestras páginas una luz de esperanza en tiempos de incertidumbre.
Justo ahora, algunos estamos en casa con nuestra familia y otros están en soledad. De cualquier manera, nos conectamos gracias a los chats en Zoom, Houseparty, FaceTime o WhatsApp, pero anhelamos el abrazo. Soy una persona optimista y, más que miedo, he sentido preocupación por quienes no pueden permanecer en sus casas, por esos que están arriesgando sus vidas –médicos, enfermeras, paramédicos, trabajadores de supermercados, empleados de almacenes, policías, bomberos y rescatistas–. Ellos son personas altruistas que ponen el interés de los demás antes que el suyo. Ellos también tienen familias y quisieran estar junto a quienes aman. Al finalizar cada día hay algo que he empezado a hacer con mis hijas a recomendación de un amigo: dar gracias por tres cosas. Es algo que siempre hice en silencio, pero al escucharlas en voz alta tienen una perspectiva diferente. Algunos han vivido la pérdida de sus padres o una tragedia personal que nos ha hecho valorar la vida de una manera diferente. Mientras escribo esta carta, sé que doy gracias por mi familia, por un empleo que me permite inspirar a otros o al menos mostrarles algo que no conocían; y doy gracias por el optimismo que me permite saber que saldremos de esta con más energía y así lograr mejores cosas.