Hogar REAL
La casa de Titina Penzini en East Harlem no es una escenografía ni la vitrina de una tienda de fantasías, sino un espacio AUTÉNTICO y vivo en el que el trabajo creativo se une al calor familiar
Titina Penzini es una venezolana con un talento que abarca muchas esferas: diseñadora, comunicadora, editora, escritora y una personalidad destacada en general en la moda y el arte. Justo ahora, cuando todos estamos más en casa para vencer una pandemia, es perfecto para que ella misma nos lleve de visita a su espacio en Nueva York... En primera persona.
Hace años mi esposo y yo decidimos adquirir una propiedad en esta ciudad. En el momento en que nuestra hija Emiliana tuvo que culminar sus estudios de bachillerato en el Lycée Français de Nueva York, se nos presentó la oportunidad y, desde entonces, tenemos este pied a terre en East Harlem. Vivir en Nueva York es una gran experiencia. Yo estudié mi carrera aquí, en Parsons School of Design, así que tengo un vínculo estrecho con la ciudad y una cantidad de amigos que siguen siendo como mi familia. Aquí trabajo en interesantísimos proyectos, como el ser curadora en La Tienda del Museo del Barrio, y realizando eventos para varias marcas muy importantes. También he podido desarrollar otra de mis facetas, la de DJ, en el prestigioso restaurante Omar’s del Upper East Side, donde toco dos veces por semana, así como en noches especiales y en galas.
Mi amigo Carlos Mota fue el decorador de la casa y se esmeró en cuidar de cada detalle y la ejecución. Todo comenzó en base a una alfombra diseñada por Federica Tondato, totalmente tejida a mano en India, a partir de ahí, Carlos comenzó a enviarme las telas y tonalidades para trabajar. Como la alfombra tiene formas orgánicas como la arena y la espuma del mar, decidimos
utilizar muebles como mesas con topes con texturas de maderas petrificadas o de terrazzo con bronce de los años 50 y 60, lámparas esculturales con bases de maderas petrificadas y de vidrios de Murano de los años 60, mezcladas con appliqués esculturales de Lou Bass también de los 60, un day bed que sirve de sofá, un espejo veneciano redondo de patina antigua con un par de ánforas amatista del siglo XIX que le dan ese aire chic-bohemio al espacio junto a un par de scoop chairs de los años 20. La biblioteca está conformada por un par de etageres en metal, que le dan un toque muy contemporáneo, además de una colección de libros, firmados por sus autores.
En cada ambiente lo más importante para mí es sentir buena energía a través de la luz, en este caso un gran ventanal permite que en todo momento del año entre mucha luz en la casa. Incluso en esta época de encierro en que tenemos que permanecer en cuarentena, la luz que entra es muy importante para no sentir el confinamiento tan fuerte. La luz es un elemento esencial a la hora de destacar la decoración, la luz natural en el día y la tarde destaca los tonos de las telas, las tapicerías, las cortinas; mientras que en la noche las luces tenues de las lámparas destacan los brillos de los espejos, así como las superficies brillantes, ¡y las caras de los invitados!
En cuanto a funcionalidad y estética, definitivamente debe existir balance. En nuestra casa existe ese gran toque estético fundamental, pero además soy una persona que adora ser
anfitriona, cocinar de verdad. No me gusta una casa “escenario”, creo que las casas son para vivirlas y usar sus espacios, compartirlos con la familia y los amigos. A la hora de integrar obras de arte tenemos algunas esculturas, como una alemana de la época brutalista de los 60, una de mis favoritas; otra obra del artista argentino Rogelio Polesello en acrílico policromado, la obra de la artista Lucia Pizzani, un óleo de Gideon Rubin de la Galerie Karsten Greve, una escultura en forma de extinguidor del artista Sebastián Errazuriz, de la galería Cristina Grajales, entre otros. Además, esculturas de piedras semipreciosas de Creel and Gow. Cada obra ha sido colocada en lugares estratégicos, cuidando que no se vea demasiado recargado.
La verdad, soy una persona muy ecléctica, al igual que mi esposo, y somos amantes del arte en todas sus expresiones. Los ambientes y las casas son el resultado de la creación a través de la vida, de la colección de las experiencias de nuestras vivencias. Una casa tiene más historia a medida que pasan los años, a medida que quienes la habitan tienen más vivencias que contar a través de sus paredes, de sus ambientes, de los libros que han leído, de los dibujos que has pintado, de los amigos que te han visitado, de las comidas que has preparado, de las risas que se han compartido y de las lágrimas que se han llorado.
Si pienso en esta época de cuarentena, he decidido aprovechar el tiempo al máximo para que quede un saldo emocional que valga la pena y un recuerdo positivo dentro de tanta adversidad. Por eso, el espacio que ha protagonizado estos días es el comedor, un área totalmente multiuso que se utiliza para comer en familia y con amigos, pero también funge como espacio de trabajo para mi esposo, que es abogado, y para mí que realizo diversos trabajos de ilustración de estampados para marcas de moda, como Bequeve Swimwear, a base de ilustraciones botánicas y de joyería clásica, así como la ilustración de empaques para chocolates Mantuano, en Venezuela y España. También escribo allí las colaboraciones que hago con diversos medios de prensa, mis programas de radio y las grabaciones para el Caleidoscopio de Titina, por ExitosFM.com.
En resumen, cuando has dedicado el justo punto de detalle,
favorito.· diseño y color, te proyectas en el tiempo y piensas en esos momentos en que vives cada espacio en soledad, en familia o con amigos; entiendes entonces que cada espacio es tu