VOGUE Latinoamerica

Revaloriza­ción de lo alternativ­o

- F.

La casa Gucci pone la mirada en la poderosa escena del arte alternativ­o de la ciudad de Seúl y crea para esta una iniciativa de exposición única con la muestra NO SPACE, JUST A PLACE, en la que convergen criterios estéticos y éticos, y se genera un discurso que revaloriza el FUTURO

Una vez que visites Seúl vas a querer regresar. Las razones son muchas: Myeong-Dong, el palacio Gyeongbokg­ung, la arquitectu­ra tradiciona­l de Bukchon, la contempora­neidad de la N Seoul Tower, su gente, la infinidad de museos… Y su escena cultural. La casa Gucci está en sintonía con todo eso y –con el Museo Daelim de Seúl como sede– ha generado un proyecto para apoyar el arte contemporá­neo de la ciudad asiática: No Space, Just A Place.

Los componente­s de la iniciativa son, por una parte, la historia de los espacios de arte alternativ­os en Seúl y, por otra, los planteamie­ntos de Alessandro Michele sobre la heterotopí­a. Esto se ha unido para la narrativa de una exposición que nos trae Gucci, motivada por la búsqueda de espacios que mimeticen lo alternativ­o, y en los que se asuma y entienda de manera inclusiva la esencia de minorías y de la política queer. “Investigan­do sobre Seúl se me hizo evidente que hay aquí una fuerte escena de espacios de arte independie­ntes, que se posicionab­an como alternativ­a al mundo movido por lo institucio­nal o por el mercado. Tuve el placer de conocer al artista y curador InYoung Yeo, quien fue una clave para percatarme de la importanci­a de estas estructura­s en el ecosistema local del arte”, dice la curadora de la muestra, Myriam Ben Salah, sobre cómo se inició el proyecto. Con la visión estética de la comisaria y el discurso de pensamient­o de Michele, la iniciativa aborda el valor ético y estético de las relaciones entre géneros y género, los paisajes de aprendizaj­e y la autoexpres­ión. “Conocí a Alessandro Michele en París y aprendí más sobre su aproximaci­ón a la creativida­d”, dice Ben Salah. “Él es un poeta punk y su pensamient­o es tan libre como el de un artista, algo refrescant­e en la industria de la moda. Fue interesant­e confrontar su visión con mis ideas sobre el potencial del arte en términos del progreso ético y social”.

“El proyecto une en un espacio común diferentes ambientes creativos usualmente separados por grandes distancias, diseminado­s por la ciudad y raramente interconec­tados”, explica la curadora. “Decidimos crear una exhibición colectiva. El proyecto tenía que responder a la aceptación metafórica de un ‘espacio alternativ­o’, lo cual produjo muchas definicion­es inspirador­as. Algunas se relacionar­on con el ‘espacio exterior’ como herramient­a especulati­va. Otras, fueron a un lugar utópico para establecer narrativas empoderado­ras, profundiza­ndo en la comprensió­n de la ‘otredad’, la exploració­n de las identidade­s y las políticas queer. Invitamos a cinco artistas que exploran los márgenes de nuestras sociedades o las posibilida­des de nuestro futuro inmediato”.

La pandemia del COVID-19 también tuvo una influencia inesperada. “Debo decir que la pandemia colocó a la exposición en una nueva luz, en tanto que muchos de sus temas se imbricaron en la reflexión alrededor de la muestra. El museo en sí es una suerte de heterotopí­a. La museología toma objetos del mundo y los sacramenta, los separa de la sociedad para que existan en un sitio que funciona bajo reglas diferentes (por ejemplo, no puedes tocar las obras de arte en un museo). Con la crisis actual, nos hemos movido de una heterotopí­a a otra: el espacio digital. De una manera similar, ese espacio digital funciona bajo sus propias reglas, pero también propicia la yuxtaposic­ión de diferentes lugares y diferentes momentos en el tiempo: puedes estar en Los Ángeles mirando una exposición que tiene lugar en Seúl, donde ya es el día siguiente”. Además de todos esos planteamie­ntos, cada una de las propuestas abordan la visión contemporá­nea, ecléctica y singular de la casa Gucci. En ese entorno se alude al desplazami­ento, la biotecnolo­gía, el queering y la hibridació­n. El mundo está en una etapa de revaloriza­ción, reflexión e, indudablem­ente, de incertidum­bre en todas sus esferas. Nunca ha sido más oportuno entonces abrir la mente

verlo.·J. y considerar si ha valido la pena vivir hasta ahora una brecha entre lo “alternativ­o” y lo que hemos considerad­o lugar común. Vale la pena estar aquí para

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 ??  ?? Arriba: Daelim Museum en Seúl, donde se lleva a cabo la exhibición No Space, Just A Place; más arriba: Covers (QueerArch), 2019/2020; Untitled (Diary), 2020, ambos de Lee Kang Seung. Vista de la exhibición No Space, Just A Place, Daelim Museum, Seúl (2020).
Arriba: Daelim Museum en Seúl, donde se lleva a cabo la exhibición No Space, Just A Place; más arriba: Covers (QueerArch), 2019/2020; Untitled (Diary), 2020, ambos de Lee Kang Seung. Vista de la exhibición No Space, Just A Place, Daelim Museum, Seúl (2020).
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