Marion COTILLARD
LA ACTRIZ GANADORA DEL OSCAR, QUE SERÁ PRÓXIMAMENTE LA PROTAGONISTA DE LA ESPERADA PRODUCCIÓN MUSICAL DE LEOS CARAX, ANNETTE, ES LA NUEVA IMAGEN DE CHANEL N5. PARA VOGUE, ELLA EVOCA SU APEGO AL MITO ÍNTIMAMENTE RELACIONADO A LA INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA Y A LAS ACTRICES, PERO TAMBIÉN SU COMPROMISO ECOLÓGICO Y LOS ROLES DE SU VIDA
Mira el azul penetrante, palabras francas, piel luminosa y libre de artificio, un jean negro y un suéter básico de adolescente. Extrañamente, la simplicidad de Marion Cotillard es una hebra intimidante. La actriz francesa y estrella internacional, ganadora del Oscar por su interpretación de Edith Piaf en La vida en rosa en 2008, regresa de una misión por la Antártida para Greenpeace, ha finalizado Annette –la comedia musical tan esperada de Leos Carax– y es la nueva imagen del mítico perfume N5 de Chanel, que no es el menor de sus roles. Tantos matices, tan diferentes para una actriz que nunca deja de sorprendernos con su versatilidad. Marion Cotillard nunca está donde la esperas, pero donde sea que esté, sobresale. Arnaud Desplechin, los hermanos Dardenne, Xavier Dolan, James Gray, Jacques Audiard, Guillaume Canet, Christopher Nolan, y nuevamente Nicole Garcia,
Julie Lopez-Curval, hay algo vertiginoso en este repertorio de filmografía que forma una obra total que revela poco a poco la actriz que la dibuja. Imagen de Chanel, ¿el papel más inesperado? Nos juntamos una tarde, en su sala-oficina, en medio de monopatines y otras patinetas.
¿Qué representa el N5 para ti? El N5 es un mito y a la vez una obra de arte que atraviesa las épocas por su singularidad. Es gracias a su modernidad que se ha convertido en un gran clásico. Tiene una historia importante que inició hace casi un siglo, cuando en 1921 mademoiselle Chanel le pidió a su perfumero, Ernest Beaux, crearle un alter ego olfativo. Ella quería un perfume abstracto, único, algo que jamás se había imaginado. Ha sido representado por personajes excepcionales y estoy muy orgullosa de tener la oportunidad de compartir un momento de su historia.
¿Cómo lo descubriste? Llevaba Coco, ese fue mi encuentro con Chanel. Y mi primera historia con Chanel fue un filme, Les Jolies Choses de Gilles Paquet-Brenner, por el cual la casa Chanel había prestado prendas para mi personaje. En esa época, me invitaron a los desfiles que han marcado la noción de moda que tengo. Estaba fascinada por el aura de Chanel y la magia que la envuelve, una casa que también me ha acompañado durante toda mi aventura en La vida en rosa.
Ser la imagen, representar un perfume, ¿es un rol? Sí, es un papel muy lindo y también es un gran reencuentro de todos los personajes maravillosos que hacen vivir esta casa. Es la primera vez que comparto la historia de un perfume. El N5 cuenta y simboliza la historia de la firma, y tiene enlaces fuertes con el cinema. Y esta aventura que inicia es ya tan fuerte y tan hermosa.
El cine, poner en movimiento las historias es tu vida. Acabas de terminar Annette, la comedia musical de Leos Carax. ¿Podrías contarnos un poco? Filmar con un cineasta tan especial, único y creativo da la sensación de formar parte de una obra de arte. Fue una aventura única, hice cosas en esta película que nunca había hecho y que, seguramente, nunca volveré a hacer. Tiene una visión del mundo y una forma de hacer cine que pertenece solo a él. Y un sentido de humor excepcional. Nada es un detalle para él. Magnificará el más mínimo momento, trascenderá momentos triviales que, a veces, podrían bordear lo ridículo, para hacerlos hermosos. Con él estamos en todo momento impulsados por una intensidad y una necesidad de empujar y superarse a sí mismo. Trabajar con un cineasta así es precioso.
¿Podrías darnos un ejemplo del personaje de este rodaje? Annette es un filme enteramente cantado. Yo era una cantante de ópera. La singularidad de esta comedia musical es que Leos quería que se cantaran todas las canciones en vivo sobre el escenario. Así que no teníamos partes en play-back o pregrabadas antes del rodaje, como suele haber en este tipo de proyectos. Nos encontramos cantando en todas las situaciones, y aprendimos de posiciones físicas que nos facilitaban el canto. Para Leos, el vivo no es una opción, es una necesidad. Tuve dos meses para prepararme antes de filmar, es poco… Fue otra particularidad de esta aventura, todas las piezas no son líricas, pero las que son requieren una cantidad de trabajo increíble. Pasamos por momentos de locura y de gracia; raramente he experimentado tal complejidad y tal intensidad.
Al grabar en vivo, ¿Carax está buscando la verdad? No diría que Leos está buscando la verdad, seguramente algo auténtico en un universo a veces lejos de cualquier forma de realismo. Comparte su resentimiento sobre lo que lo rodea.
Quizás si hubieras tenido cinco años para prepararte, ¿te hubieras divertido menos? Si un gran cineasta como él me dijera que tengo cinco años para prepararme para un papel de cantante, me dedicaría totalmente a ello. Leo me había ofrecido este papel hace dos años, pero estaba embarazada, y no quería volver a trabajar inmediatamente después del parto como lo hice antes, porque era una fuente de fatiga y alguna forma de frustración. Aunque mi hijo siempre estuvo a mi lado, trabajar me impidió pasar cada segundo con él.
¿Es particularmente complicado de conciliar los rodajes y la maternidad? Sea el que sea el métier, ser una mamá que trabaja es complejo. Tengo la suerte de tener un trabajo que me brinda enormes privilegios, puedo llevar a mis hijos conmigo a todos lados. Una mujer que regresa al trabajo después de su licencia de maternidad, normalmente puede pasar mucho menos
tiempo con su hijo que yo, que además tengo la suerte de tener ayuda. A veces es difícil de balancear todo en una sociedad que ha evolucionado hacia una ruptura de las “tribus” y que elegimos, por así decirlo, de vivir a veces aislada de nuestra familia y de no poder contar con una solidaridad y ayuda mutua entre generaciones.
Lo que es interesante es que el rol que te ganó un Oscar y te dio a conocer a nivel internacional fue también de una cantante... Sí, ¡es verdad! Pero en La vida en rosa, yo no canté, esa no es mi voz, ¡es la suya! La dificultad fue esa. Dependía de un play-back perfecto para que al espectador nunca le falte esa autenticidad. Es un trabajo ultra meticuloso, laborioso, repetitivo, no muy estimulante, pero igual de gratificante al final cuando te acercas a una forma de perfección técnica.
¿Qué representaba Leos Carax para ti antes de conocerlo? Era una actriz muy joven cuando Les Amants du Pont-Neuf salió, y me sentí abrumada por la emoción que transmitió. Fue además muy conmovedor de presenciar esta intensa relación entre una actriz que admiro, Juliette Bonche, y un cineasta. Y la idea de algún día tener la oportunidad de vivir la aventura donde la pasión y la exigencia se combinan para crear una obra es realmente inspirador. Quise dedicarme totalmente a un filme y, en Les Amants du Pont-Neuf, esta devoción de actores y cineasta es así de vibrante. La película es una obra de gracia absoluta.
¿Estás sorprendida por tu propio camino? ¿A qué aspirabas cuando iniciabas tu carrera como actriz? Siempre tuve el anhelo de participar en grandes obras, en grandes filmes. Claro, el deseo de ser reconocido vive en cada actor. Pero, observar nuestra relación a esa necesidad es un camino muy interesante y enriquecedor.
¿Te gustan los desafíos? Me defendí por mucho tiempo, una forma de ego mal atribuida quizás... Pero sí, me gustan y me atraen las películas que me confrontan a lo desconocido. Y no estar segura que estaré a la altura creo que es un motor. Cada rodaje provoca un sentimiento de primera vez, cada vez una nueva historia, un nuevo personaje, nuevas relaciones, un nuevo mundo y la exploración de lo que no conozco.
¿Cuál es el papel más difícil de interpretar? Entre más se parece a mí un personaje, más difícil se me hace entenderlo. Tuve mucha dificultad para sentirme cómoda con el personaje de Petits Mouchoirs que se asemeja a mí en algunos aspectos durante un período de mi vida. Del mismo modo en Rock’n Roll. A Guillaume le divirtió filmarme en proceso de preparación para rodar Juste La Fin du Monde, el filme de Xavier Dolan, en el cual tenía un acento canadiense. Fue lo más complicado para mí estar frente a la cámara de Guillaume cuando su versión de mí es sin acento.
Tu compromiso con la lucha ecológica es una faceta importante de tu vida desde que iniciaste tu carrera. Participaste
el pasado enero en una misión de Greenpeace en la Antártida... Me uní a la última parte de esta misión de “polo a polo” que comenzó hace un año en el Polo Norte. El objetivo es de proporcionar un inventario de lo que se llama alta-mar, un bien público mundial y el objeto de saqueo. Son zonas que se escapan de toda legislación, porque estos océanos no están bajo la autoridad de un estado. Mi rol en esta expedición es de observar y ser testigo de lo que veo, lo que siento, lo que aprendo de los científicos que acompañan la misión para ser un relevo. Los científicos abogan por preservar 30% del alta-mar de aquí al 2030. La idea no es prohibir las intervenciones, las extracciones de minerales o la pesca, más bien, de regular y de introducir santuarios en estas regiones remotas. La naturaleza necesita tiempo para regenerarse, pienso que es nuestro deber darle ese tiempo. Es una necesidad, así de sencillo.
¿Has cambiado algún gesto o práctica en tu vida diaria? He estado evolucionando hace unos años en la consciencia de mi impacto en el medio ambiente y aprendo todos los días. Hay personas formidables que compartieron su experiencia de transición a una manera de vivir más respetuosa de quiénes somos y qué nos rodea, son muy inspiradoras. Los retos sobre el medio ambiente son innumerables y todos están vinculados. Hoy en día no es fácil tener una huella de carbono impecable o un desperdicio mínimo, pero todos podemos aportar una parte. De igual forma, hay ciertas medidas que deben tomarse a nivel político y es importante presionar a los estados para respetar acuerdos firmados que los obligan a encontrar soluciones para detener el calentamiento global. La voz de la gente es muy importante y está aumentando, porque hoy existe una conciencia profunda y masiva de la situación.
¿Qué opinas de lo que han logrado las mujeres en los últimos dos años con #MeToo y el caso de Weinstein? Se ha logrado muchísimo y aún no hemos terminado. Pero es una verdadera revolución, una gran revolución. La subordinación de la mujer no tiene ningún sentido. Y la evolución de ciertas prácticas debió haber sido radical y haber sucedido hace mucho tiempo. Es increíble que sigamos luchando por la igualdad salarial, por ejemplo. Ciertos comportamientos hacia la mitad de los seres humanos de este planeta son un insulto a nuestra inteligencia. Pero también está evolucionando y las consciencias están despertando. Las mujeres hablan cada vez más. Poder reconocerse en las historias de las otras, libera muchísimo. También genera mucha esperanza y fuerza.
¿Vas mucho al cine? Veo muchas películas. El cine francés
magistral.· está viviendo un momento de grandes riquezas. Este año vi películas increíbles como Les Misérables de Ladj Ly, y Retrato de la joven en llamas de Céline Sciamma, una película